CONSTITUCIÓN DE CLUBES
Para cumplir mejor con nuestro objetivo hagamos una pequeña biografía del nacimiento de algunas de nuestras sociedades futbolísticas. Así que, detrás de estas páginas encontrarás la historia viva de clubes y sus protagonistas, genuinos representantes y creadores de la Escuela Canaria de fútbol
Fundación del "MARINO F. C."
Esta Asociación cultural y deportiva nació (allá) el 12 de mayo de 1905, con la denominación de "MARINO FOOT BALL CLUB" como resultado de las tertulias deportivas que cada tarde se celebraban en una casita situada al final de la calle Cabrían. La feliz iniciativa, tomada de aquellas reuniones, entre artesanos, comerciantes y otros gremios. Pronto tomó cuerpo y gracias al esfuerzo de maestro Eusebio Santana Torres, notable artesano de ribera de la época, de la zona de "Fuera de la Portada", se llevo a cabo la fundación.
Al mejor de los estilos, el Acta fundacional, sería...
"Reunidos en Las Palmas de Gran Canaria, siendo las 20,30 horas del día 12 de mayo de 1905, las personas que a continuación se citan:
Don Eusebio Santana Torres
Don Juan Rodríguez
Don Eliseo Ojeda Armas
Don Francisco Ojeda Armas
Don Francisco Reina
Don Juan Hernández
Don Francisco Sánchez
Don Miguel Ojeda
Don Juan Pérez
Don Pedro Curbelo Armas
Don Miguel Rosas
Don Pedro Vega
Don Miguel Medina
Todos ellos relacionados entre sí por especiales vínculos de carácter social,
EXPRESAN: Su voluntad de constituir un Club deportivo, que se dominará
"MARINO FOOT-BALL CLUB"
con personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar, cuyo objeto exclusivo será el fomento y la práctica de la actividad física y deportiva, especialmente el del fútbol...
Por fin, una realidad, así que.. Debo dar comienzo con la frase - como en los cuentos - : "Érase una vez... Inevitablemente, ninguna reseña o historia futbolística, en Canarias y/o nivel nacional, sería completa o perfecta sin mencionar o dar tributo propio al legendario Club "MARINO F. C.".
Aunque el "MARINO F. C." ha sido y es una Asociación cultural y deportiva, como veremos más adelante, el deporte de fútbol, iba a ser, uno de los factores más grandes en la realización de este Club.
Sin lugar a dudas, ha sido uno de los más grandes Clubes del fútbol grancanario en general, y del archipiélago en particular. Así ha sido reconocido por técnicos, aficionados, simpatizantes y cronistas deportivos.
Como todos los "campeones", han tenido sus críticas, pero, sin embargo, el nombre del "MARINO F. C.", está escrito en grandes letras en la historia del fútbol canario - y estará ahí durante muchas décadas en el futuro.
Dícese, que evocar o mencionar la palabra "marinista", ante un buen deportista, simpatizante o aficionado al fútbol... de los "d´iantes" -, ésta le trae grandes recuerdos y orgullo. Por así vivirlo - seguro estoy -, sus ojos destellarán luz y su rostro se iluminará y sobre todo su corazón palpitará un noble sentimiento.
Ha habido, y hay, muchos Clubes notables - canarios - que han destacado en cualesquiera de las muchísimas modalidades deportivas que existen, sería por ello desagradable citar algunos y omitir a otros muchos, pero, pocos aficionados, simpatizantes, militantes o socios - si los hay - de la afición futbolística Canaria dejaría de evocar al "MARINO F. C.", el incomparable Club, que tanto hizo por el deporte del fútbol, en general y en ayudar a cuantos Organismos públicos, Entes deportivos, clubes, futbolistas o asociaciones solicitaban su concurso, en particular, ahí estaba el "MARINO F. C." prestando su colaboración altruista y desinteresada.
Ahora, al cumplirse el primer centenario de su nacimiento, ¡quien lo diría, sus cortos y primeros 100 años de existencia! He querido, me empeñado en rememorar sus vivencias a través de la recopilación de relatos, anecdotario, crónicas, reseñas, folletines y unas valiosas fotos que me permito exponer a continuación, con el fin de que no se pierda el incomparable marco de una época gloriosa del deporte balompédico canario. Todo ello relativo solo a sus primeros años 1900/1950.
