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Segundo encuentro

SEGUNDO ENCUENTRO

Segundo encuentro. En el "Rompeolas". A las tres, minuto más o menos, de la tarde del veintitrés de noviembre de 1912, llegamos al campo del "Rompeolas", lugar destinado, como ya es sabido, para efectuar la partida de foot-ball, a dos encuentros, concertada entre los primeros equipos de los Clubes "Marino" y "Victoria".

Al igual que domingos anteriores, bordeaban el ancho campo, un inmenso gentío. Al pasear nuestra mirada por la hermosa explanada, no pudimos menos de sentir una profunda satisfacción. Decididos entusiastas del foot-ball, amantes de todo "sport", complácenos ver que poco a poco va ganado terreno y arraigando en las costumbres de nuestra juventud...

Doquiera nos volvemos escuchamos acaloradas discusiones, alaban los unos la manera de jugar del "Marino", son partidarios otros de la táctica empleada por el Victoria". Sin embargo, en unos y otros, predomina la pasión, no el razonamiento frío, sereno, imparcial. Es raro encontrar con quien discutir amigablemente; a tanto ha llegado ya el encono de los partidarios y admiradores de uno y otro equipo.

Paulatinamente nos vamos acercando a algunos grupos de espectadores. Escuchamos, creyendo encontrar algo nuevo, pero hemos sufrido una tras otras muchas decepciones, en todas partes no se habla de otra cosa. Hacen unas cábalas y dan por seguro el triunfo definitivo del "Victoria", otros en cambio, auguran para el mismo una completa derrota; aquellos desean que el "Marino" triunfe en toda la línea, para bajar así los humos al Victoria", estos aspiran a que el "Victoria" sea el vencedor, para que así siga teniendo la supremacía  de juego, sobre los demás equipos.

Cansados de decir siempre lo mismo nos retiramos al lugar que elegido habíamos de antemano, para presenciar el encuentro. Este no podía tardar mucho en dar comienzo, pues eran las tres y veinte y según pudimos indagar, se había anunciado para las tres y media.

A las tres y media dio comienzo este segundo encuentro, que como es sabido, es el último de la partida concertada entre los clubes, "Victoria" y "Marino". Les correspondió a los primeros poner en movimiento el cuero, se tuvo que rectificar, pues al hacerlo no se ajustaron a lo que para ello hay reglamentado.

Desde los primeros pases, se notó que por ambas partes se luchaba rudamente, que uno y otro equipo tenían marcado empeño, en apuntarse a su favor el primer "goal". Y no es de extrañarse la pretensión, tanto más, cuando que entre equipos como el "Marino" y el "Victoria", basta lograr un tanto de ventaja, para que podamos decir que el que lo ha logrado tiene asegurado el triunfo...

El entusiasmo de los jugadores que es la nota característica de este encuentro, no ha decaído ni un momento, antes al contrario se ha comunicado a los espectadores. La lucha se hace encarnizada, inenarrable, el público ebrio de entusiasmo aplaude estrepitosamente. La faena que realizan los jugadores, es admirable, no se ha logrado aún reconocer ventaja de uno sobre otro equipo, ambos se están portando como consumados foot-bollistas.

En un saque de línea, logra Juan Pérez, del "Marino" hacerse con la pelota, al irse con ella, los contrarios se interponen con ánimo de arrebatársela, pero desgraciadamente son burlados. Cerca de la línea de los medios del "Victoria" y de un hermosísimo pase da la pelota al inimitable Matías Miranda, quien con serenidad, que pasmaría a quien no conociera su modo de jugar, se acerca, engañando para ello a las defensas contrarias, a la puerta, tira al "goal", pero el "guardameta" detiene la pelota rechazándola; más los del "Marino" no quieren perder aquel esfuerzo realizado y el "Capitán" del equipo, Elíseo Ojeda que se encuentra en todas partes, multiplicándose, de una certera "patada" hace que el balón atraviese la puerta.

¡Goal! El público arrebatado, lleno de un entusiasmo invade el campo, los vítores y aplausos se prolongan largo rato. Pocos minutos después y sin que ningún "team" lograra mayor ventaja, termina el primer tiempo...

El "referee", que es el mismo que actúo en el primer encuentro ha anunciado la continuación de la partida. En este segundo tiempo, los del "Marino", limitándose a la defensa de su puerta mientras que el "Victoria", ataca desesperadamente.

Podemos asegurar sin temor a que se nos tache de exagerados, que nunca se vio en Las Palmas, partida igual. Si desesperadamente atacaban los del "Victoria", desesperadamente se defendían los del "Marino". Nunca habíamos visto al "Victoria" luchar con tanto denuedo y decisión. Muchas veces la pelota llegó a la puerta del "Marino", pero afortunadamente para estos era su "guardameta" un veterano del foot-ball, un antiguo jugador de sólida reputación, reputación, conquistada en miles de partidas. Paco González, no es adulación, tuvo que poner a prueba, su admirable frialdad, su serenidad asombrosa, su profundo conocimiento de lo que es una puerta, estuvo digámoslo de una vez, colosal; a él, y sólo a él, se debe la victoria.

