Secciones Históricas

Victoria - Hespérides

Domingo, 26 de enero de 1947

 

CAMPEONATO DE CANARIAS

 

REAL CLUB VICTORIA

REAL HESPÉRIDES

  Estadio las Palmas

Los victoristas se proclaman CAMPEONES DE CANARIAS

5 - 0. Sucumbió el lagunero Hespérides. Nuestra felicitación al club blanquinegro que supieron ganar con destacada nota de deportividad, el título de CAMPEÓN REGIONAL. Nos interesa hacer resaltar mucho más que su mismo triunfo, ese abultado cinco-cero, el hecho de haberlo conseguido sin una mancha, sin un acto censurable, sin una tropelía por parte de sus jugadores.

CárdenesSe jugó un partido de campeonato, una gran final. Entusiasmo, pasión, voluntad, esfuerzo constante, buen juego en muchos minutos. Esta fue la tónica del encuentro por ambas partes, aunque luego a medida que avanzaba el tiempo y se hacían los goles, los nuestros se crecieran, se hicieran casi dueños de la situación y su moral subiera, aunque en el bando adversario ocurriera lo contrario y algunos de sus elementos no observaren una conducta digna de un jugador de fútbol.

Se caracterizó el primer tiempo por la rapidez que el Victoria imprimió al juego. Llevó la iniciativa. Quería buscar los goles para igualar y vencer después. Y se entregó a la lucha con toda su alma. Se esforzó. Y debemos decir que no tuvo compensación. No consiguiendo los tantos que merecía. Se malograron oportunidades espléndidas, quizá por exceso de nervios y falta de control de la pelota, pero no por ansias, por deseos de conseguirlo.

Todas las líneas victoristas respondieron en este supremo esfuerzo para igualar, pero no tuvieron suerte. También hemos de indicar que el Hespérides no se entregó nunca. Jugó y se defendió admirablemente ante la avalancha local y nos hizo temer que no se consiguiera batirle tan ampliamente como se deseaba. Magnífico su trío defensivo, segurísimo en todo momento, era el valladar más difícil de superar. Y así se llegó uno-cero a favor nuestro en la primera parte.

El juego fue más correcto por los visitantes en ésta, pero no en la siguiente en que abusaron algunos jugadores de la entrada nada recomendable, excediéndose ya en la prórroga. Este afán de buscar al contrario, de cometer una y otra falta, de empujar y agarrar para protestar sin razón cuando se le sancionaba, nos pareció a todos impropios de un club campeón. Se censuró, y el juez sancionó muchas veces, cada vez que veía, que no lo fue siempre.

En el segundo tiempo, el Victoria, por el esfuerzo realizado anteriormente, no mandó tanto en la cancha, pero se mantuvo entero y bregó hasta conseguir la igualada a dos que obligaba a una prórroga. Y en éste, contra todos los pesimismos, se creció y ganó ampliamente el título de Campeón de Canarias, marcando tres tantos a base de buenas jugadas y admirable entusiasmo en todos sus jugadores. Y se venció sin dudas, sin que se pueda colocar ningún cartelito de mal tono a uno siquiera de sus jugadores.

Y nos hicimos esta pregunta ante la actitud lagunera: ¿Por qué no jugó el Hespérides con ese mismo amor propio y tesón ante el Portuense? La respuesta nos la daría el Iberia en forma contundente.

RosadoVivimos hoy unas horas de intensa emoción deportiva. Unas horas como hace muchos años no las gozábamos. El Estadio lleno casi totalmente. Solo unos cuantos "claritos" sin importancia, y en las gradas, expectación, nerviosismo, deseos de triunfo de los nuestros, ansiedad ante el desarrollo del partido.

Salimos satisfechos. La afición vivió un día grande y la mayor deportividad se observó en todo momento. Pasión, pero no desbordamiento, ni notas desagradables. ¡Es que nuestro público sabe comportarse! Millares y millares de aficionados como en los buenos tiempos. El interés del encuentro lo requería y respondió todo el que gusta del fútbol.

