Domingo, 10 de julio de 1932
0 - 0. Mientras llega la hora. Llegamos al Stadium a las tres y media de la tarde, y nos sorprende el aspecto de la general, que desde dos horas antes del partido está atiborrado de público. Resistiendo pacientemente los rigores del calor. ¡Ya es afición!
Nos encaminamos a los cuartos de vestuarios. Están allí los jugadores del Tenerife preparándose para el "paseo". Hay algunos incondicionales, los de siempre, que van a dar "consejos". En el ajetreo de los jugadores, se oyen voces:
- ¡La embrocación! ¡Una venda! ¡Estos zapatos me quedan estrechos!
Los jugadores del Tenerife están alegres y confiados. Más alegres que confiados. Bromean mientras matan el tiempo. Hay alguien que coge la gorra de Zamora, una prenda casi histórica, y se la encasqueta a Cayol. Llombet le dice
- ¡A ver si te trae la suerte!
Continúan estas escenas cariñosas hasta que...
Chicote rompe el fuego. Cuando salen lo jugadores a la cancha - aplausos calurosos para unos y para otros - hay espectadores que llevan más de tres horas sentados pacientemente en su grada. Ni ganas tiene para aplaudir. Aquello es una "liquidación", forzosa.
Al comenzar el partido, tras de la ceremonia de un cordial saludo entre Zamora y Llombet, los capitanes del Madrid y del Tenerife, el público concentra su impaciencia en que la pelota se acerque a los dominios del guardameta nacional. Y en el primer minuto de juego, y casi en la primera jugada, Chicote rompe el fuego con un tiro alto, que es la primera parada de Zamora. Sobria, elegante, como todas las suyas.
Muchos, quizá la mayoría del público, esperan ver a los tinerfeños envueltos en las mallas de un Madrid campeón de la Liga, soberbio plantel de figuras internacionales. Y su sorpresa se va convirtiendo en esperanza halagadora de triunfo, a medida que los tinerfeños, cerrando bien las "puertas" de la defensa, se lanzan con entusiasmo - a la conquista de Zamora -. La más difícil para ellos. Antes los dominios de Zamora.
Llegamos al primer cuarto de hora de juego con una nivelación equitativa en la lucha. Olivares y Regueiro, en el ataque de los blancos, cambian soberbiamente el juego. La defensa azul tiene que cerrar los flancos. Y Cayol, muy seguro, dueño de sí mismo, cuida los ángulos del marco, al acecho de los tiros de la tripleta internacional. No hay mayor peligro, porque muchos remates van fuera.
Hay en el campo una línea de medios que se impone. La del Tenerife. Corta mucho juego, aunque en el servicio de balones pecan de precipitación y se pierden algunas jugadas que van a los pies contrarios. Esquivel abre siempre brecha por el centro.
El ataque del Tenerife inquieta el marco de Zamora. Hay momentos en que se ve el goal. Un tiro escalofriante de Chicote, solo ante la puerta. El "keeper" del Madrid se alarga para formar con la pelota entre las manos una figura helénica. Otra parada de clase. Se sacan varios córners contra el Madrid. Todos muy mal ejecutados.
Pesa más el dominio de los tinerfeños, y Rancel, Chicote y Semán se baten heroicamente entre Ciriaco y Quincoces - algo muy serio -, para buscar el claro por donde batir a Zamora. Todo inútil. Hay algo de desgracia, entre tanta maestría. Algún balón perdido que no se acertó a coger. Quizá los nervios, la impaciencia... ¡Quién sabe!
