REANUDACIÓN DEL PARTIDO FINAL
Reanudación del partido final. Decíamos en nuestro anterior comentario que a consecuencia del ruidoso incidente entre los equipos "Victoria" y "Marino", incidente agravado sobremanera por la desdichada intervención de unos señores erigidos en jurado, por si era o no "goal", lo que a juicio de gran número de espectadores y sobre todo, al imparcial y poco sospechoso del Juez árbitro lo había sido, se suspendió la partida, para reanudarla el día diecinueve de octubre.
Mucho podemos decir de este y otros hechos, pero como quiera que sea materia para otra reseña que tenemos propósito de publicar como complemento a nuestra modesta historia, lo dejaremos hoy de mano, para narrar lo mejor que nos sea posible, la segunda parte de esta "partida final".
El día señalado, amaneció desapacible, un fuerte viento sopló desde el amanecer, viento que fue en aumento a medida que avanzaba el día. Desde muy temprano empezó el público a tomar sus posiciones en el campo del "Rompeolas". Se había corrido la voz, de que la partida daría comienzo a las cuatro en punto, y no se quería perder ni un solo detalle de la misma.
Las cuatro menos cinco señalaba nuestro reloj, cuando hacíamos la entrada en el campo. Nos hicimos de una silla, previo el pago del consabido real. Por breves momentos estuvimos vacilando para la elección del sitio en que podíamos colocarnos, decidimos últimamente efectuarlo entre los antiguos compañeros de "sport", Domingo Rodríguez y Feliciano Perdomo, quien compartió en los primeros momentos, nuestro incómodo asiento. Después de los recíprocos cambios de saludos y de habernos comunicado nuestras personales impresiones, enmudecimos.
Aprovechamos este momento de inexplicable silencio para echar una rápida mirada por el ancho campo. Presentaba esta un soberbio y nunca visto aspecto. Una triple línea de espectadores circunvalaba al mismo. Aquí y allá se divisaban grupos encantadores de hermosas señoritas, que con su presencia daban un no sé que agradable encanto a esta partida.
La parte de campo destinada a los jugadores, está desierta, estos van ocupando perezosamente sus sitios. La partida sin embargo no da comienzo aún. Preguntada las causas, se nos contesta que por no haber llegados dos jugadores del "Marino", que esperan lleguen en el tranvía. A las cuatro y diez, hace éste su aparición, pero de él no hemos visto apearse a ningún jugador. Para que la partida no se demore por más tiempo, los del "Marino" piden, a don Andrés Russo que esta vez actúa de "referee", autorización, para sustituir a los jugadores retrasados con otros que se encuentran entre los espectadores.
Permítasenos dar una modesta opinión: A nuestro juicio, obró de ligero el "Marino", sustituyendo a los jugadores ausentes por otros. Lo natural era el haber esperado algún tiempo más, máxime cuando los que faltaban, eran el "guardameta", Francisco Medina y el "delantero" Matías Miranda, bastante bueno el primero e insustituible el último. De haber esperado unos minutos más, quizás no tuvieran que lamentar hoy, el estar relegado a un segundo término, cuando por su modo de jugar les corresponde el primero.
Con el fin de evitar cualquier duda que pudiera derivarse de que el balón entró o no, se colocaron por primera vez redes en las porterías.
Era las cuatro y media cuando el Juez da la señal de salida, que lo hacen los del "Victoria", pero de una manera que si actuáramos de árbitro, lo castigaríamos, pues dice el reglamento que el balón a de salir hacia delante, y los del "Victoria" lo han hecho hacia atrás...
El huracanado viento continúa haciendo de las suyas, no ha amainado, antes al contrario parece arreciar, levantando nubes de polvo que impide a los jugadores hacer sus juegos. Pocos minutos llevaba de empezada la partida, cuando el "capitán" del "Victoria", Pepe Gonçalvez, dio a la pelota con la cabeza, desde la línea de los "medios" contrarios, rodó esta por sus espaldas, tomando "por casualidad, dirección hacia la "puerta" del "Marino", a paso de tortuga. Los jugadores de uno y otro equipo se detienen, pues el que hacía de "portero" avanzaba al encuentro de la pelota y era materialmente imposible, llegar antes que él.