Este trabajo está realizado, en primer lugar, basándose en criterios personales y juicios de valor propios; en segundo lugar, naturalmente, a las hemerotecas, especialmente, El Museo Canario y Biblioteca de ULPGC, donde he podido encontrar tantísima información en la prensa de aquella época, tales como: La Provincia, Diario Las Palmas, Hoy, Defensor de Canarias, El Día, La Crónica, La Tarde, El Tribuno, El Progreso, La Falange, Canarias Deportiva, La Opinión, Aire Libre, etc., en tercer lugar, a cuanta documentación obra en la Secretaría del Marino F. C. y, por último a la inestimable ayuda de amigos, socios y simpatizantes, sin cuya aportación material y oral no hubiese podido llevarlo a cabo.
PRIMEROS COMPASES
El pasado... el ayer.
El Marino en la sociedad canaria, tradición... El ayer. Final en 1950. En el Folleto homenaje que se le tributó al Marino F. C. al haberse quedado campeón local y regional, temporada 1942/1943, extractamos los siguientes comentarios:
.... "Quien deje esparcir la mirada sobre el historial del Marino F. C. y estudie sus vicisitudes a través de todos los tiempos, llegando al momento actual, no podrá hacer menos que establecer un alto comparativo entre sus dos puntos más valiosos: Tradición y...
Dice un principio filosófico, que, en la vida, los hechos se encarnan, relacionándose íntimamente, para tomar el pasado y el presente. Y nosotros venimos a caer en el fondo de esta reflexión, que nos ha resultado pintiparada para una síntesis de la sucesión de los hechos en el Club marinista. Y no lo denominados ya "Pasado" y "Presente", sino "Tradición" y... sencillamente porque el pasado se ha convertido para ellos en tradición y el presente en... La tradición es historia. Y el historial del Marino - largo y prolijo - se hermanaba con la juventud que defendía el prestigio de sus camisas. Uno y otro vivía unidos en lo más íntimo y, de ser separados, morirían sin remedio, como si fuese un cuerpo constituido por dos órganos vitales e indisolubles.
Los muchachos del Marino saltaban a los terrenos de juego inyectados de tradición en la savia de la juventud. Es decir, que con un simple pensamiento retrospectivo y al tacto amoroso de las camisas que cubrían sus pechos, se sentían subyugados, estremecidos, por el choque del pasado histórico con el presente esplendoroso y trataban de hacerse dignos conquistando más éxitos y más laureles. Es que la tradición marinista viene a ser la voz imperiosa del "surge et ambula" que marca sus pasos.
El Marino ha tenido sus altibajos, como el resto de las actividades humanas, pero ha sido el crisol donde se han forjado grandes figuras del deporte balompédico. Eliseo Ojeda, Matías Miranda, Miguel Rosa, Pedro Curbelo, Antonio Rojas, Miguel Gil, Rafael González, Pepe Guerra, Victorio Cruz, Carmelo Campos, Cristóbal, Minguine, Farías, Bartolo, Hernández "Lobito Negro", etc...
El Marino ha sido una de las canteras más preciadas e inagotables del fútbol canario ¿Por qué? La juventud de los que formaron en sus filas da la respuesta. La juventud se amolda a los tiempos y a las enseñanzas. Y el Marino F. C., con buenos entrenadores y competentes directivos, ha sabido formar siempre nuevas y buenas figuras en el crisol de su tradición, lanzándolas al "mercado del fútbol nacional"
La consagración del Marino F. C.... "Comentar los deportes era un tema atrayente. Se podía decir, sin correr el riesgo de equivocarse, que entre nosotros, los canarios, las posibilidades deportivas aumentaban de día en día. Especialmente en el aspecto balompédico. Se poseía eficiencia y valía acreditada.
Juzgar, mencionar los deportes insulares sin adjudicar la primacía al balompié, era negar el fondo y verdad de lo que se veía y sentía. En las etapas pasadas, el balompié ha constituido, entre nosotros, una realidad viva.