Sin novedad en el frente. Llegamos al final del primer tiempo empatado a cero. Ni los tinerfeños pudieron batir a Zamora ni los madrileños a Cayol. Pero el Tenerife tuvo más probabilidades. Sin hacer un juego de clase, de filigrana, los tinerfeños desplegaron una mayor actividad en el ataque y cerraron muy bien el paso a los delanteros blancos, que buscaron siempre el goal con mucho deseo. Como estelares artilleros, Olivares y Luis Regueiro fueron los que más de destacaron. Hilario, que abusó del individualismo, mandó muchos balone
Las dos líneas de medios actuaron bien. En la del Madrid, Ordóñez y Perico Regueiro tuvieron que bregar de duro. En la del Tenerife, Esquivel y Arocha estuvieron mejores que Arencibia, resentido de una lesión en el tobillo.
No hemos de volver a repetir que Zamora, Ciriaco y Quincoces fueron los tres hombres del Madrid. Admirable trío, que justificó hoy ante el público de Tenerife su gran cartel internacional. En nuestra defensa, Cayol, Llombet y Morera cumplieron con su cometido: no dejar que marcaran los delanteros blancos. ¿Se quiere mayor triunfo?
Cuando el reloj señaló los primeros cuarenta y cinco minutos de la jornada, el público estaba satisfecho de la labor de los suyos. Habían cumplido con honor ante el campeón de la Liga. Batiéndose siempre a su altura.
Momentos de emoción ante el marzo de Zamora. Al reanudarse el juego arreció el Madrid en la ofensiva. Y varias veces creímos que Olivares iba a marcar. Regueiro le dio unos pases calculados, que el centro supo aprovechar, tirando de lejos, con ventaja para Cayol, que en toda esta segunda parte defendió brillantemente su marco. Se escurría el ala derecha del Madrid. En un saque de esquina, un cabezazo limpio de Luis Regueiro le valió una ovación. Hilario seguía tirando de lejos, sin precisión.
Va pasando el empuje de los madridistas, y vuelve a imponerse el Tenerife. Un cabezazo de Semán, al ángulo, que va fuera por centímetros. Una jugada personal de Luzbel, que se escapa entre la defensa blanca para pasar al ala derecha, provocando uno de los momentos más difíciles para Zamora. Allí estuvo hecho el goal, que se malogró por indecisión de Semán.
Hay alternativas en los dos campos. Olivares sigue siendo muy peligroso en sus arrancadas, y en una de ellas tuvo Cayol que arrojarse a sus pies para sacarle la pelota. Pasó el susto, y vuelven los tinerfeños a la carga. Quincoces se multiplica dentro del "penal" madrileño, bien secundado por Ciriaco. Salvan todos las situaciones de peligro.
Hay momentos de gran emoción ante el marco de Zamora. Dos remates al ángulo de Rancel y Chicote, los salva prodigiosamente, lanzándose con todo el cuerpo a por la pelota que sale por la línea de kik. En aquél momento había logrado Zamora el empate del Madrid. Ya todo era imposible.
Terminamos, después de una escapada inútil de Felipe, como se empezó. El marcador señala un empate a cero. El árbitro acertado. Solo erró un off-side en el segundo tiempo - avance de Lazcano -, que pudo haber costado un goal. Del resto, muy exacto en su cometido
Madrid: Zamora; Ciriaco, Quincoces; Pedro Regueiro, Ordóñez Leoncito; Lazcano, Luis Regueiro, Olivares, Hilario y Bestit.
Tenerife: Cayol; Llombet, Morera; Arencibia, Esquivel, Arocha; Felipe, Rancel, Chicote, Semán y Luzbel.
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El Club Deportivo Tenerife ha quedado magníficamente conceptuado ante el Campeón de la primera Liga española, confirmando con los dos triunfos (Sábado 16 de Julio, por el resultado de 1-0; y el del domingo 17 de julio, por el tanteo de 2-1), ser el mejor y más completo team del archipiélago en la actualidad. No queremos entrar en análisis de sí los dos triunfos han sido bien conseguidos, si los árbitros han sido o no parciales a favor del Tenerife, o si el Madrid ha corrido con mala suerte. Queremos dejar sentado el hecho escueto de que el Tenerife, ha colocado a envidiable altura el pabellón de la vecina isla.