SEGUNDO PARTIDO
Segundo partido de eliminatoria. Comentamos anteriormente que después de una laborable discusión se había acordado, en la reunión previa, y única celebrada por los equipos que en esta segunda eliminatoria, fueran contrincantes el "Central Sporting" y el "Artesano".
Efectivamente, el domingo veintiuno del próximo pasado septiembre y a las cuatro de la tarde, presentaba la explanada del "Rompeolas", un hermoso aspecto. El público aún cuando no tan numeroso como el anterior domingo, ocupaba los lados laterales del campo.
La partida, que esta vez se retrasó algo más que la reseñada anteriormente, dio comienzo a las cinco aproximadamente. Por ambas partes se luchaba con marcada frialdad, sin entusiasmo, casi con desaliento. En los rostros de los jugadores, podía leerse el cansancio, se diría al verlos que habían ido allí contra su voluntad, contra todo deseo.
Así transcurrió todo el tiempo reglamentario, no hubo nada por donde se notara que se había despertado el entusiasmo. Ni una jugada merecedora del aplauso. No hubo por tanto vencidos ni vencedores. De esperar era este resultado dada la poca energía demostrada por ambos equipos.
Como lógica consecuencia del resultado obtenido, en la partida eliminatoria del día veintiuno, entre los equipos ya nombrados, se reanudó, si así nos permite expresarnos, el domingo veintiocho.
Llegamos al campo, cuando ya la partida había dado comienzo. Lo primero que se nos ofreció a nuestra vista fue un público regular. Tomamos una silla, mediante pago, por adelantado, de un real y procuramos colocarnos en primera fila. Después de alguna espera pudimos lograrlo. Entonces miramos hacia la parte ocupada por los jugadores. Con lo primero que tropieza nuestra vista, es con el Juez de campo, nuestro entrañable amigo Feliciano Perdomo, que en aquel preciso momento hacia sonar el silbato.
Entablamos conversación con un señor que tenemos al lado. Por él me entero de que entre los dos equipos se había llegado al acuerdo de dar por terminada la partida, en cuanto cualquiera de ellos lograra apuntarse un gol. Díjele, y repito aquí que aquel acuerdo era en un contrario al reglamento del juego. Sin embargo, tantos disparates se han llevado a efecto en este concurso, que uno más no habrá de alterarlo.
Unos fuertes y prolongados pitazos, me hacen comprender que ha transcurrido la mitad del tiempo.
Han pasado unos minutos, no podemos precisar cuantos. Los jugadores empiezan a colocarse en sus respectivos sitios, que como siempre son a voluntad, pues el campo continuó sin marcar. Procuro fijarme bien en las jugadas que se van desarrollando. Asemejase en un todo a las del domingo anterior. No vemos nada digno del aplauso, que no obstante suena de cuando en cuando. Sólo vemos algún que otro jugador, de uno y otro equipo, hacer algunas bonitas jugadas, pero sin resultados positivos, por no tener a su lado compañeros que le secunden.
¡Lástima grande que la mayoría de los foot-bollistas no quiera comprender que este juego es colectivo, no individual.
Un jugador del "Artesano" arranca con el balón casi desde el centro, avanza con celeridad pasmosa, el campo está desierto, todos vemos ya un "goal" seguro, está a pocos, poquísimos pasos de la puerta contraria, nos levantamos de las sillas cuantos estabamos cerca, queremos ver con toda claridad. De repente, cuando ya el afortunado jugador alzaba la pierna para tirar, cae rodando por el suelo. ¿Qué fue ello? Dos jugadores contrarios que viendo amenazada de cerca su puerta, sin pensar que el reglamento castiga las jugadas ilícitas, cargan y echan una zancadilla a quien iba a dar un triunfo a su equipo.
El público se amontona, todos discuten y no logran entenderse, se desobedece al "referee". Allí terminó la partida. Para mí, no temo decirlo, el triunfo lo mereció el "Artesano".
EL HOMBRE PROPONE...
El hombre propone... Ciertísimo. Así los delegados de los equipos concursantes, que no nombramos nuevamente por estar en la memoria de todos, al proponer y acordar, que los "teams" "Artesano" y "Central Sporting", fueran contrincantes en la segunda partida eliminatoria, acuerdo y proposición que dicho sea sin ofensa para nadie fueron antirreglamentarios, se llevaron un chasco.
