Jueves, 31 de julio de 1941
Pudo haber alternativas en el marcador a favor de uno y otro, al final el resultado se escoró a favor de los catalanes
2 - 4. Tenía razón aquel azulísimo aficionado que nos dijo: "¿No irán a pagar el Marino los platos rotos?" Efectivamente, los pagó y con creces, pues el grupo catalán se llevó además de la victoria, una magnífica copa donada por el representante en ésta del coñac "Gordón". Pero también es verdad que lo mismo pudo resultar un cuatro dos al revés que un ocho-seis también al revés. Porque el Marino perdió muchas ocasiones lindas para obtener más tanteo y el Español también tuvo las suyas. Es claro, estas cosas del fútbol son así, como Dios quiere y no hay quien pueda ponerle remedio.
Perdieron los delanteros marinistas - ¿delanteros hemos dicho? - ocasiones espléndidas, donde no había que tener nada más que un poquito, una pequeña dosis de saber como se juega al balón redondo, para convertir en sendos goles aquellos balones que tuvieron a escasa distancia del meta catalán, que seguramente no hubiera sido capaz de detener. Porque fueron muchas las oportunidades que se le presentaron a Sosa y a Campos, sin dejar de citar a Lisa, que "desperdició" dos ocasiones que fueron una verdadera lástima.
Mientras en el llamado ataque marinista se perdieron muchas oportunidades, en el españolista se procuraron de aprovechar algunas de las muchas que se le presentaron y marcar cuatro veces, que ya es bastante. Ligó más la delantera catalana y jugó más que el primer encuentro. En sus líneas había ganas de quedar bien ante la afición local, consiguieron reivindicarse algo, algo nada más, pues debían dar mucho más y debieron hacer mucho más también.
Un blanco imponente tenía el Marino: el medio centro. Abreu no rindió una pelota, estaba torpón en el quite y en la entrega y muchas veces perjudicó a su equipo con regatees inútiles. Con un medio centro más entusiasta y más calibrador y una delantera donde los interiores supieron jugar de tales, el equipo local nos hubiera dejado a mejor altura, pero...
Únicamente dos jugadores hubo en el bando azul, Méndez, medio ala, y Semín, defensa seguro, valiente, entusiasta, siempre en la brecha y animando. El cubrió bien su puesto y se batió mejor frente a todo el ataque españolista, pero el no podía marcar goles, únicamente podía evitar - como lo evitó - el que le marcaran más. Que es mucho. Si sus compañeros fueran como él, que buen equipo sería el Marino.
¿Y del grupo españolista? Pues que ganó de la misma forma que pudo perder. Desde luego, no nos ha enseñado nada. Nos deja solo un mal recuerdo a todos. Ni siquiera sus internacionales nos quisieron decir todo lo que valen. Rovira pretendía que le dejaran jugar solo, sin que nadie le entorpeciera, pero eso es imposible. Cuando se ocupa el lugar que él tiene en el Español, hay que moverse y "mover". Si viene algún tropiezo, paciencia y a otra cosa. A veces, viéndole con la pelota en los pies nos acordábamos de cómo la jugaba Solé, cuando vino aquí en el Español la vez anterior. ¡Que bien jugaba y con qué modestia! El solo cubría medio campo, era lo que se suele llamar medio equipo. Aquello era un medio centro con toda la barba. ¿Verdad que está en lo firme? ¡Vaya que sí!
La defensa españolista, segura y cohesionada. Bien, muy bien. La delantera jugó hoy con más entusiasmo y Jorge se movió más y tenía ganas de decirnos algo de la que sabe, pero se reservó bastante. Sin embargo jugó mejor el ataque catalán. El interior izquierdo, Llimós, estuvo muy activo y peligroso y dio mucho que hacer. También Oliva centró muchas pelotas peligrosas y Chas trató de rematar, pero sin ciencia. Desde luego, el ala derecha Jorge-Carrel, estuvo muy bien, observando como Jorge sabe pasar y parar el balón con perfección, cosa de la que están faltos los nuestros.
Visión rápida del partido. A las seis y cinco de la tarde se da la salida al Español. Hay unos pases y el balón va de un campo a otro. De pronto, un tiro inocente de Campos, lo detiene el meta catalán. Sosa hace una de esas jugadas muy suyas, de valor y acometividad, llevándose el balón cerca de la meta y cuando todos esperábamos el gol, el balón se va por fuera. Otra Vez Sosa pierde un balón al tirar sin intención y seguidamente la delantera del Español liga una jugada, se acercan a la puerta marinista, tira Llimós y el balón va alto. No hay en verdad dominio. Solo mucha animación en el público marinista que quiere ver ganar a los suyos. Se oye el "Riqui-raca..." y se casa el primer córner contra el club visitante. No pasa nada, se ha perdido la ocasión. El balón va a los pies de Jorge y termina en córner contra los azules. Se saca y es el primer gol, obra de Jorge, después de un par de pases y de despejes. Van quince minutos de juego. Siete minutos después, Rovira pasa a Carrel, quien centra y Llimós empalma y marca.
Después pierde Sosa dos lindas ocasiones de empatar y minutos más tarde pierde una tercera. En esto, un penalty contra el Marino. Rovira lo hace fuera. A los pocos minutos, Díaz Casanova castiga al Español con otro penalty. Sosa, siguiendo el ejemplo de Rovira, lo envía también fuera, y termina el primer tiempo.
En la segunda parte, Fábregas sustituye a Arasa y a los diez minutos se produce el primer córner contra el Español. Lo saca Farías y después de una corta melée, Campos logra empujar la pelota dentro del marco catalán. Entusiasmo enorme en las filas marinistas y en las gradas de ídem. Un hincha dice: "Ahora viene el empate del Marino". Y efectivamente, a los dos minutos, Lisa remata un centro de Farías y obtiene el empate, pero poco duró el contento, porque exactamente a los dos minutos, Jorge pasó a Chas y éste a Oliva, que mandó la pelota dentro del marco azul. Sigue un juego bastante movido y todos esperan algo hasta que faltando doce minutos para finalizar, Carrel centra largo y templadito, rematando de cabeza Llimós, aumentando el margen a su favor. Y hasta que se pitó el final, hubo siempre peligro en ambas metas, pero sin que en nada se alterara el resultado.
Díaz Casanova arbitró bien. El público fue numerosísimo, pero salió no satisfecho de lo que había visto. Alineaciones:
Español: Ibarra; Teruel, Pérez; Fábregas, Roviera, Arasa; Carrel, Jorge, Chas, Llimós y Oliva.
Marino: Tino; Ramos, Semín; Pérez, Abreu, Méndez; Alfonso, Lisa, Sosa, Campos y Farías.