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Partido: 30-06-1935

Domingo, 30 de junio de 1935

 

  • CLUB VICTORIA
  • MADRID F. C.

 EL "MADRID F. C." EN GRAN CANARIA

 Campo de Deportes España

El "Madrid", en su primer encuentro en Las Palmas, derrota contundentemente a los victoristas

0 - 4. A pesar de las pobres actuaciones del once madrileño en sus encuentros en la vecina capital, numeroso público acudió a presenciar el partido de este domingo, a las cuatro y media de la tarde, jugado en el Campo de Deportes  España, entre el excampeón de España, "Madrid F. C." y el campeón de Canarias, Club Victoria. Este encuentro, que era esperado por la afición local con gran interés, defraudó completamente a los espectadores.

El "Madrid", el once que tantas veces ha conquistado el preciado galardón de la Liga y de España, y que en su última excursión por Canarias sentó la cátedra de un verdadero campeón, demostrando sobre la pista del Campo España la fama de que venía precedido, ha decepcionado completamente en su primer partido el famoso equipo madrileño, a pesar de haber triunfado por tan amplio margen sobre el campeón local, pues ha puesto de manifiesto la baja forma de sus equipiers, quien durante los noventa minutos del match, frente a tan pobre conjunto como fue el Victoria en la tarde de este domingo, no supieron ligar una sola jugada de las que, por su fama y prestigio, les corresponde.

El "Victoria", el once porteño que resucitó lleno de entusiasmo para luchar contra los "pross"  ingleses del "Liverpool", fue un verdadero desastre frente a los madrileños. Sus líneas descohesionadas, faltos de moral y rapidez en el juego, decepcionó completamente a sus partidarios, que esperaban ver de nuevo en la tarde de este domingo una actuación briosa, llena de entusiasmo, como nos tenía acostumbrados el Victoria en otras ocasiones.

Uno tan sólo de sus jugadores puede decirse que se libró de esta hecatombe. Tomás, el pequeño meta victorista fue, como en todos los encuentros, un verdadero defensor de su marco. Sus valientes y oportunas intervenciones no bastaron para impedir que, por el claro que les dejaban las desconcertadas filas defensivas dieran paso a los artilleros blancos, para fusilarlos imparablemente por cuatro veces consecutivas.

Culpemos también de esta derrota a la mala actuación de los delanteros, pues ni una sola vez fueron expertos para introducir el balón en la meta que defendía el exguardameta nacional, Ricardo Zamora, que  pese a la floja artillería de la vanguardia victorista, se libró en distintas ocasiones de ser batido.

Castro, lesionado a mitad de la primera parte, contribuyó bastante a la desmoralización de los blanquinegros y sustituido aquél por Sinforiano, perdía la delantera el jugador más peligroso de su ataque.

Antes de finalizar la primera parte, y  raíz de un córner sacado por Emilín sobre el marco del Victoria, Lazcano logra batir por primera vez a Tomás, apuntando el primero "goal" para su bando, que aumentó en el segundo tiempo, pues el mismo vuelve a hacer funcionar el marcador a favor de los blancos, rematando muy cerca de Tomás una buena jugada de Emilín.

Hilario Marrero fue el autor del tercer "goal" del Madrid. El canario con fina puntería disparó un buen tiro contra el marco de su antiguo Club y pocos minutos faltaban para finalizar el encuentro, cuando López Herranz, después de burlar la defensa victorista, batió por cuarta vez la meta de los campeones canarios.

Quincoces, el magnífico zaguero español fue, como en todos los partidos, el mejor jugador de su Club. El gran internacional luce siempre su gran clase, por lo que se le ha considerado como el mejor defensa del mundo.

Zamora, aunque pocas fueron sus intervenciones, debido a la floja actuación de sus contrarios, demostró su buena colocación bajo el marco, pero sin lograr blocar debidamente el balón.

En la delantera, Emilín y Lazcano fueron los mejores. Ambos exteriores dieron el triunfo al Madrid.

Los equipos, bajo las órdenes del árbitro señor Díaz Casanova, se alinearon en la siguiente forma:

Madrid: Zamora; Ciriaco, Quincoces, Regueiro, Bonet, Souto, Lazcano, Hilario, López Herranz, Leoncito y Emilín.

Victoria: Tomás; Padrón, Domínguez, Dévora, Castro, Sosa, Prieto, Armando, Sinforiano, Bruno (Díaz) y García.

