Domingo, 20 de enero de 1946
CAMPEONATO DE CANARIAS
C. D. TENERIFE <> MARINO F.C.
Los "populares", se adjudican el título de CAMPEON DE CANARIAS
El Marino nos brindó un segundo tiempo de excelente juego en todas sus líneas
Victoria plenamente merecida y un título logrado con todos los honores
0 - 3. Después del primer partido celebrado en Las Palmas, con el corazón en la mano, tanto aficionados como futbolistas no podía hacerse ilusiones. No ya por el fuerte tanteo adverso, sino por la impresión de superioridad que acusó el equipo marinista a lo largo de todo el encuentro. Solo podríamos aspirar a que el Tenerife se rehabilitara en casa con una victoria y una actuación acorde con el rango campeonil. Pero no fue así. Y los millares de aficionados que llenaron el Estadio en la tarde de este domingo salieron plenamente defraudados. El Tenerife hizo uno de los más desdichados encuentros de toda su historia, sin una sola llama de inspiración en su delantera y con un desconcierto general en todo el equipo. Sólo a ratos el coraje de Mora y Llanos, como únicos supervivientes de un terrible naufragio.
Frente a un Tenerife ahogado en el centro del campo, sin que los delanteros pudieran en toda la tarde romper el frente de aquellos tres magníficos medios azules, el Marino nos brindó un segundo tiempo de excelente clase en todas sus líneas, situando el juego en el terreno de los tinerfeños. Un ataque que esta bien compenetrado, todo de gente nueva, donde luce con fuertes trazos la figura de Molowny. Cerebro en toda la iniciativa de la vanguardia azul. Después del segundo "goal" que marcó en forma brillante, el público le tributó una calurosa ovación. Se la merecía en verdad el notable jugador tinerfeño, que con Bermúdez en el centro y Zuppo en el puesto de interior derecho, forman una tripleta de alta categoría. Los dos extremos son también jugadores de mucha rapidez y fáciles en el remate.
Pero lo mejor del Marino es la media. Y, sobre todo, Bartolo y Rosado, que en el encuentro mantuvieron todo el peso del encuentro, malogrando una y otra vez los débiles intentos de la delantera tinerfeña para acercarse a la portería marinista. Aún quedaba atrás una zaga potente con Polo y Victoriero y un guardameta joven, de mucha agilidad y colocación.
En suma, el Marino agrupa en esta temporada quizá el mejor conjunto de Canarias. Con muchas reservas físicas todos sus jugadores, a los que acompaña en sus éxitos la juventud que llevan encima los cinco delanteros.
Y, Molowny, que debemos subrayar aparte, como la palanca que mueve toda la maquinaria, en su juego fino, atildado y extremadamente práctico. Le vimos en el encuentro tirar a "goal" en forma contundente y llevarse por piernas la pelota con suma habilidad y rapidez en sus sprints.
Victoria plenamente merecida y un título logrado con todos los honores. Así lo reconoció el público tinerfeño, que aplaudió largamente al equipo representativo de la isla hermana, Gran Canaria, cuando fue entregado la Copa de Campeón de Canarias y le dispensó en todo momento los honores que merecía su brillantísima labor en esta segunda final de los Campeones Regionales.
El primer tiempo terminó 0-1. Fue una jugada personal de Molowny, que pasó el balón a los pies de Zuppo, para que este lo hiciera llegar a la red. El segundo fue obra de Molowny, en forma muy espectacular, burlando a los defensas tinerfeños y batiendo de cerca al guardameta, sin necesidad de extremar el tiro. 0-2.
Y el tercer "goal" lo marcó el extremo izquierdo, Sanabria, rubricando así la espléndida victoria del equipo marinista. 0-3.
El Colegiado de Las Palmas, señor Ferrera Ferraz, llevó con gran acierto la dirección del partido, que se desenvolvió en un ambiente de extremada corrección.
CON OTRA MIRADA Y... DISTINTO ANGULO
El Marino marca la diferencia, venciendo al Deportivo Tenerife en su campo. Otra vez se proclama el Marino, Campeón de Canarias en las eliminatorias con el campeón tinerfeño. Es la tercera vez que el Marino gana el preciado galardón, que ya arrebató al Iberia en dos temporadas anteriores.
Ahora el once azul tuvo por rival al Deportivo Tenerife. Y después de su fácil victoria del primer encuentro, esta de hoy, a domicilio por tres a cero. Tanteo que viene a confirmar la clara superioridad que desde el primer partido acusó el equipo grancanario.
La lucha del Estadio santacrucero no fue destacada en cuanto a la calidad, pero entretuvo por el ardor combativo de los equipos, que salieron a darlo todo. Pasado los primeros momentos de nerviosismo, se impuso siempre el cuadro marinista, que terminó la primera parte con un tanto a su favor. El gol lo obtuvo Zuppo, a los treinta y ocho minutos de juego, en jugada personal de Molowny, con pase final al interior derecho.
A los dieciséis minutos del segundo tiempo se afianzó el Marino en el marcador, logrando Molowny el segundo tanto en jugada personal y después de salvar la salida del portero. Este gol fue muy aplaudido. Y ocho minutos después, con el Tenerife totalmente entregado, Sanabria recoge un despeje corto de un defensa tinerfeñista y marca el tercero de fuerte disparo.
En el cuadro vencedor destacó extraordinariamente Molowny, que una vez más sentó cátedra de gran jugador. Con él brillaron en el ataque Sanabria y Bermúdez. La línea media, donde reaparecía Rosado, se batió con la eficacia de sus buenas tardes, y detrás sobresalió Victoriero. En el Tenerife volvió a fracasar ruidosamente la línea de ataque, donde nadie se salvó del naufragio, pero sin que tampoco sobresaliera ninguno de los hombres de atrás. En resumen, que fue un Tenerife pobre y descosido como el que actuó el domingo anterior en Las Palmas.
A la terminación del encuentro entre los aplausos del público, se entregó al capitán del Marino la Copa de Campeón de Canarias. Antes y en el descanso se había hecho entrega al Tenerife del Trofeo de Campeón regional.