El "guardameta" o el que da tal hacia llegase hasta el balón y en vez de tomarlo con las manos, y que tenía tiempo sobrado para ello, se decidió por darle una "patada", pero con tan mala fortuna que la erró. Se quedó perplejo el hombre y aún cuando no le faltó tiempo para de nuevo correr y detenerla, no lo hizo, debido sin duda alguna a su misma perplejidad. Siguió la pelota su trayectoria y se coló pausadamente por la "puerta". Fue este el primer "goal" que se apuntó el "Victoria".
En este momento y con una gritería endemoniada, los partidarios del "Victoria", hacen una irrupción en el campo sin que las Autoridades, pusieran nada de su parte para impedirlo. Largo rato duró aquella verdadera invasión, perdiéndose por consiguiente unos minutos de juego
Restablecida la normalidad, continua la partida sin interés por parte de los jugadores como al principio, no por la del público que no se podía contener. En estos momentos aparece un nuevo tranvía y de él descienden los señores Medina y Miranda que como ya hemos dicho eran los jugadores que faltaban al "Marino". Se colocan en sus respectivos sitios. La partida va animándose poco a poco, los del "Marino" parecen querer sacudir la frialdad con que hasta aquel momento habían luchado y atacan rudamente. El balón se acerca directo a veces a la "puerta" de los del "Victoria", pero sus "defensas" la defienden tenazmente, y el "Marino" se ve obligado a retroceder, cuantas veces se acerca. El "referee" con su silbato, anuncia la terminación del primer tiempo...
Ya los jugadores han ocupado sus puestos, para reanudar la partida, esta vez lo han hecho con más prisa, se dijera que la tiene por terminar. Suena el silbato cuando miramos los "delanteros" del "Marino", en rápida combinación llevan la pelota hasta la misma línea de las "defensas" del "Victoria", de allí son rechazados, pero vuelven a la carga una y otra vez.
El partido ha variado de aspecto. Por parte del "Marino" se lucha con tesón, desplegando una energía sublime, que hace pensar en un próximo triunfo. Los del "Victoria" en cambio se han limitado a una desesperada defensa, no quieren perder la ventaja conquistada.
No podía esto prolongarse por mucho tiempo; las acometidas del "Marino" eran cada vez más frecuentes y la "puerta" del "Victoria" estaba constantemente amenazada. El inimitable Matías Miranda hace una bonita escapada, los contrarios tratan de detenerlo, pero inútilmente, el que no es hábilmente burlado, ha rodado por el suelo. Y no se crea que este muchacho tenga por costumbre cargar, no; pues posee una poco común habilidad para evitar las cargas, nunca pierde su serenidad, así cuando nota que alguien se le viene encima con intención de cargarle, hurta tan bonitamente el cuerpo, que el que se proponía derribarle, es derribado.
Así pues, Matías burlando y derribando a sus contrarios, llega hasta la línea de "defensas", procuran estas defender su puerta, pero es Matías muy buen jugador, y son burlados, como lo habían sido "medios" y "delanteros". Cuando el invencible "delantero" del "Marino", se dispone a lanzar la pelota hacia la "puerta" del "Victoria", no hay un espectador, que no refleje en su rostro la consiguiente ansiedad. Tirada que fue ésta, dio de lleno en las manos del "guardameta" que la rechaza. Los jugadores se aglomeran, se lucha por breves momentos entre una horrible confusión, se abre un claro y por él entra la pelota. ¡Goal! Gritan público y jugadores (tanto logrado por Matías Miranda), y como la vez anterior, una buena parte del público invade el campo y las Autoridades guardan la misma pasividad...
La lucha ha empezado de nuevo. Los del "Marino", atacan con un ardor bélico, quieren ser vencedores; pero el "Victoria" se defiende como gato panza arriba. El entusiasmo aumenta, la partida es cada vez más interesante, los contrincantes son dignos uno del otro.
Próxima ya la terminación del tiempo reglamentario, Francisco Santana, jugador del "Victoria" logra llevar, por un extremo, la pelota hasta muy cerca de los "medios" del "Marino", desde allí, antes que alguno se le acercara tira, y la pelota ayudada por el fuerte viento reinante cruza la "puerta" de un extremo a otro, sin que el "portero" pudiera pararla.
