Secciones Históricas

Visita del Donostia

Domingo, 14 de agosto de 1932

 

  • CLUB DEPORTIVO TENERIFE
  • DONOSTIA

 Stadium Tenerife

3 - 2. Desfila por el Stadium Tenerife otro equipo peninsular. El Donostia batido en dura liza de los campeonatos nacionales, nos traía junto con un cuadro de figuras sobresalientes - donde descollaban los nombres prestigiosos de algunos internacionales - la modalidad de otro juego. No cabe duda que este juego de los norteños, duro, rápido, de grandes pases a las alas no tiene la vistosidad de este nuestro, bajo y corto, desarrollado casi por el centro.

En  esta temporada, la generosa conducta de los elementos que componen la directiva del Tenerife, ha hecho el milagro de que dos equipos de los mejores de España visiten la isla "Picuda". De esta manera se ha podido establecer una comparación eficaz entre el juego de los nativos y el practicado en la Península. De la comparación nos queda algo notablemente valioso y aleccionador.

Ha respondido el público al esfuerzo del Tenerife, llenando el Stadium, haciendo posible el resurgimiento del deporte y capacitándolo para mayores empresas, gira deportiva que se preconiza para los jugadores tinerfeños, quizá fuera lo más conveniente para pasear el nombre de la isla de Tenerife por todas las poblaciones españolas, llegado el momento oportuno.

Ni el Madrid ni el Donostia han podido vencer al Tenerife. ¿Mala suerte, "jettatura del campo", o que allá juegan menos? Desde luego, la suerte influye; lo del campo queda descartado y lo de que aquí se juegue más, es aventurado afirmarlo, aunque el Tenerife jugando mal ganara.

Mister Lowe, al final, y el directivo del Donostia, señor Callejo, echaban chispas, ambos creen que lo más lógico hubiera sido un empate. Ya veremos.

No sería enjuiciar la labor del Donostia de hoy, con carácter definitivo, pues así como reconocemos que los de casa hicieron un mal partido, lo mismo pudo haberles acaecido a ellos.

Tiene el Donostia cualidades que le hacen merecedor a la categoría de gran equipo: nobleza, empuje, rapidez, y una colocación impecable; les falta más profundidad en los ataques y... un portero, pues Beristain no es para su clase.

Solo la línea intermedia del Donostia. Amadeo, Gamborena y Marculeta demostraron plenamente la fama de que venían precedidos, todo lo contrario de Arencibia, Esquivel y Arocha, que actuaron desconocidos; solo alguna jugada aislada, algunos pases, pocos, bien hechos, y nada más. A estos últimos les corresponde algo de lo malo que vimos.

Si solamente recogiéramos del encuentro la calidad del juego desarrollado, estaríamos conformes con el empate; si nos fijamos también en los goles hecha ya, trillados que se perdieron, afirmaremos que el Tenerife mereció el triunfo por cuatro a uno o a lo sumo a dos.

El público parece que no está dispuesto a coger mucho sol, y así a las cuatro y quince, todavía brillaba por su ausencia, después llenó el campo en poco tiempo, aunque no en la proporción del partido del Madrid.

Al penetrar los dos equipos en la cancha son aplaudidos, más los donostiarras que los nuestros; bien hecho. A las cinco en punto, Rafael Martín llama a los equipos: los vascos obsequian al Tenerife con un magnífico ramo de flores.

Primer tiempo. Y comienza el encuentro. Juega el Donostia cara al sol; el primer avance es suyo, y pone en inminente peligro al Tenerife por una salida de Cayol más falta que un duro sevillano; el balón, ya a córner y se tira sin consecuencias.

Estos cinco minutos nos hacen presumir algo emocionante, pero los ochenta y cinco restantes nos convencen de lo contrario.

Sigue una presión del Tenerife que pierde ocasiones clarísimas de marcar, por mala suerte o por falta de vista; el Donostia desaprovecha otra, pues en una incursión por el centro, todas o casi todas fueron por allí, Cholín solo, con Cayol irremediablemente batido, manda un zambombazo al poste.

Segundo tiempo. Aparece el Donostia con dos jugadores frescos, interior izquierda y defensa derecho; el público abuchea a Arocha por dejar demasiado suelto al extremo y por enviar todos los pases al contrario; Arocha se ríe y desde fuera del "penal" suelta un chut potentísimo que se le escapa a Beristain de las manos, y Felipe se encarga de marcar el primer tanto. Júbilo, los del Donostia se miran.

Chicote chuta, Rancel chuta, Semán chuta; no pasa nada. Por fin, al recibir Chicote un pase espléndido de Semán, se cuela, quiere chutar y el defensa se lo impide, centra y Rancel marca el segundo tanto. Júbilo, los del Donostia no se miran.

Ahora es cuando juega el Donostia y marca dos tantos que el público aplaude poco por lo inesperado y lo insípido que fueron; sobre todo el segundo. Desencanto, los del Donostia se ríen.

Mister Lowe grita. ¡Amadeo, que falta dos minutos! Pero Chicote, de un punterazo, derrumba sus esperanzas y colma las del Tenerife: tres a dos.

El Donostia jugó tres partidos más contra el Tenerife, antes de desplazarse a Gran Canaria  Resultados:  6-0; 2-0 y empate a dos tantos).