Miércoles, 3 de agosto de 1932
En el "match" de revancha venció nuevamente los madridistas
1 - 3. Con numerosísimo público en los graderíos del Campo de Deportes España, se celebró hoy el anunciado encuentro entre el Madrid y el Victoria.
A las órdenes de Pedro Cárdenes, se alinean los equipos en la siguiente forma:
Madrid: Zamora; Ciriaco, Quincoces; Gómez, Valle, Pedro Regueiro; Lazcano, Luis Regueiro, Bestit, Olivares y Eugenio.
Victoria: Trujillo; González, Castellano; Castillo, Simeón, Padrón; Ortiz, García II, Teodosio, Tatono y Pepín.
Saca el Victoria llevando el balón hasta la línea de defensas madrileñas que lo despejan y entre Regueiro, Eugenio y Olivares trenzan una bonita combinación que acaba con un tiro de este último, que va fuera.
El Victoria, tras unos pequeños momentos de desconcierto, reacciona y su delantera, que juega formidablemente, hace innumerables avances con magníficas combinaciones al campo madrileño, pero todos sus esfuerzos se estrellan ante la infranqueable barrera de Ciriaco y Quincoces, los que se tienen que emplear a fondo.
Se suceden incursiones a uno y otro campo. Los madrileños no marcan por que no saben chutar. La mayoría de los tiros van mal dirigidos y los que van al marco son parados espléndidamente por Trujillo.
En un avance del Victoria, Teodosio da un enorme chut de media-bolea desde el área del penalty, haciendo levantarse al público emocionado, pero Zamora, muy bien colocado lo detiene. Despeja para recibir inmediatamente otro formidable cañonazo que para magistralmente. Grandes aplausos.
En una internada madrileña, anotamos un magnífico pase de Valle a Olivares, que chuta bajo y bien colocado, enviándolo el meta victorista a córner, de una bonita estirada. Tirado éste se origina un momento de serio peligro que logra despejar la defensa.
Lazcano que está haciendo un gran partido, en un avance llevado por Olivares, de un fortísimo chut cruzado, logra marcar el primer tanto para su equipo.
Este goal desconcierta a los blanquinegros. La defensa descolocada y los medios sin cohesión, hacen que el trío delantero forastero se crezca, poniendo a Trujillo en un verdadero aprieto.
La delantera victorista sigue actuando muy bien. Teodosio, codicioso, está buscando la oportunidad de batir a Zamora, pero Quincoces malogra sus buenos deseos.
Zamora es ovacionado por el público al detener en magnífica forma dos fuertes tiros de Tatono y Ortiz. Está finalizando el primer tiempo, y Ricardo se tiene que emplear a fondo ante la enorme presión que está haciendo el Victoria.
Olivares, en una escapada hasta la puerta victorista, da un chut rastrero a pocos pasos de Trujillo, quien se tira al suelo y lo para, pero el delantero madrileño, debido al impulso que llevaba cae sobre él dándole un fuerte golpe en la frente. Trujillo tiene que ser sacado del campo con una herida bastante profunda en la ceja izquierda. Este encontronazo fue inevitable.
Suárez sustituye al meta lesionado, y acaba el primer tiempo a los pocos momentos.
Comienza el segundo tiempo con bastante dominio de los forasteros y a los pocos momentos de juego, Suárez, que ha tenido intervenciones acertadas, se lesiona y entra a sustituirlo Monagas, y... ¡aquí fue Troya! Todavía, casi, no se había colocado en el marco, cuando Olivares le chuta a pocos pasos y marca el segundo tanto. Esto desconcierta a Monagas de tal manera que vuelta a poner la bola en juego. Bestit lanza otro chut por el estilo del anterior y vuelve a marcar. Estos dos goals logrados en cinco minutos desmoralizan al Victoria a tal punto, que aquél no se ve en el campo sino el Madrid. Ya cerca del final reacciona y pone a Zamora en constante peligro, pues domina al Madrid en toda regla. Pepín engaña a Zamora y pasa a García, quien chuta consiguiendo para su equipo el tanto de honor.
A los pocos minutos y después de varias jugadas sin importancia, finaliza el encuentro.
Pedro Cárdenes hizo un arbitraje que mereció el elogio de todos.