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Partido: 05-09-1926

Domingo, 5 de septiembre de 1926

 

  • REAL CLUB VICTORIA
  • REAL CLUB CELTA DE VIGO

 

Ganó el equipo local por el soberbio juego que desarrollaron sus "equipiers", siendo quizás el mejor partido que han hecho en la temporada actual´

6 - 1.  Como fue el match. Correspondió el saque inicial a los jugadores forasteros que muy prontamente fue cortado por el árbitro por un off-side de Casals.

El primer goal de la tarde. El equipo local, en conjunto, empieza realizando magníficas jugadas, a los tres minutos de juego hacen funcionar el marcador - Álamo que se ha corrido hacía el ala izquierda produce un centro que recogido por Ramoncito lo envía a la red.

El empate del Celta. El Celta inicia un combinado ataque de la tripleta delantera, Polo pasa a Chicha, este acosado por la defensa realista prepara retrasado a Rogelio, quien desde fuera del penalty empalma un shoot que bate admirablemente la meta canaria, van transcurridos cuatro minutos del anterior.

Un tanto fenomenal de Ramoncito. Tres minutos escasamente del empate, Ramoncito que hace mover todo el ataque realista lleva en un precioso dribling la pelota y tras de regatear a Pasarín envía un formidable shoot desde treinta metros y logra para su equipo el merecido desempate.

Estupenda parada de Correa. Rogelio que está pecando de un juego personal, logra en una ocasión llegar a pocos metros del marco local y disparar un cañonazo, pero surgió Correa en una relevante plongeón y atajar difícilmente la pelota.

El tercer goal del Victoria. El Victoria se lanza decididamente a arrollar a sus adversarios, que los ponen en una defensiva desesperada, aprovechando Ramoncito este acorralamiento marcar fácilmente el tanto más inocente de la tarde.

Dos córners al Celta. Como hecho demostrativo de la presión tan enorme del Victoria, diremos que consecutivamente Polo y Reigosa efectuaron dos córners al primero disputándole un balón a Ortiz y el segundo al interior izquierdo realista, dando con este la sensación de una desesperada defensa.

Impresiones al descanso. Se ha jugado este primer tiempo a un tren fantástico, haciendo el equipo local una gran exhibición de juego, comentándose favorablemente un triunfo más rotundo para las huestes de Ortiz.

Segundo periodo. Los realistas vuelven a tomar la iniciativa del juego y Álamo lanza un shoot que pasa rozando el larguero. El Celta, vista la ineficacia de su juego contrarrestando por otro más positivo impregnado por una rapidez verdaderamente vehemente y nada legal, Chicha se destaca a grandes rasgos por esta forma inusitada que juegan los visitantes. Ortiz que no encuentra en Queralt ni en Clemente hombres que le puedan cortar su juego, produce incontables centros que amenazan un nuevo derrumbamiento del arquero celtista.

El cuarto tanto de la serie. Ante el acoso de los forward realistas, la defensa se emplea duramente, pero Ramoncito con una facilidad sorprendente sortea a Clemente y a Pasarín y coloca el primer goal de la segunda parte.

El quinto lo marca el capitán del Victoria. Un avance del ala izquierda Climent sale a cortar el juego, pero con tan poca fortuna que no se apodera del balón, Ortiz a pesar del marcaje de Queralt toca el balón suavemente y lo deja incrustado en las mallas forasteras.

¡Leña! Ha llegado el momento culminante el Celta no puede con la derrota y la emprenden a golpes con los locales y una de las víctimas es Ramoncito de un foul de Pasarín, hay que decirlo claramente, se imponía retirar del terreno al mejor jugador victorista, mientras tanto, el árbitro no tomaba decisiones en estas faltas.

El  último de la memorable jornada. Climent a pesar de sus esfuerzos no puede hacer por evitar la derrota, pues casi todos los tantos han sido marcados a poca distancia, en un avance de Jiménez se le tira a los pies, el jugador canario no obstante la obstrucción, puede centrar, rematando aquel centro de cabeza el interior Reyes que lo entra sin portero en l

El marcador no funciona. Parangonando al histórico B.E.A.C. el marcador a partir de este momento no pudo señalar los seis goals, debido seguramente al exceso de trabajo con lo que le habían obsequiado los realistas.

El arbitraje. Paco León a quien otras veces le hemos elogiado en sus actuaciones, no podemos menos que censurarle. El señor León dejó a sabiendas que los forasteros se despacharan a su gusto, dando patadas brutales a los jugadores locales. Un árbitro debe tener la autoridad de expulsar a cuantos jugadores no acusen deportividad, y esto señor León debió usted haberlo hecho, aunque el Victoria fuera ganando, pues el triunfo no es óbice para cumplir con elementales deberes.

Impresiones. Tiempo, mucho tiempo hacia que el Campo España, no brindaba a sus favorecedores un encuentro de la importancia del que presenciamos este domingo, entre los equipos reales "Celta" y "Victoria", al cual contribuyeron grandemente la tripleta que dirigía el señor Paco León y los hermanos Cabrera, los cuales demostraron con su imparcialidad saber cumplir con su cometido y sobre todo interpretar los deseos del respetable.

Los "equipiers" del Celta que en su anterior encuentro vencieron a sus colegas los victoristas por el "score" de tres tantos a cero, se presentaron en el terreno de juego dispuestos a repetir la hazaña y aunque en honor a la verdad tengamos que confesar que son jugadores de gran perfeccionamiento, también tenemos que reconocer el valor de los nuestros, los cuales deseaban en todo trance (pero noblemente) vengar la derrota sufrida dejando el pabellón isleño a la altura y dentro de casa  ha dejado, es decir, con los equipos visitantes y con los visitados. La deuda fue cancelada y quedó en su haber un triunfo digno, pues el tanteador se elevó a la respetable cifra de seis goals a uno.

El juego desarrollado por los forasteros fue de gran lucimiento a pesar de no haber tenido eficacia a la infranqueable tripleta Correa, Arturo y Sebastián.

El Victoria por su parte jugó con serenidad y entusiasmo desarrollando su clásica técnica y su impecable colocación, dando esto motivo a tener continuamente dominados a sus contrincantes, dominio que se tradujo en varias ocasiones en un perfecto embotellamiento, y cuando la línea atacante se internaba en terreno céltico, Ramón, el gran Ramón, con su enorme dribling burla al colosal Pasarín y obtiene de una manera maravillosa uno, dos, hasta cuatro tantos los que premia entusiasmadamente el numeroso público que se situó en el Stadium. Fue Ramón el héroe de la tarde y hacemos caso omiso de hacer elogios al resto del equipo por cuanto propios y extraños no cesaban de aplaudirlos. Ahora si en justicia diremos que al equipo blanquinegro le hacia falta elementos que con su sabia inteligencia y sanos consejos les educara y les disciplinara para dar notas de correctos amateurs como la que dieron en este memorable "match".

Nuestra enhorabuena el entrenador don Francisco Jorge a la digna directiva y a los valientes chicos del Celta.