Triunfó la escuadra del "Marino". No obstante estar la puerta de este equipo constantemente amenazada durante el segundo tiempo éste, sin que el "Victoria" pudiera lograr, no obstante también su incomparable labor, ganar el terreno perdido. La emoción del público, iba siempre en aumento, se acercaba el final de la lucha y probablemente el triunfo definitivo quedaría para el "Marino".

El silbato del imparcial Juez árbitro, suena estridente; es que ha terminado la partida. El numeroso público ha invadido nuevamente el campo, por largo rato no se oye otra cosa que gritos de alegría, vivas y aplausos.

Para que se vea el entusiasmo de los admiradores y partidarios del "Marino", citaremos dos hechos. Al conocerse el resultado el joven Francisco González que presenciaba la partida, corrió hacia el mar, donde en un bote tenían los del "Marino" su bandera y viendo que este no llegaba tan deprisa como su deseo, se arrojó al agua, vestido tal cual estaba, para salirle al encuentro. El otro hecho es el siguiente: Había los jugadores montado en la tartana que había de conducirles a Las Palmas, cuando varios centenares de personas de todas las edades, manifestaron el deseo de que se fuera andando. Así se hizo hasta la estación del tranvía. En el trayecto los vítores y aplausos no cesaron un solo instante.

Accidente e incidentes. De intento hemos dejado para tratarla en último término, esta cuestión. Seremos parcos. El accidente, desgraciado por todos conceptos y el cual hemos lamentado de que fue víctima el amigo y compañero A. Godoy, era inevitable. En pocas palabras lo probaremos.

La pelota fue lanzada al aire, de una fuerte patada, tanto Pedro Curbelo como A. Godoy, cumpliendo con sus deberes, se lanzaron a ella, llegaron al mismo tiempo más Curbelo levantó primero la pierna, dio la "patada" y como lógica consecuencia su rodilla quedó a la altura del estómago de Godoy, este en su ímpetu no pudo contenerse y fue a chocar contra la rodilla de  Curbelo. Todo esto fue lo que vimos  tal cual lo hemos visto lo relatamos. ¿Puede alguien probarnos lo contrario? Que lo haga. Y nada más de este asunto, nuestro deseo más vehemente es que el golpe recibido por el amigo Godoy, no tenga mayores consecuencias.

En uno de los varios "córners" tirados por el "Victoria" hubo un incidente, hasta cierto punto cómico. Estaba en el centro de la puerta, nuestro querido amigo Paco González, que como ya se sabe era "guardameta" del "Marino", Rafael García, "delantero" del "Victoria", estaba a su espalda. Tirado que fue el "córner" y cuando aún la pelota estaba en el aire, García, cargó a González, pero éste hurtó el cuerpo y el García, rodó por el suelo. González se dirigió hacia él y unas cariñosas palmaditas en los hombros, fue el pago de la falta cometida.

Este mismo señor García, dio lugar a otro incidente con A. Jiménez. Marchaba éste con la pelota y cuando vio que se le venía encima R. García, la arrojó fuera del campo. Entonces el "delantero" del "Victoria", agarró a Jiménez por la pechera en actitud agresiva, Jiménez para defenderse diole una puñada en el vientre. La pronta y eficaz intervención del Juez de campo y de algunos jugadores, solucionó la cuestión que no pasó de lo dicho.

Resumen. El "Marino" como bloque, sin fisuras, su sacrificio en el trabajo colectivo, sin bajar la intensidad, entregando la iniciativa al contrario, naturalmente, después de su "goal", para golpear sin piedad alguna cuando le era propicio. Los "backs" se sentían seguros, taponando todos los huecos a lo largo de todo el campo lo que impedía al "guardameta" pasar malos ratos, aunque éste, por si acaso, estaba dando muestras de una enorme seguridad y colocación si algún balón merodeaba sus dominios.

El conjunto del "Victoria" conoció la derrota ante un equipo disciplinado. Los victoristas no pudieron lucirse como en otras ocasiones, parecía como sí sus jugadores estuviesen agarrotados. Aunque de vez en cuando la línea de volantes manejaba el partido, haciendo correr el balón de un lado a otro, buscando los puntos débiles de la nutrida defensa, sin conseguir batir al portero marinista.

Y así terminó la "revancha", con triunfo de los muchachos de Las Palmas. Resumiendo la "rasquera" pasó a euforia y en los rostros de los jugadores del "Marino" se veía la "sonrisita" de oreja a oreja.

Artículo: Domingo Velázquez / El Día