Otros deportes, han logrado, momentáneamente, hacer vibrar a pequeños sectores, no cabe duda, pero siempre carentes de una amplia simpatía popular. Sin embargo el fútbol, en primer término, se ha impuesto en los afectos isleños. Ni las luchas, - deporte regionalísimo - con su viril destreza, ni la natación, - de grandes posibilidades nacionales - ni las regatas de botes, han logrado llegar a lo profundo del alma del isleño con la fuerza expresiva del balompié. Sólo éste ha podido arrebatar y apasionar, Sólo él, ha podido crear, deportivamente, una polémica continuada.
Nuestro pueblo siente y goza con el fútbol y sus ídolos. Y se conmociona los días de grandes acontecimientos balompédicos. Es, no cabe duda, el deporte de más popularidad entre nosotros. Ahora bien, esta popularidad ha sido, en gran parte, producto de la historia entusiasta y afectiva de un club: del Marino
Marino F. C. Marino del pasado, del ayer. Marino de... Generaciones de noble lucha deportiva. Su ejecutoria se ha adueñado de la simpatía popular. Debido a su tesón, poseía la plena consagración entre la afición. La alegría marinista se hacía sentir en todo lugar. El Marino está en los Riscos. En todas partes. El hombre y el niño insular adoran su color.
Entre nosotros es innegable que no se puede señalar la trayectoria del club Marino sin que surja - como premisa exacta - su profundo carácter popular. Ha sido evidente. Lo confirmaba la continuada lucha en los campos de deportes. El Marino se había ganado, con justicia, su consagración. Se puede decir, con exactitud, que su aureola y ambiente posee pasión y calor de multitud. La historia del balompié insular está en su historia. Todas las grandes manifestaciones deportivas en su época llevan su nombre en su recuerdo.
El Club Marino ha sido un ídolo popular. El equipo de las grandes pasiones. Las grandes polémicas surgían en torno a sus clásicas actuaciones. Apasiona y arrebata. Renueva y vitaliza en los días aciagos. En las heroicas y fogosas etapas de nuestro balompié, sus actuaciones han dejado siempre el dulce recuerdo de lo sensacional. Y en las menguadas crisis de decadencia deportiva también era el Marino el que alimentaba y daba calor a la esperanza de un futuro deseado. Tanto en la euforia como en la crisis el sentimiento de la afición estaba con él. De ella se nutre, y para ella teje su ya enorme bagaje de fechas triunfantes. Gestas ardorosas llevan el blanco y azul de su recuerdo. Azul de cielo limpio. Y, sobre todo, blanco, alba, color de la verdad.
El Marino, decano del fútbol canario... De aquellos equipos que se iniciaron a principios de 1900. Los Veintidós, Pipiolo, Buenos Aires, Tristany, Unión Central del Puerto, Marino, Victoria, Artesano, Porteño, Gran Canaria, Santa Catalina, Fomento, Atlético Club, Unión Marina, Gimnástica, Arenas Club, etc. etc... Hoy día, casi todos ellos desaparecidos, el Marino F. C., simboliza ser el decano.
Cerquita de aquí se constituyó el Marino F. C. Obsérvese en primer término la calle León y Castillo. Hacia la izquierda la calle Venegas. A la derecha Plaza de la Feria. También se ve la torre de la Iglesia del Sagrado Corazón de María
El Marino, el equipo más popular de Canarias... "No es de "ahora", de "antes" conserva el Marino f. c. esta condición. Cuando el cuadro anda mal, recibe derrota tras derrota, sus hinchas más exigentes - la mayoría - se enfadan y apartan del club, "no quieren saber más de él", "bastantes disgustos les ha dado ya para seguir aguantando, "ellos han tenido ya bastante. Ahora que vengan otros". Y así uno y mil partidarios del más popular de nuestros clubes de fútbol. Pero un día el Marino gana un encuentro, lo hace de forma resonante, de manera evidente y el "eterno" vuelve, exclamando: - ¡Ahora hay equipo, así si se puede ir a verle jugar nuevamente!- Y es que el Marino ha logrado una gran victoria, un cinco-uno o un seis-cero sobre su "rival de toda la vida", el Victoria.
