Domingo, 15 de febrero de 1942
Eliminatoria para representar al fútbol canario, en la competición nacional de la "COPA DEL GENERALÍSIMO"
CAMPEONATO DE CANARIAS
REAL UNIÓN
REAL CLUB VICTORIA
Se ganó él titulo, pero...
El Victoria naufraga en Tenerife sin torpedeamiento
3 - 2. Se ganó el título en el partido de hoy en Tenerife, pero no se hizo como se decía y tenemos equipo capaz de hacerlo. Naufragó el canario porque fallaron los medios, no respondió la delantera y la moral no fue la esperaba y la que debía tenerse. Sin embargo, el equipo campeón de la vecina isla no supo aprovecharse de aquella mala tarde de los nuestros para batirlos ampliamente y lograr un título que parecía para los nuestros muy difícil de perder y que casi se pierde. Esto nos ratificó nuestra primera impresión sobre el Unión: no es equipo, estando falto de delanteros que sepan conducirse ante el marco y cañonear. Carece de medios eficientes que empujen a su inocente vanguardia y le sirvan para lograr el tanto. Y no se diga que el Unión tenía "handicap", pues la impresión en la capital vecina el día antes y el mismo del encuentro era el que vencerían por un tanteo elevado, ya que el Unión, en su propia salsa y con la delantera dispuesta después de un entreno concienzudo, era capaz de muchas heroicidades. Si no ganó por un margen de uno y dos tantos sobre el resultado local, fue porque sus delanteros se apagaban ante la portería de Calvo, donde éste, en unión de Marín - el único que sonriendo - tuvo acertada y mucha serenidad.
De los nuestros hay que hacer las siguientes salvedades. Marín, el mejor hombre, siempre seguro y enérgico; Déniz, muy trabajador y animoso en la delantera, aunque en los primeros minutos perdió una oportunidad que probablemente hubiera hecho posible un camino completo en la faz del encuentro y seguido, Calvo, con mucha serenidad y valiente en las salidas, sobre todo la primera, al comenzar el partido.
Y ahora, una brevísima reseña de algo de lo que pasó:
Los clubes se alinearon:
Unión: Mora; Basilio, Aquino; González, Oché, Agustín; Núñez I, Alfonso, Florencio, Mendoña y Núñez II
Victoria: Calvo, Cástulo, Marín; Sinforiano, Castillo, López; Mentado, Ortega,Pacuco Jorge, Déniz y González.
Sacó la pelota el club tinerfeño, que la lleva por la izquierda a los dominios de Marín, el que hace su primer despeje seguro y valiente, observándose el comentario: "Hay defensa y seguridad por aquella banda". Cuando solo van cinco minutos de juego, notamos que el club victorista naufraga. Castillo está sin control de la pelota; Sinforiano falla dos balones peligrosos, escapándose el extremo izquierda. Uno de sus centros cae sobre la meta de Calvo, acudiendo Florencio al remate, pero el meta canario sale decidido y valientemente, despejando con el puño. Nos parece que Calvo va a estar como nadie lo esperaba y así fue. Sigue el juego muy raro, no acertándose a pasar el balón con acierto y Déniz pierde a los doce minutos una linda oportunidad al rematar inocentemente con la derecha un balón que tenía frente a Mora,. A los veinte minutos, un balón que llega cerca de la meta de Calvo, indecisión de éste y Marín, no despejando ninguno y el pie de Florencio que llega oportuno y hace el gol. Se oye una gran ovación, pero se apaga cuando Ortega, interior derecha victorista, lanza un tiro alto después de escapar del medio y defensa y no supo pasar a tiempo a Pacuco, que estaba en mejor posición. Este jugador, doce minutos después, remata de cabeza un centro de Mentado, que es el empate, acogido con gran entusiasmo por la masa de aficionados - bastante numeroso - que acudió a animar a los nuestros. Y termina a su debido tiempo esta parte, que transcurrió con algunas sonrisillas burlonas.
En la segunda, el Victoria jugó peor. Déniz, que era el hombre en el ataque, se agotó y siguió el naufragio. El Unión presionó un poco más, pero Marín estaba seguro y Cástulo también se mejoró. Sin embargo, a los veinte minutos, Florencio volvió a marcar de tiro cruzado, el mejor tanto de la tarde, el único que mereció los honores de llamársele así. El público anima a los suyos, viendo el resquicio, por donde lograr el título si tienen suerte y se emplean a fondo y con sabiduría, pero no hay nada de esto. No saben aprovecharse los unionistas de su superioridad moral y marcan un nuevo gol a los doce minutos por mediación de Florencio. Entonces, los ánimos de los nuestros - de la masa de aficionados, particularmente - decayeron. Se creyó que el Unión lograría un nuevo tanto y, luego, Dios sabe lo que hubiera pasado. Pero se operó una reacción en el cuadro victorista y se marcó el tanto que salvó la situación e hizo perder todas las esperanzas a los unionistas. Fue este tanto providencial obra de Mentado,. Que pasó a interior.
Después, los canarios que estaban allí deseaban una solo cosa; que aquello acabara y terminó al fin.
El público tinerfeño supo reconocer correctamente la pobre actuación de ambos clubes, no siendo capaz de exigir a quienes no podían hacerlo. Nosotros, sin embargo, hemos de decir que sí los nuestros no tiene tan poca fortuna, pues salieron al campo con la línea media totalmente lesionada. Mentado tocado seriamente del encuentro anterior y Déniz con poquísima suerte, el resultado vario por completo y la victoria hubiera sido tan grande como la lograda en el "Pepe Gonçalvez", pues hay equipo para ello.
Ferrera Ferraz hizo un arbitraje a satisfacción de todos y el público aprobó sus decisiones, que siempre estuvieron enérgicas y encaminadas a evitar que el juego se endureciera. Logró que los noventa minutos transcurrieran jugándose con deportividad, lo que constituye un triunfo dado la importancia del partido.
Por último, un consejo al Victoria: para ir a la Península hay que prepararse muy bien, pero muy bien.