Domingo, 29 de agosto de 1926
El Celta derrota al Victoria
0 - 3. Impresiones. ¡Por fin la tercera presentación de los profesionales del Celta constituyó un triunfo, haciendo sucumbir a nuestro potente grupo realista por el elevado score de tres tantos a cero.
En rigor de verdad, tal derrota, no puede asegurarse que provino de una lucha disputadísima, donde la balanza se inclinó para el grupo evidentemente superior, no queremos negar con esto, que el Celta no sea un equipo más avezado y con más conjunto que los equipos locales, pero si pretendemos afirmar, que su victoria de hoy, fue ante un enemigo en desgracia, rebajado por la escasa eficacia de la línea defensiva y por la mala labor de su medio centro y, en estas circunstancias, el Real Victoria, no pudo desempeñarse en las debidas condiciones necesarias para hacerle surgir como un conjunto, temible de depurada técnica, muy superior a todas luces que los demás teams locales.
Los profesionales del Celta tuvo una tarde magnífica en la primera parte su juego bastante reposado - atesorado - con mucha inteligencia marcando un punto muy alto de la técnica del foot-ball, llegando en este periodo, a practicar un juego tan magistralmente combinado con mucha prodigación en el shoot, que llenó las exigencias del más inteligente aficionado, logrando en este primer half-time un enorme goal, obra del interior derecho que remató de una manera fulminante una jugada de la tripleta central. La decepción del Real Club Victoria parece que estaba patentizada por la injusta inclusión del zaguero Lalo, desde los minutos iniciales los fallos de la defensa fueron continuos, prodigando Rogelio múltiples shoots ante el desmoronamiento de esta línea defensiva que fueron salvados por el único jugador que tuvo hoy el Victoria sobre el terreno la figura agigantada de su guardameta Correa que libró a su team, tal vez de una mayor derrota.
¿Para que nombrar a las figuras realistas? Basta decir, que Hilario no hacia más que provocar unos lamentables pases, Ortiz cuando de tarde en tarde los recibía no centraba, Álamo no se movía, Ramón corría a la deriva, todos parecían desorientados. Estas fueron las características del Victoria.
En la segunda parte, el Celta no tuvo necesidad de emplearse a fondo, jugaba contra un enemigo desorientado que en el descanso a pesar de las inyecciones de sacrifico no pudieron reanimarlos y, poco a poco, el Celta se fue imponiendo rotundamente hasta lograr definitivamente la victoria afianzada por Rogelio al rematar un pase retrasado de Polo y culminaba por el propio jugador internacional al pegar uno de sus clásicos shoot, terminando este partido para el Victoria con la derrota de tres a cero.
Se destacaron por el Celta, la pareja de defensas Cabezo-Pasarín, especialmente el último que tuvo una actuación formidable. En los medios Hermida fue el mejor, y el mejor de los veintidós jugadores, su actuación fue afortunadísima, sobresaliendo el ataque que Rogelio, Polo y Chicha.
La portería del Celta fue defendida por el guardavalla del Athlétic Club, José Climent.
El árbitro Paco León, estuvo bastante inteligente en su desempeño.