Es el Marino quizás el único equipo en Canarias a quien se le pueda colgar el cartelito de "barómetro del fútbol insular". Según esté él, así está de alta o baja la afición. Él es quien más público arrastra tras de sí y la mejor prueba de ello esta en la final del Campeonato de Canarias celebrado en Santa Cruz de Tenerife, 1943 (C. D. Iberia - Marino F. C.) La masa de aficionados - grancanarios - que hizo acto de presencia en el Estadio santacrucero, fue de época, con cientos de personas; no lo ha arrastrado nunca otro club y difícil será que pueda conseguirla. Es grande la popularidad de los azules. Pero ojito, el mismo día en que sufra un descenso en su juego, el hincha más recalcitrante dirá, aunque pasado el tiempo se retracte y vuelva a las andadas: - No volveré nunca más. Con lo que he sufrido, tengo bastante.
Sin embargo, en cuanto el Marino obtenga su primera gran victoria resonante, él seguirá nuevamente hasta donde sea, como ha vuelto a seguirle Manuel Alonso. Este Marino me vuelve loco. "Ahora" como "antes", es siempre el mismo marinillo, jugando con la misma "serenidad".
El equipo azul fue nominado como "equipo más popular de Canarias", por votación entre todos los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria.
El sentir de unos colores y pasiones... "En tiempos de... El celebre "Riqui-raca" se concebía como grito de multitud. Y para que esta arenga alcanzase su total significación de grito de aliento y de guerra, han de proferirla miles de labios y miles de corazones electrizados por la misma descarga emocional. Altamente emocional es el instante en que brota de miles de gargantas el clásico "Riqui-raca", inyectando acometividad y confianza al bando favorito.
El célebre "¡Serenidad, Marino!", del no menos célebre Manuel Alonso, ¿no fue, acaso, el grito precursor del otrora "Riqui-raca"?
Manuel Alonso - casi tan celebre como el famoso navegante - siempre "colocado" a la retaguardia del guardameta azul, como reserva dispuesta a entrar en juego en los momentos de insalvable peligros, como Quijote embestido a denuestos y manoteos con la ofensiva tripleta adversaria, enfrentándose, él solo, con equipo, árbitro, jueces de línea y público enteros. Formaba parte del equipo azul. Más allá del portero quedaba todavía Manuel Alonso, erguido y disparando su "¡Serenidad, Marino!". Batirse con el "Marino en aquella época significaba batirse también con aquel pintoresco Manuel Alonso...
Ser marinista, un sentimiento... "Dícese, que la pasión preside los juicios, los aplausos y vítores, no los produce el entusiasmo vistoso del trenzado de una filigrana en una jugada más o menos vistosa, sino el afán de ver ganar al Club por el cual siente pasión y... sentimientos.
Los tiempos han cambiado y la emoción de ahora - se presupone - no es igual que la de antes, aunque a decir verdad, una sola cosa continua igual y es, que en el pasado..., ayer y en el presente..., hoy, se sigue viviendo el sentimiento marinista. Este arraigo quizás provenga, con certeza, de esos colores blanquiazules, del equipo eminentemente popular, el favorito de las multitudes, la "furia marinista" como expresión de ese "algo" especial e indefinido que caracterizaba al jugador. Aquel que bebiera o derramara una gota de sudor por los colores azules, no cambiaba de camiseta, no dejaba de defender a su equipo. Ese cariño hacia los colores del Club bien pudiera ser él "algo" indefinido que movía a las masas que le seguían. ¿Qué otra razón explicaría el hecho indudable de que, hasta personas que nunca presenciaron un partido de fútbol, en el que intervenía el Club azul, se sientan marinistas?
Ser marinista, es un sentimiento. Y ello es motivo de orgullo tanto para los del "pasado", los de "ayer" y, tampoco ofrece duda, a la nueva generación, es decir, el "presente",... hoy, pues, experimentan una sensación extraña y una inmensa alegría al sentirse marinistas de pro.
