Domingo, 20 de julio de 1930
El Deportivo Alavés bate a un combinado de los equipos Athlétic y Gran Canaria, por la mínima diferencia
0 - 1. El Stadium. Presentaba el Campo de Deportes España en la tarde de este domingo animado aspecto con motivo del debut del Deportivo Alavés, frente a una combinación de jugadores del Athlétic Club y del Gran Canaria.
Los deseos que existían entre la afición por conocer al cuadro porteño eran grandes y antes del partido se hacían muchos y apasionados comentarios sobre el resultado de la lucha. Y como siempre se cruzaron apuestas en pro y en contra de ambos "onces".
Los jugadores en la cancha. Poco después de la hora señalada para el encuentro irrumpe en la cancha el once forastero, al que el público acogió con una ovación cerrada, que se repite al aparecer los canarios.
El árbitro y los jueces de línea. Como árbitro para dirigir el encuentro fue designado el colegiado don Francisco Ojeda y como jueces de líneas, Miguel Gil y Andrés Pérez.
Sorteo del campo. Verificado el sorteo del campo corresponde elegir puerta a los de casa, que optan por la Poniente.
Entrega de un banderín. Entre los aplausos entusiastas del público, Cabrera hace entrega al Capitán del equipo forastero de un bonito banderín.
Constitución de los equipos. Los equipos se alinean en la siguiente forma:
Deportivo Alavés: Beristain; Ciriaco, Quincoces; Rey, Fede, Unquiri; Arsenio, Calero, Olivares, Albéniz y Juan Ramón.
Combinado local: Trujillo; Cabrera, Medina; Ortega, Valle, Bermúdez; Ramos, Mederos, Sosa, Prudencio y Willy.
Y tras los ¡hurras! de rigor, comienza el partido.
Primer tiempo. Puesto en juego el balón por Olivares, hay un pase largo al punta izquierda y un centro templado de éste, que recogido por Valle es causa de que los de casa avancen rápidos hacia las mallas encomendadas a Beristain, muriendo el ataque al intervenir de manera eficacísima la defensa forastera.
Los chicos norteños combinan bien varias jugadas, pero por nuestra tripleta central, unas veces y otras por la pareja de defensas, queda destrozada su labor, una labor en que los balones han sido servidos de uno a otro sin regateos y con precisión y elegancia.
Y pasados los primeros minutos de lógico nerviosismo, que se había apoderado de los nuestros, va entrando el juego en una fase verdaderamente interesante, en la que sobresalió de manera muy especial la defensa alavesa y la delantera de los combinados.
El tanto de la tarde. A continuación de haber sido despejado por Ciriaco un ataque del quinteto verdiazul, el balón es recogido por Fede. Pasa éste a Olivares y por encontrarse nuestra defensa mal colocada, la burla con facilidad el centro delantero alavés y enfocando la puerta de Trujillo, desde muy cerca lanza un "shoot" fuerte a las mallas, muriendo el balón dentro de la red, sin que Trujillo, ni nadie, le fuera posible detener el tiro.
En esta parte se tiraron cuatro córners, siendo de todos ellos el que produjo algún peligro el sacado por Arsenio.
En los minutos finales de esta primera parte la línea atacante canaria se enfrentó una y otra vez con Beristain, sin que surgiera el goal del empate por el que con tanto ardor trabajaron, siendo dignos de elogios, unos tiros muy fuertes de Sosa y otros menos fuertes y bien colocados de Mederos, que obligaron a Beristain a poner en juego sus facultades acreditativas de guardameta excelente.
El segundo tiempo. Por cierto no desmereció en interés al primero, aunque en los comienzos se notó que el equipo que nos visita estuvo más apático, o más frío que en la primera parte.
Los de casa prodigaron sus zambombazos a la puerta, y sin que entre ellos decayera el brío ni el entusiasmo, hicieron todo cuanto humanamente es posible hacer para dejar bien colocado el pabellón canario, pero todo aquel entusiasmo, murió a los pies de la pareja de defensas blanquiazul, o a las manos de su guardameta, que hicieron en sus puestos verdaderos prodigios.
Mediada esta parte la delantera alavesa presiona fuertemente y Trujillo se ve obligado a detener varios tiros que, aunque lanzados de lejos, no dejan de ser peligrosos.
Prudencio, por nerviosismo, pierde la ocasión de marcar un tanto seguro y lo propio le ocurre a Sosa en la misma jugada.
Y minutos después, a pocos de lanzarse un córner contra la puerta alavesa, se produce en esta una melée, que, al fin, logró despejar la defensa.
Valle abandona lesionado el campo, entre en la cancha para sustituirle Brito, y Prudencio pasa a ocupar el puesto del centro medio lesionado.
Anotamos algunas jugadas más de escasa importancia y suena el pito del referee anunciando el final del encuentro cuando un ataque del Deportivo Alavés, moría en las manos de Trujillo.
Otra perspectiva. El primer tiempo se caracterizó por el magnífico y combinado juego desarrollado por la delantera canaria, a base de pases cortos y rasos, pero allí estaban Ciriaco y Quincoces, que sin necesidad de emplearse a fondo, despejaban toda clase de peligros que amenazaran su puerta; como único se pudo hacer algo, era enviar sendos chuts, por medio de la defensa, ya que juega abierta, y que para eso se estrellaban en el larguero. Beristain, hoy realizó un gran partido, parando tiros peligrosos, como uno de Mederos, que lo pescó con mucha serenidad, ganándose la ovación.
Vemos a Sosa enviar buenos tiros, junto con Mederos, pero no había de qué. Opinamos que de los delanteros que restan, o sean del Marino y Victoria, ninguno va a desarrollar las vistosas jugadas que realizaron los de la selección de hoy durante el primer tiempo. Lástima del fracaso de la línea de medios, pues sí bien Valle en el segundo tiempo jugó bien, en el primero falló. Mandarria, con poco acierto y Rubio a la misma altura de su compañero. La defensa, solamente hay que apreciarle la buena voluntad.
Resumen. Los alaveses, no obstante vérseles mucha soltura y precisión en los pases, no nos han convencido, se ve que juegan mucho más que el "Europa", y no obstante ser estos últimos más efectivos, pero si vimos dos interiores muy trabajadores, pero cuando llegaba el esférico en Olivares, se perdían los avances, seguramente se reservan para otros partidos.
De la defensa, tratar de ella equivale hacerle un elogio más. Amigo, ¡Vaya barrera!
El centro medio, bien; se ve que es un gran jugador, aunque se agotó pronto. Los demás bien.
La actuación del árbitro. Paco Ojeda, desempeñó su cometido con acierto y honradez. Sus fallos merecieron la general aprobación del respetable.
El público. La corrección observada por el público que llenaba la gradería del Campo España, merece los más calurosos elogios.