Entre una estruendosa ovación salieron al campo los jugadores, formándose bajo la dirección del señor Padrón, colegiado tinerfeño, de esta forma:

Victoria: Hernández; Marín, Cástulo; Beneyto, Polo, Cárdenes; Antonio, Silva, Suárez, Torres y Guerrita.

Hespérides: Cándido; Castañares, Concepción; Melquiades, Cartaya, Arturo; Florencio, Enrique, Viera, Durán y Anita.

Sacó el cuadro visitante, comenzándose a jugar rápido. Llevan los albinegros la iniciativa, juegan con gran rapidez y dominan. Se ejecutan dos córners contra la meta lagunera, sin consecuencias. Y a los trece minutos, Hernández lanza a córner un tiro de Viera. Dos después, Torres malogra una ocasión al chutar alto. Se lucen Cárdenes y Concepción. Son los mejores hombres sobre el terreno. Quitan y entregan muy bien. Se le ovaciona, y a los treinta minutos, Guerrita  pierde una oportunidad para internarse. Después, Suárez malogra un gol. No tienen suerte los porteños. Los laguneros realizan algunas escapadas por la izquierda, creando Anita situaciones comprometidas, que salvan Cárdenes y Cástulo. Y, al fin, llega el gol, después de haber perdido Torres otra oportunidad, al pegar la pelota en el poste. Es Antonio quien "moja". La "melée" creada ante el marco azul por centro de Guerrita, termina con el balón en las mallas, en medio de un griterío indescriptible, emocionante.

Y así, uno-cero, el descanso. Comentarios. ¿Vencerá el Victoria? Sí. Si en la siguiente se sale con el mismo entusiasmo y deseos, pero los nuestros no están físicamente como los laguneros, y éstos reaccionan y presionan. Polo pasa a interior, y Silva al eje de la medular. No mejoran los locales, y en vista de ello, cambian nuevamente. Adelanta el Victoria y a los once minutos, el segundo gol, el de la igualada. Lo consigue Suárez al rematar un centro de Guerrita. La ovación es fantástica. Están igualados. ¡No hay campeón! ¿Quién lo será?

Lo merecía el Victoria. Jugaba más, con digna corrección, en contraste con los laguneros, que hacían muchas cosas censurables y sancionables. Pero no se pudo marcar en todas las ocasiones que tuvieron los nuestros, siempre con el santo de espaldas en este segundo tiempo. Y llegamos al final. Se juega la prórroga prevista. Y fue entonces cuando el Victoria ganó ampliamente. Lejos de entregarse o resentirse, se creció.

A los seis minutos de la primera fase, un centro de Guerrita, "melée" y la pelota va a las mallas, impulsada por no sabemos exactamente que jugador. ¿Polo, Antonio, Torres, Suárez? ¡Uno! Y fue el desbordamiento del júbilo general. Voladores, cantos, vivas, banderas... Cuatro minutos después, el gol que aseguraba el título. Fue una jugada de la delantera local, que Guerrita culminó con un tiro raso y que Castañares desvió hacia las mallas. Griterío enorme, júbilo desbordante. Y termina la primera fase.

AgustínEn la siguiente, con un Hespérides que "pegaba y cazaba" el Victoria hizo el quinto gol a los tres minutos, conseguido por Suárez, de cabeza, al rematar un centro de Guerrita. Luego en plena euforia de triunfo el sexto, de Suárez, que se anuló por fuera de juego. Y no hubo más. Ganó el Victoria, hurras, entusiasmos, loco...

Y Marín sube a la tribuna federativa, recibiendo de manos del presidente, don Miguel Velázquez, la Copa de Campeón de Canarias.

La ovación es cerrada, completa. El capitán blanquinegro saluda al público con la copa. No cesan los vivas, y Marín, entre el júbilo general, levanta el trofeo y da tres hurras por el Hespérides, gesto que se ovaciona en forma delirante.

Y todos reciben el triunfo con alegría, porque ha sido bien logrado.

Bien el arbitraje del señor Padrón. Únicamente podríamos señalarle que "dejo jugar con demasiado mano abierta" en muchas ocasiones, pero en general estuvo bien, con imparcialidad manifiesta. Es su mejor elogio.