Secciones deportivas... "La Sociedad Marino F. C., no solo practicó fútbol, en sus locales también figuraron otras secciones deportivas, tales como: Baloncesto, siendo algunos de los componentes: Berenguer, Fleitas, Peraza, León, Alemán, Delgado, etc. Este equipo se quedó campeón en el año 1943. Boxeo, José Medina (Zurdo I), Rafael Rodríguez (Kid), Juan Gil, Carmelo Bordón (Kid). Estos cuatros fueron campeones para la Sociedad. Pero la verdadera joya fue: Nicolás Santana (Young Ciclone) También otros deportes, Natación y Water Polo.
Jugadores... "Por el popular club del barrio de Arenales, el Marino F. C., han pasado una pléyade de grandes jugadores, hoy casi olvidados pero no por ello menos meritísimos, que fueron admiración de muchos, y tuvieron los más cálidos elogios, tanto en el ámbito local, regional, nacional y extranjero, pasando de pronto, de su incipiente vida lánguida, provinciana, a los más amplios horizontes de la vida deportiva nacional e internacional.
El Marino F. C., fue de los más fuertes puntales del fútbol local. Su "once" era una verdadera maravilla de juego, de voluntad, de amor propio y de valentía que en muchas ocasiones rayaba en la temeridad. ¡Fecha de oro de nuestro fútbol! ¡Nombres imborrables de aquellos muchachos que lo ponían todo al servicio del deporte! Entre otros citaremos a Eliseo Ojeda (El gran capitán); Matías Miranda, los hermanos Curbelo, Fabián, Pedro y Paco; José Hernández "Alamino" (pechito de oro), Miguel Gil (El mago), Antonio Rojas, Rafael González, José Guerra, Manuel Rodríguez, Perdomo "Malapata", Ricardo Pita, Andrés Pérez, Teodosio García, Morris, Victorio Cruz (El Bala Azul), etc. etc., y los de las últimas hornadas: Cristóbal, Diego Ramos, Victoriero, Quico, Farías (el comodín), Campos (El catedrático), Méndez, Bartolo, Sanabria, Polo, Zuppo, Jerez "Chucho", Molowny, Minguine, Juanono, Nicolás, Juanito Beltrán, etc. ...
Tomados al azar y sin mucho esfuerzo, realizamos alguna semblanza de algunos de ellos, en recuerdo de esas viejas glorias del balompié canario, en general, y concretamente del Marino, en particular.
Mientras el deporte balompédico no quede absorbido por otro espectáculo de mayor resonancia, mientras en las islas queden dos personas que hablen de fútbol, lo anecdótico producirá y tomara carácter de leyenda. Mientras más apasione el fútbol más personalidad concederemos a los que fueron y ya no son.
El Marino siempre tuvo en sus filas grandes jugadores. Y estos muchachos lo daban todo por su club. No concebían el que pudiera vestirse con otros colores. Nacían para el deporte en el Marino, y de éste se retiraban para dar paso a otros mejores, a los nuevos valores. A algunos aún les parecerá que todavía los estarán viendo en las tardes de solemnidades deportivas. Actuando contra su eterno rival el Victoria, o contra el Santa Catalina, o contra el Porteño, o contra el Gran Canaria, etc., ... En esos partidos había nervio, brío, pundonor, coraje, y si se quiere violencia, pero también se caracterizaban todos - salvo raras excepciones - por su nobleza. El encuentro se ganaba o perdía, pero ello después de un derroche continúo de facultades, de tesón y de amor propio...
¡Había que sudar la camiseta, amigos! ¡No suponía nada ganar un partido en aquella época! Y cuando algún jugador decaía, cuando se encontraba indeciso, surgía la voz de otro compañero - la de "Alamino", por ejemplo - decía: "Animo Gilito, no tengas miedo". (Gilito - el gran Miguel Gil - era todavía un niño, pero una promesa espléndida como después se demostró, y a esa voz el muchacho se crecía, se despertaba, se sacudía el miedo, hacía jugadas maravillosas). Y "Alamino" (pechito de oro), ese jugador olvidado, al que casi nadie recuerda, fue una figura del fútbol local, brilló siempre con luz propia. Era medio centro del Marino, eje del equipo. Corto de talla, demasiado corto, daba la sensación de perderse entre los compañeros, en medio del campo. ¡Pero desde que empezaba el encuentro surgía su juego, sus saltos felinos, sus quites inverosímiles! ¡Allí estaba "Alamino", el pequeño "Alamino", que agigantaba su figura jugando, y electrizaba a la multitud!