Nuevo "goal" a favor del "Victoria" y nueve irrupción de sus partidarios por el campo, solo que esta vez llevan una bandera del "Club" que pasean triunfalmente... Los seguidores del "Victoria" daban rienda suelta a su alegría por este resultado, que daba opción a que su equipo levantase el trofeo de campeón.
La partida ha terminado y con ella el concurso. Como quiera que el "Marino" y el "Victoria" hubieran sido vencedores en las partidas eliminatorias, la celebrada por estos el domingo diecinueve de octubre, había de ser la definitiva. Fue por tanto ganador del concurso el equipo "Victoria" por un score de 2-1.
OPINIONES PROPIAS Y AJENAS
Opiniones propias y ajenas. Una proposición. Terminó la partida y con ella el concurso. Una vez más la suerte, no otra cosa, dio el triunfo al equipo "Victoria". La victoria obtenida por él, más que pláceme, merece el olvido; aquel efímero triunfo no es digno de los que hasta el presente se creen invencibles.
Salió vencedor el "Victoria" ¿pero pueden los que componen el equipo, negar que los del "Marino", luchan con más arte, con más conocimiento del juego? No, y mil veces no; la suerte que dio un fácil y ridículo triunfo al "Victoria", fue en extremo cruel con el "Marino".
Veámoslo. Suerte y no poca fue para el equipo "Victoria" el que el "Marino" se aviniera a empezar la partida, faltándole dos de sus mejores jugadores. Suerte también y no escasa por cierto, contar con un jurado antirreglamentario e incompetente; y suerte fue también que actuara de "referee" don Andrés Russo, muy buen caballero, pero... y esto es lo que importa, que ha olvidado casi por completo el reglamento de foot-ball.
Podemos todavía añadir algo más, pues todo ello ayudó e influyó mucho para obtener la victoria. Y ya lo dijimos en nuestra primera reseña, pero lo repetimos: "Interésanos muy mucho hacer constar que, de los equipos concursantes, eran cinco, el único que pertenece a Las Palmas, es el "Marino". Esto decíamos poco más o menos; al decirlo, no fue a humo de paja, lo hicimos constar así porque pensamos, y en ello no anduvimos desacertado, que el ambiente un tanto hostil, en que debía moverse el "Marino", sería más que suficiente, para despertar su recelo.
¿Por qué contando el "Marino" con jugadores más competentes que el "Victoria", fue vencido por éste? Nos hace esta pregunta un señor a quien solamente conocemos de vista; creemos haber contestado con lo ya transcrito, pero por si ello no fuere así, añadiremos: Primero, que el "Marino", va al campo llevando un juego, que es toda combinación, pero que no le da resultado lógico, porque el "Victoria" desconociendo en absoluto esa bella manera de jugar, limítase a dar grandes "patadas" y a tirar al "goal", casi siempre desde medio campo o poco menos; y, el segundo, que el "Marino", conociendo como conoce la táctica del "Victoria", se empeña en llegar con sus hermosas combinaciones, hasta la línea de "goal" contrario, y aún cuando a veces el resultado es satisfactorio, otras, la mayoría es trabajo perdido. Y nada más.
La "Historia", inmodestamente así la he llamado, de un concurso de foot-ball, ha terminado, pero antes de que el olvido se cierna sobre ella, permítasenos hacer a los equipos "Marino" y "Victoria", una proposición, que como nuestra es modestísima.
¿Por qué los equipos ya nombrados, no conciertan una partida, cuyo final sea un té para los jugadores? ¿Será tomada en cuenta esta nuestra proposición? Lo veremos.
A nosotros nos guía otro interés, el procurar alejar del ánimo de ambos equipos, el encono que ya ha empezado a germinar. Quisiéramos verles en un acto cualquiera fraternizar, y no odiarse casi como sucede hoy.
Piénsenlo bien los capitanes de ambos equipos y procuren, ya que ello está en sus manos, limar asperezas y no enconar más los ánimos de los que deben ser compañeros y no adversarios.