Otros detalles. El fútbol, que se ha convertido para el isleño en algo de consumo tan ordinario como el gofio, ha pasado ahora a ser para nosotros, como si dijéramos, un artículo de lujo. Aquí ya no se ve jugar al deporte balompédico más que cuando a algún Mister se le ocurre traer un club inglés o allá en Tenerife se deciden por contratar al Madrid. Y todo esto a causa de un montón de perrerías, en las que los galgos quizás sean los más inocentes, a pesar de su especie perruna.

Fuimos hoy al Campo de Deportes España - y junto con nosotros, varios millares de ciudadanos que no saben dónde sacudir su "spleen" -, con previo olvido de lo ocurrido en Tenerife. El Madrid se iba a enfrentar con el Victoria, nuestro flaco campeón frente al Ceuta, aunque fuera capaz de hacerle creer otra cosa al Liverpool en una tarde afortunada. Los victoristas se frotaban las manos de gusto y sacaban a relucir aquello de que ellos quedaron frente al inglés mejor que el Deportivo Tenerife. Así es que, lógicamente, figúrense ustedes la salida que le iban a dar al Madrid, que en Santa Cruz quedó tan mal parado como en el Campeonato de España...

A ver perder al Madrid, pues. Llegamos un poco antes de empezar el encuentro.

Ambrosio Casanova dirige el match. Nosotros tenemos la seguridad de que ha de hacerlo bien, porque rehusó el ofrecimiento de un compañero que estaba dispuesto a poner su fotografía en primera plana si armaba lío.

A las cinco menos veinte se pone en juego el balón. El ambiente está preñado de escepticismo. Aquí todo el mundo está en guardia y nadie quiere adelantar juicio. Pero la capacidad crítica de las gentes empieza a manifestarse a medida que transcurre el tiempo. Se está presenciando un juego que el público puede ver tranquilamente sentado, sin necesidad de levantarse por un arranque de entusiasmo. Zamora, eso sí, está tranquilo, por que el balón no llega a sus manos, y, de esta forma, claro está que no hay peligro. Menos en un crítico momento en que Quincoces salió accidentalmente de la cancha y la defensa madridista se aflojó de tal forma, que casi García le da un disgusto al exportero nacional. Pero nada pasó. Los blancos siguen dominando, tal como pudiera hacerlo el Gran Canaria en una buena tarde, y nada más. Aunque excluyendo a Quincoces, porque nadie tiene a los alemanes por exagerados, y si estos lo ungieron el mejor defensa del mundo, nosotros estamos aunque sin autoridad - dispuesto a confirmarlo. Ahora resulta, sin embargo, que quien primero dijo eso fue un destacado elemento político local, durante anterior visita del Madrid y desde estas más páginas. Por nosotros, si quiere, que inscriba la propiedad del dicho en las oficinas de Bravo Murillo.

Por fin hay un goal a los treinta y tres minutos de juego. Lo hace Lazcano, producto de un córner que los victoristas no supieron defender. Después de esto, el Madrid, sigue dominando hasta el descanso, que llega sin novedad alguna.

Este espacio lo aprovechan la gente para los comentarios. Y muchos entran a comprender la clase del papelito desempeñado por el Madrid en el campeonato nacional. Se le puede marcar un tanto al Victoria, y hasta una docena, sin que ello suponga heroicidad alguna, porque nuestro campeón, en local, ahí se anda con el Madrid en lo Nacional. Que busquen, pues, muchos Lecues y Sañudos, que buena falta les hacen. Y no traten de llevarse nada de lo barato que por aquí tenemos, si no quieren reincidir en el descalabro el año actual.

El segundo tiempo es una copia estereotipada del primero. Salvo, claro, los tres tantos que marca el Madrid. En lo demás, todo se mantiene igual, hasta la temperatura, que hizo el milagro de que todas las entradas fuesen de sombra. Tres goals que van marcando, sucesivamente, Lazcano, Hilario y López Herranz, y que se apunta por la razón, poderosísima de haberlos entrado en la portería de Tomás, aunque sus manufacturas no tuviesen ejecutorias de alcurnia. Y es que no basta dominar y vencer al Victoria - o a cualquier otro club local -, que sale ahora de un ostracismo obligado, sino que los goals deben ir acompañados de algo más. De algo que probablemente nos podrá dar el Madrid la temporada próxima, cuando sea un hecho el rejuvenecimiento de sus líneas; pero que ahora... solo sirve para explicar la incongruencia de que el Levante y el Sabadell estuviesen a punto de alcanzar el campeonato nacional.

Y que nos perdonen la franqueza