Miguel Rosa, fue otro gran jugador. Formidable medio centro del club marinista, jugador de grandes recursos y de buena estatura. Su juego era reposado, inteligente, sin brusquedades, siempre jugada bien. Era como un reloj. Si de su juego dependía el triunfo, no cabía duda: el Marino ganaba. Jamás defraudo a la afición y sus partidos eran de una regularidad cronométrica.
Miguel Gil, otro de las estrellas, fue un as extraordinario, tanto en juego como en remate. Él sintetizaba el fútbol, él magnífico fútbol de ayer. El principio futbolístico de Miguel Gil, como el de todo muchacho de su tiempo fue estar a la caza del balón que salía de los campos abiertos donde los "equipiers" marinistas hacían sus entrenamientos, con el fin de dar su patadita, o hacer un regate y si había otros que en sus mismas condiciones se lo disputaban. En ambos casos, y a pesar de calzar unas alpargatillas, demostraba una rara habilidad que atraía la atención y concebía grandes esperanzas para el futuro. A medida que pasaba el tiempo, iba poniéndose de relieve sus grandes facultades de asimilación, velocidad, toque de balón, regate, etc., unido a una inteligencia y limpieza a toda prueba. Siendo aún un niño, y sin esperar a que estuviera formado por completo el Marino consiguió incluirlo en la lista de sus jugadores. El puesto que ocupó fue de exterior derecho, así como también actuó por el lado izquierdo. Fueron muy pocos los jugadores que llegaron a su altura.
A pesar de ser todavía un niño, como antes se apuntó, los equipos adversarios ponían a su vigilancia, un jugador no solamente notable sino también físicamente fuerte: recordemos a Juan Anaya por el Victoria, a José Mujica por el Porteño, etc., que a veces empleaban la fuerza más que la habilidad con el fin de amedrentarlo. Cierto que algunas veces lo conseguían; pero al fin vencían las grandes facultades del joven jugador.
Los tiempos más brillantes de Miguel Gil, también fueron los del Marino F. C. Buena parte de la supremacía del equipo azul se debía al popular jugador. Los triunfos frente al Real Betis Balompié, de Sevilla, en 1919, primer equipo nacional desplazado a Canarias. El célebre Campeonato "Lucana 66", en 1922. Sus buenas actuaciones frente a los equipos de Real Club Celta de Vigo y Raith Rovers, de Escocia, en el año 1923.
En fin, en el aspecto regional, ya que en su época nuestro fútbol no se conocía fuera de este ambiente, figuró siempre en las selecciones como primerísima figura. Miguel Gil, el mago, el único, el extraordinario, de quien dijo Manuel Rodríguez - otro legendario jugador del popular equipo blanquiazul - "es lo mejor que dio Canarias, imposible de superar en ningún tiempo".
Victorio Cruz Riverol, pudo haber sido el mejor extremo de Canarias y hasta de la península. Tenía todas las cualidades necesarias para haber sido, sin discusión de ninguna clase, internacional, un gran internacional. Reunía en sí todas las cualidades que el seleccionador más exigente pudiera desear en un jugador, juventud, estatura, valentía, fortaleza física y una resistencia enorme y tan veloz que sus amigos y admiradores, é incluso el público en general, le llamaban "El Bala Azul", y sin embargo... Tuvo un defecto pequeño, fácilmente corregible, y que sus amigos y admiradores agrandaron, haciéndole creer, el gran error de su vida deportiva, que él solo valía en el equipo, que no tenía gente de valía para rematar sus jugadas.
