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Partido: 12-07-1935

Viernes, 12 de julio de 1935

 

  • CLUB DEPORTIVO TENERIFE
  • MADRID F. C.

 

EL "MADRID F. C." EN TENERIFE

El Tenerife en un soberbio encuentro "dio" un repaso al Madrid

4 - 1. En el Stadium de Santa Cruz de Tenerife se jugó el último encuentro amistoso concertado por el "Madrid" en Canarias.

Los madrileños eran un equipo flotante. Pasó la mañana a bordo del "Villa de Madrid", que los conduce a la Península. Y por la tarde seguían aún a bordo, en plena marejada, Algunos como el gallego Díaz, iba cambiando la peseta. Inconvenientes de no tener Madrid puerto de refugio. No le ha servido ni la playa del Manzanares...

No cabe duda que Zamora es hombre de vista. La experiencia, amigo. El vio como iban a venir las cosas en el segundo tiempo y optó por quedarse en la caseta, pensando seguramente cómo había de justificar ante sus lectores del gran rotativo madrileño "Ya" la tercera derrota de su equipo en este viaje a Tenerife. El calor, el campo duro, los malditos tiros imparables.

Pero tiene Zamora un suplente que si no logra emocionar como él, produce, por el contrario, bastante regocijo. Alguien, discretamente, al descubrir su condición de húngaro, nos decía en la tribuna al oído: Este se queda en la orquesta del "Zanzíbar" para tocar el jazz...

El Tenerife la tiene cogida con el Madrid. Es manía. Con éste encuentro llevan jugados en Canarias ocho partidos. Y no han probado uno. (Se nos viene a la memoria aquel "goal" de Luzbel, que perturbó varios días la vida ciudadana).

Y para amargarles más la existencia a los "merengues", en el encuentro se le ocurrió al entrenador del Tenerife  - idea  luminosa como una salida de sol por Anaga -, poner a Arencibia en el ataque de los tinerfeños. No vamos a decir que su incorporación a la delantera del equipo local fue el triunfo y de la exhibición que hicieron los hijos del "Teide", porque alguien, malintencionado, puede descubrir nuestra condición de "arencibistas" y tirarnos piedras o nos llama apasionados. A más de que se expone usted a que le estropeen el físico.

Pues bien, hoy, viernes, otra fecha casi memorable en los datos del fútbol canario, el Tenerife batió al Madrid por 4 a 1. Pero no es el tanteo. Es la forma como se jugó y como se acorraló a un Madrid pletórico de internacionales y de jugadores de alta nómina. Las tres mil pesetillas que Zamora cobra al mes. Las mil quinientas de la pareja ideal. Las dietas de treinta duros. Todo ese aparato casi bancario que hay que manejar para cubrir la plantilla del equipo del calibre del Madrid. Con local social, a todo lujo, en pleno paseo de los Recoletos...

Puede ser que en Chamartín nos la cobren todas algún día. Pero mientras eso llegue, regocijémonos con triunfos como el de hoy, que dan nombre y prestigio. Aunque no lo crean los marineros del "Canovas del Castillo", simpáticos galleguitos que se obstinaron en creer que Díaz sabe jugar al fútbol. Y vamos, guardia, que le digo a usted...

Vamos pasando, muy rápidos, la película del encuentro y captando las escenas fuertes. El primer "goal" que rompió el fuego, mandado por Semán -hoy menos pálido y jugador como en otros tiempos -, al mismo ángulo, para demostrarle al gran Ricardo que haya de tirarse más pronto. El "escarceo" Ciriaco-Quique, por que éste, que no puede con su genio y con otras cosas más, parece que fue a buscarle la rodilla al "Botas", y hubo sus amagos, con agradables mediadores luego, para que todo quedara como una sesión de la Conferencia de la Paz, en Ginebra.

Pero Quique se empeñó en hacer cosas raras, y mandó un tiro a "goal" tan escalofriante, que nos pareció que Zamora se tocaba la clavícula. Que es uno de los numeritos de su programa, aparte de justificar siempre los "goals" que por "equivocación" llegan hasta el fondo de la red.

Nos gustó la primera parte, porque vimos un ataque, el nuestro desde luego, tirando con prodigalidad a "goal" y con deseos de hacer cosas buenas. El maldito Arencibia. ¡Cómo torturáis mi mente!

Pasamos al descanso tras una breve ojeada por las tribunas, donde hay chicas muy guapas que van a ver ganar al Tenerife, y estamos otra vez ante el desfile de imágenes del "film" Madrid-Tenerife. Y ahora si que hay escenas fuertes, de las que le levantan a usted de los asientos. Y hasta pañuelitos, como para saludar la llegada de la escuadra. Nosotros, siempre fieles a la Marina...

Hay una escena blanca. Es el empate del Madrid. Lo logra Souto, un nuevo elemento de los madridistas que ya parece prometer. El tiro, muy cruzado, no pudo pararlo Cayol.

Luego vienen los cuadros en technicolor. La ofensiva de los tinerfeños, en un desbordamiento de juego que entusiasma por lo rápido y por lo precioso. Son las dos palabras. Luego, el desempate de los nuestros, que consigue Roig, enviando con la cabeza a Alberti un "goal" en forma de telegrama urgente y con respuesta pagada. Más tarde, el tercero de la serie, obra de Semán - maestro de maestros en este segundo tiempo, y como remate de una película que a todos nos ha subyugado, el clásico tanto de Arencibia, despreciando al balón y al portero. Con el tacón de la bota y de espaldas. Algo muy suyo. (No podemos remediar nuestro "arencibismo"). Y pudo haber subido el termómetro hasta los 40 grados que indicaba el periódico. "Ahora", si los nuestros son menos compasivos y si Quique y Roig se olvidan de la puerta y se acuerdan de la cabeza del "mago". Pero todos ayer querían mojar...

Los intérpretes del partido no merecen excepciones, porque todos estuvieron sencillamente bien. Sin embargo, apuntemos las novedades. Una, el nuevo defensa que ha adquirido el Tenerife en el Cabo. Se llama Sabina y es un jugador de lo mejorcito que hay por estas latitudes. Tiene valor y tiene temple de zaguero. Tocado en el segundo tiempo, salió como los buenos, llevándose a la caseta, por delante, el triunfo. Morera, que pasó a sustituirle, se sintió contagiado del mismo deseo de hacerlo bien.

Otra novedad: el medio Ricardo, antiguo hesperidista y hoy también en las filas de los campeones. (Total un paseo de La Laguna a Santa Cruz en autobús). El lagunero, que en el segundo tiempo entró por Oché, dio sensación de clase en el puesto de medio izquierdo. Es otra buena adquisición. En serio.

Y no queremos dar más "bombos", porque todos, sin excepción, estuvieron bien. Desde Cayol, pasando por Matroyo, Nieto, Cubas y Oché, para llegar al ataque, donde la tripleta Chicote-Arencibia-Semán y los extremos Roig y Quique, supieron dar una lección de fútbol y vencer a los auténticos representantes de la Villa del Oso y del Madroño, con todos los pronunciamientos favorables.

¡Pero no vayan ustedes a creerse que por el triunfo se estremeció las Cibeles! No es para tanto. Una impresión halagadora para los que presenciaron el encuentro y una íntima satisfacción de que el fútbol tinerfeño está otra vez en su madurez. Sólo falta que haya voluntad y pesetas, para que todo marche bien. Sobre todo, pesetas. ¿No es así, amigo don Pelayo?