No contaban seguramente con la ineptitud de los unos y la mala fe de los otros, pues de contar con ello, hubieran hecho probablemente lo que se hizo para la primera partida, es decir, dejarlo a la suerte que es lo que después de todo se acostumbra.
Más, dejemos esto que ya no tiene enmienda posible y vamos a lo que importa. Sabido es, que los equipos "Artesano" y "Central Sporting", jugaron los días veintiuno y veintiocho, su partida eliminatoria sin que, materialmente se entiende, hubiera vencidos ni vencedores, y decimos materialmente, porque moralmente ya lo hemos dicho en otra ocasión, el "Artesano", fue vencedor.
Pasemos por alto estas y otras minucias y digamos algo, muy poco de otro acuerdo, también antirreglamentario y fuera de toda costumbre, que por ser algo más grave que los demás no debemos silenciar. No hemos podido averiguar, no obstante haber puesto marcado empeño en ello, de quien partió la idea. Lo cierto es, que aún disputaban público y jugadores sobre la mala fe empleada por los dos jugadores del "Central Sporting", cuando ya la noticia circulaba de boca en boca. Era esta grave en demasía, sobre el mismo campo, se acordó, suponemos que por los capitanes de los equipos, que para el próximo domingo jugaría el "Marino" con el "Artesano" y el "Victoria" lo haría el día de la Naval con el "Central Sporting"
Nos retiramos del campo. Por el camino no pudimos menos de preguntarnos que empeño había para precipitar las partidas faltando de paso a todo lo usual y reglamentario. No hallamos satisfactoria contestación a nuestra pregunta, y terminamos por encogernos de hombro y decirnos lo que ya otra vez nos hemos dicho: "tantos son los disparates cometidos que uno más no alterará el concurso".
Conforme con lo acordado, aún cuando ello fuera extemporáneo, se celebró el domingo cinco de octubre, una nueva partida, que para no alterar nuestro relato, continuaremos llamando "segunda eliminatoria". Esta partida como ya hemos dicho se celebró entre el "Marino" y el "Artesano". Las cuatro, minutos más o menos, sería cuando llegamos al campo, que presentaba un hermoso aspecto. Logramos colocarnos en primera fila, nuestro sitio predilecto. Miramos breves momentos a nuestro alrededor. Un público numerosísimo circunvalaba el ancho campo. La parte destinada a los jugadores estaba materialmente llena de público.
A las cuatro y media, el "referee", hace sonar fuertemente su silbato. Los que llenan la parte de campo destinada a los jugadores, lo abandona perezosamente. La partida ha dado comienzo, con algo de frialdad por ambas partes. Seguramente obedece a diferentes causas. Los del "Artesano" convencidos de que no podrán hacer nada de provecho, luchan con manifiesta flojedad, los del "Marino", en cambio seguros de una fácil victoria no atacan con su acostumbrada valentía.
Así las cosas, y no obstante lo manifestado, el "Marino" se apunta uno tras otro, dos "goals". En bonita escapada, los del "Artesano" logran llegar hasta el área del "goal" contrario. Un defensa del "Marino" toca la pelota con las manos, suena en el acto un fuerte pitazo, se detiene el juego, pues la falta cometida viene supermarcada en el reglamento, que es la que el Juez de campo impone. Tira un jugador del "Artesano", lo que los jugadores llamamos un "penalty" y logra un "goal". Aplausos. La partida muda de aspecto. De glacial, tórnase interesante, los del "Artesano" envalentonados atacan furiosos, pero todos sus esfuerzos se estrellan ante los "medios" contrarios, están esta vez sencillamente admirables. Una hermosa combinación de los "delanteros" del "Marino" les lleva al desquite apuntándose a su favor un nuevo "goal".
La partida va perdiendo interés. Los prolongados pitazos del Juez de campo anuncia la terminación del primer tiempo.
Transcurren los minutos reglamentarios. Los jugadores ocupan nuevamente sus respectivos sitios. Continua la partida sin entusiasmo, con manifiesto desaliento por parte de los del "Artesano", que desesperan de conseguir un difícil triunfo, con ilimitada confianza por los del "Marino" que no obstante luchar cada jugador separadamente logran dos nuevos "goals".
Pocos momentos después prolongados pitazos del Juez anuncian la terminación de la partida. Son las seis de la tarde. Los jugadores se desbandan. Por fin la "segunda partida eliminatoria" ha terminado con un "score" de 5-1 a favor del "Marino".