Victorio tuvo la desgracia para él y para el fútbol canario, que nadie le enseñara a jugar, ni hubo quien le corrigiera el defecto de llevar el balón hasta el córner para centrar y ¡claro! Cuando caía el balón frente a la puerta, era tal la aglomeración en la misma de jugadores contrarios, que era imposible el remate. Otras veces su juventud, su fogosidad, plena de facultades, él solo se lanzaba al ataque, sin darse cuenta en su afán de marcar, cosas que no hacia por vanidad, sino por su gran amor al club, que con él jugaban cuatro más, malogrando de esta forma, magníficas jugadas, plenas de coraje y entusiasmo que pudieran terminar en gol.
Don Federico Silva Rojo, dijo: Pudo haber sido uno de los mejores jugadores del continente, pero... si, así como Canarias no ha dado otro Padrón (El Sueco), es muy difícil que de otro Victorio Cruz... ¡Victorio! Lo tenía todo: fortaleza, velocidad, valentía, resistencia física, toque de balón... y el que pudo ser un "as internacional", sólo llegó a ser un "as canario".
El hablar de las viejas gloria, forzosamente lleva aparejado el tener que mencionar al que fuera indiscutible jugador de primerísima calidad dentro del fútbol canario. Por ello, sirva estos renglones alusivos a Matías Miranda.
Primeramente ocupo el puesto de exterior izquierdo y más tarde el de interior del mismo lado. De talla elevada, dominaba a la perfección el toque y el control del balón, con ambos pies, lo mismo que el toque de cabeza, de agilidad felina y gran habilidad para el regate; pero por encima de todo, un completo dominio de nervios y una intuición, cálculo rápido para la jugada, lo que no deja de ser un caso paradójico; ya que en el deporte practicado con los pies predominase el cerebro. En esta pequeña semblanza del notable jugador, diremos con franqueza y sin rodeos, que él fue quien desde los primeros tiempos del fútbol local, imprimió en Gran Canaria, y en particular a la delantera del Marino, el juego de pases cortos con desplazamientos rápidos que tantos triunfos dio al equipo de entonces, el público se iba interesando hasta sentir el verdadero delirio, e iba sumando adeptos que andando el tiempo formarían la masa de incondicionales partidarios del más popular de los equipos canarios, el Marino f. c.
Nos resta decir que, durante mucho tiempo fue el alma y nervio del equipo marinista, en su línea de ataque. Como anécdota que decía mucho en su favor y que corrobora algo de lo que ya se ha apuntado. Nos referimos al encuentro celebrado entre el Marino y el Betis, de Sevilla, cuando los sevillanos considerados como los maestros de la escuela preciosista española, estilo consistente en gran parte en el regate y la esquiva, y al practicar Matías Miranda el regate templado con esa belleza que produce la elegancia y la limpieza, desde los graderíos del "Campo de Deportes España" se oía a los sevillanos cruzarse la consigna de "cuidado con el torero".
Cómo dato curioso diremos que jamás cambió de camiseta ¡y eso qué fue solicitadísimo, en aquellos tiempos en que no existía Federación ni trabas que impidieran el trasiego! Explicación muy sencilla: que Matías Miranda fue marinista cien por cien.
Gacetillas de crónicas deportivas... "El Marino no definió las ocasiones y acabo perdiendo". "Un Marino atrevido logró la victoria sobre su "eterno rival". "Con un juego sereno y continuado el Marino logró vencer a...". Un Marino ambicioso plantó cara a... ganándole en su terreno". "Los defensas fueron los protagonistas ante un ordenado contrincante". "El Marino no funcionó como equipo". "El Marino no pasó del empate ante...". "El triunfo del Marino sobre... es engañoso". "El Marino volvió a dar otro repaso al...". "El Marino no dio buena imagen ante...". "Las acometidas continuas del Marino dieron sus frutos, venciendo a..."El Marino logra la victoria sobre... tras muchos sufrimientos". "El Marino con más mordiente venció a...". "El Marino le aguó la fiesta al..., logrando triunfar en los últimos minutos". Etc...
