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José Luis Pérez Navarro

 NUESTRAS FIGURAS DE AYER

JOSÉ LUIS PÉREZ NAVARRO

JOSÉ LUIS PÉREZ NAVARRO.  Un centro delantero sensacional. Tiempos heroicos. Jugar al fútbol en aquellos solares o "tesos" era algo especial, de ensueños, aunque a veces fuese una realidad el tener que salir corriendo si no quería verte delante de la autoridad del "guindilla" de turno y en otras ocasiones la reprimenda o azotaina de la madre al  llegar a casa con los pantalones o camisa rota. Si te librabas de una, seguro te encontrabas con la otra.

De esta guisa se fueron forjando "equipiers". Primero chiquillos, más tarde jovencitos,  y por último ya "pollos", ingresaban en los "teams" de sus amores. En la barriada del Puerto, casi todos querían pertenecer al Victoria, en la capital al Marino y otros al de sus barrios.

José Luis Pérez, criado en el seno de una familia "pudiente" ingresó, como casi todos los de su "clase", en el equipo merengue. En éste recibió clases junto a otros muchachos jóvenes que les gustaba el fútbol. Aceptaban lo que les aconsejaba un amigo de todos, que era el mismo tiempo un gran "aficionado" y se sacrificaba por corregirle sus defectos. Les llevaba a los entrenos y le decía: "Ese balón no se pasa así, hay que meterle el pie de esta manera, porque así el efecto de la pelota hará que el balón llegue a su sitio y no se pierda la jugada".

Cuando se trataba de rematar, decía: "No, no. Es conveniente y mucho más fácil tirar con la parte de dentro del pie, porque el balón tiene mejor control. ¿No ves que un balón tan fuertemente enviado no se puede rematar de esa forma? Procura hacerlo como te digo y verás que bien  sale, además de poderlo dirigir a donde quieras". Y así multitud de cosas que las conoce cualquier aficionado, hasta que los chicos llegaban a tener un dominio casi absoluto del balón y de la jugada, observándose como cuando en cualquier encuentro ponían en práctica estas enseñanzas "elementales" y tan matemáticamente que el juego unánime de todos los que vieron jugar aquel cuadro era este: "Juegan con mucha "técnica". Se pasan la pelota con precisión matemática y rematan a gol con mucha puntería. ¿Sabéis lo que era aquello? Pues jugar al fútbol, amigos. Jugar al fútbol, pero mucho y bien.

Precisa el Club Deportivo Gran Canaria un delantero centro. Las condiciones físicas de José Luis Pérez, su agilidad, su rapidez, pueden dar un delantero centro ideal. Así lo entienden todos y nadie lo discute.

Y con todo entusiasmo, con su admirable amor al club, con su admirable disciplina, ocupa el puesto de delantero centro.

José Luis Pérez, también jugó en el Sporting Club Victoria, ocupando la misma demarcación.

Don Federico Silva Rojo, dijo de él: "Cuando lo veo por ahí, de andar cansino, apenas si puedo creer que don José Luis Pérez, es aquel Pepe Luis, centro delantero del "Tristani", y luego del "Gran Canaria", ágil, de colocación impecable y chut fortísimo, terror de los porteros de aquella época, revolviéndose como un tigre en aquél terragal del muelle grande, escenario de sus triunfos y de sus derrotas, pues si bien él marcó muchos tantos, su equipo, formado por muchachos bien acomodados casi siempre perdían, aunque por poca diferencia; gracias a Pepe Luis, que casi siempre era el autor de los tantos de su equipo. Pepe Luis no era centro delantero impetuoso, no; jugador sereno, consciente del papel que representaba en el conjunto, guardaba gran colocación, apoyada por su serenidad y facilidad en el tiro, le hacían un jugador peligrosísimo, y a pesar del marcaje a que lo sometían sus contrarios, rara vez desperdiciaba ocasión para tirar a la puerta, advirtiendo que en sus tiros rara vez no se convertían en gol. ¿Era medroso ante el marco este muchacho? Es una pregunta difícil de contestar. Pepe Luis brilló en los tiempos más difíciles de nuestro fútbol; las parejas de defensas de aquellos días heroicos del fútbol canario eran algo serio: Jiménez-Ojeda, del Marino; Prada-Jorge, del Victoria; Arocha-Pablo, del Porteño; los hermanos Rojas, del Fomento... había que ser un león para pasarlos.

La afición deportiva de nuestros días, no pueden calcularse lo que en la defensa de sus marcos representaban los hombres que acabamos de citar, se le marcaba un tanto, ¡qué duda cabe!, Pero desde lejos, aprovechando un descuido, o a fuerza de habilidad, pero por redaños, no. Y a esta formidable defensa, Pepe Luis le marcó muchos tantos por su colocación y celeridad.

Pepe Luis tenía de sobra condiciones de jugador internacional, sereno, ágil, chutador fácil, vista y colocación. ¿Qué más hace falta para brillar? Defectos, ¡claro que los tenía! Pero no para aquella época, en que el fútbol empezaba a surgir tanto aquí como en la península, por lo tanto su juego algo limitado estaba de acuerdo con su época, tiempos de iniciación del fútbol hispano, así es que si en aquellos días se hubiera formado un equipo nacional, Pepe Luis hubiera sido el centro delantero del equipo representativo de España por derecho propio."

Una vez terminada su vida deportiva, pasó a formar parte del Colegio de Árbitros de la Provincia de Las Palmas (1926)