Entorchados, títulos y enfrentamientos deportivos... El Marino F. C. cuenta en sus vitrinas con numerosos trofeos, banderines, placas, figuras, medallas, diplomas y obsequios conquistados y donados a través de todos los tiempos, en concursos, partidos benéficos, encuentros con equipos locales, regionales, nacionales e internacionales, campeonatos local y regional, ligas, etc. Tal vez, o mejor dicho con seguridad y por eso los marinistas se sienten orgullosos, es sin duda el trofeo "COPA LUCANA 66". Campeonato Provincial 1922, ganado brillantemente por el Marino F. C., y en el que resultó imbatido. Por otra parte, también le dieron once medallas de oro ganadas por votación popular, habiendo obtenido el Marino F. C. doble votación que todos los demás Clubes reunidos.
El Marino se enfrentó a casi todos los equipos, tales como:
Locales: Unión Central del Puerto, Victoria, Artesano, Porteño, Santa Catalina, Gran Canaria, Fomento, Atlético Club, Arenas Club, Unión Marina, Español, Arucas, Santa Brígida, Gáldar, Rehoyano, Argentino, Gimnástica, Sporting San José, Polonio, Estrella, Hespérides, Águila, Granados, etc.
Regionales: Sporting Club Tenerife, Onces Tinerfeños, Nakens, Club Deportivo Tenerife, Real Hespérides, Fomento, Salamanca, C. D. Iberia, C. D. Price, Real Unión, Deportivo Norte, Español, Mensajero, Canarias, Tenisca, etc.
Nacionales: Real Betis Balompié, C. D. Alavés, Club Natación Alicante, C. D. Europa, de Barcelona, Real Club Celta de Vigo, Madrid F. C., Donostia, de San Sebastián, Sevilla F. C., Real Club Deportivo Español, de Barcelona, Athlétic Club de Bilbao, Atlético Aviación, etc.
Internacionales: Club Sport Marítimo, de Funchal, Raith Rovers, Budapest, Revenge F. C., Berlin, Queen Elizabeth, Liverpool F. C, Gimnasia y Esgrima, de Buenos Aires, C. D. Nacional, de Funchal, Santará, de Portugal, Selección Peruano-Chilena, Selección de Ifni, etc.
Fin de una época gloriosa... El Marino es un veterano club que ha dejado tras de sí una estela empolvada de gloria. En los tiempos, que podríamos llamar heroicos de nuestro fútbol, era el Marino uno de los conjuntos más temidos. La casaca azul fue muy difícil de batir. Con grandes explosiones de júbilo era recibido en cualquier lugar que se presentase el "once" marinista. Y..., llegó el fin de una época gloriosa.
Nacimiento del "Unión Deportiva Las Palmas". De todos son conocidas las vicisitudes económicas por las que estaba atravesando el fútbol local, así como el declive que había experimentado la competición regional, allá mediados los albores de los años cuarenta y tantos, en el que estaban involucrados los cinco equipos que componían la primera categoría, los llamados "poderosos".
De manos de unos entusiastas deportistas, nació la idea de aglutinar a lo "mejorcito" de nuestros jugadores, pero para ello se necesitaba la fusión de los cinco equipos (Victoria, Marino, Gran Canaria, Arenas y Atlético) Después de muchos dimes y diretes, por fin hubo "fumata blanca", habiéndose decantado por la fusión desde un primer instante el Gran Canaria, Arenas y Atlético, incorporándose más tarde el Marino y Victoria.
¡Por fin! El 22 de agosto de 1949 y en una histórica asamblea celebrada en la antigua sede del Real Club Náutico, de Gran Canaria, se constituyo el "Unión Deportiva Las Palmas".
La Federación Nacional aprobó en un pleno la propuesta de considerar el próximo Campeonato como de Tercera División, promocionando a los campeones de Las Palmas y Tenerife se incorporaran para jugar una Liguilla de ascenso a la Segunda División.
En resumen. Los primeros tiempos o iniciación del fútbol en la Isla de Gran Canaria están formidablemente narrados y documentados en las obras: Génesis y desarrollo del fútbol en Gran Canaria (don Eliseo Ojeda Armas); Veinticinco años de fútbol (don Federico Silva Rojo); 100 años de fútbol, y Etnografía del fútbol Canario (don Javier Domínguez García); del historiador don Antonio de Armas y algunos otros.