Jueves, 28 de agosto de 1925
LA JORNADA DEPORTIVA DE HOY NOS HA DEPARADO...
Un "match" sensacional... el MARINO F. C., frente al R. C. D. ESPAÑOL, de Barcelona, demuestra ser un gran equipo, siendo batido por la mínima diferencia
0 - 1. En la tarde de hoy tuvimos ocasión de comprobar el enorme número de simpatizantes con que cuenta el equipo de la malla azul entre la afición canaria, pues a las tres de la tarde sé hacia casi imposible transitar por los alrededores del Campo de Deportes España, lugar donde tenía que actuar con el renombrado equipo que hoy nos honra con su visita. Como nota primordial tenemos el orgullo de decir que comprendiendo nuestras simpáticas paisanas que con su presencia embellecen el espectáculo acuden en número considerable para alentar a nuestros futbolistas en la contienda.
El solo anuncio de que el Marino reaparecía en el Campo de Deportes España contra el Español, fue lo bastante para que se despoblase la mayoría de nuestros campos y acudiese en masa a ver su favorito equipo que hacia más de un año no se enfrentaba en dicho Stadium.
A su entrada respondió el respetable con una entusiasta y estruendosa ovación lo mismo que al equipo visitante.
El encargado de arbitrar este encuentro, el señor Paco Ojeda, al cual le acompañan dos jueces de línea y dos de "goals". Zamora y Rivas se abrazan al llegar al centro del campo, cambiándose ramos de flores, ramos que brindan dichos capitanes a dos distinguidas señoritas. Una vez elegida puerta le corresponde el saque a los del Español, notando desde el principio que el encuentro iba a ser sumamente reñido y emocionante y en efecto no nos equivocamos. Detallar las incidencias del juego sería una labor demasiado pesada por cuento los noventa minutos de reglamento fueron para estar completamente emocionado, ante las magníficas jugadas del Marino que dieron margen para que el coloso Zamora trastornase con sus continuas intervenciones al público que no cesaba de aplaudirle, por sus prodigios, arte, valentía, conocimientos en despejar los continuos ataques a su marco.
El primer tiempo fue bastante lucido por ambos equipos, teniendo los nuestros dominados algunos minutos a los forasteros, pero como hemos dicho antes, todas las jugadas se estrellaban al llegar al marco del mago del balón.
Los forasteros por su parte nos demostraron mucha mayor cantidad de juego que la presentada el pasado domingo contra el Gran Canaria, luciéndose Brito en las varias intervenciones que tuvo.
Terminó el primer tiempo con la duda de sí había sido tanto un balón que pasó rozando la línea de "goal", pero el señor Ramos que actúa de Juez de goal, al ser interrogado por el "referee", dijo que no había sido, por cuya causa fue de empate a cero.
Y viene la segunda parte.
Esta fue más vistosa recibiendo la sensación de algo extraordinario donde el valiente Oramas luchó con fe y arte causándonos sorpresa verle como retenía el empuje marinista y repartía balones por doquier, que unas veces aprovechaban sus compañeros y otras tenía que multiplicarse para no ser burlado por sus contrarios. Este joven Oramas será en fecha no lejana el ídolo del Español, pues de hacer partidos como el de hoy salvará a su equipo de serios compromisos. Así creemos lo comprenda el valioso entrenador Paco Brú
El goal de la victoria. Fue de un pase (después de un quite) que dio Oramas a Yurrita y éste a su vez a Zabala, el cual lo recoge de cabeza y lo cede a Mauri que ni corto ni perezoso acierta a dar un punterazo al ángulo que Brito intentó parar pero no pudo evitar que su marco fuese visitado por primera y única vez.
Por eso no decae el Marino, viendo alguna que otra jugada y cuando solo faltaban ocho minutos para la terminación de este interesante encuentro, Matías da una patada a Oramas que al intentar repeler la agresión fue expulsado por el señor Ojeda ante la protesta del público que se había deleitado durante los ochenta y dos minutos de su actuación y la aprobación de cierta parte del respetable, que no ve otro fútbol que el de su favorito equipo.
Creemos, señor referee, que antes de expulsar a un jugador que de por sí es todo nobleza, debió si creyó calificar el delito como ofensa para el contrario amonestarle y con ello evitar el desagravio con que parte del público acogió su fallo. Esto no quiere decir que usted haya empleado con dicho jugador ni venganza personal ni ensañamiento, pues de sobra nos consta que sus actuaciones van siempre acompañadas de la mayor imparcialidad.
Dando fin al encuentro la victoria arriba anotada y haciendo entrega por lo tanto de la copa que como saben nuestros amigos, había donado el señor Brú, al capitán del Español, señor Ricardo Zamora.
Los comentarios de este encuentro huelgan; solo deseamos ver al Victoria el próximo domingo, como al Porteño el martes para demostrar a nuestros "equipiers" que se hace necesario el pase corto y raso si es que queremos ver perforada alguna vez las redes que defiende el gran guardameta nacional.
-----ooOOoo-----
Impresiones al encuentro "Marino-Español" visto por... Oscar
Impresionante lleno. Si justificado fue el interés despertado en la presentación de Ricardo Zamora ante nuestra afición deportiva el pasado domingo, mucho más fue la provocada el partido de hoy jueves, entre el Marino-Español, donde se disputaban los favoritos la contienda más reñida de la presente temporada. Fue la entrada de este partido el mayor "taquillaje" que se ha registrado en los "fields" de Canarias durante toda nuestra vida futbolística. El interés del encuentro estaba significado con el cierre de casi la totalidad del comercio de toda nuestra ciudad.
Individualidades. Zamora, fue Zamora, el héroe del "match". Alguien dijo que el Español en sus tournées sólo exhibía al gran Zamora, y esto quedó justificado plenamente en el partido de hoy jueves, donde el equipo local no pudo apuntarse una incuestionable victoria, ante las inverosímiles paradas de aquella figura agigantada que defendía la red realista. Zamora en este "match" estuvo en plenitud de sus facultades. Ya que de haberse resentido de su última lesión - nos decía un testigo presencial del partido Celta-Español el "score" a favor del equipo local hubiera superado grandemente el registrado por el equipo gallego en el campo de Coya. Detallar las fantásticas paradas de Zamora durante noventa minutos de juego sería cosa inacabable, sólo diremos de aquella en los comienzos del "match", cuando el interior izquierdo de Marino, Domingo Morales, a pocos metros del marco, pegó un formidable "shoot" y cuando parecía que iba a penetrar en la red... y el público gritaba... "goal"... "goal" surgió el gran Zamora en un maravilloso plongeón, desviando difícilmente el balón redondo que amenazaba su portería.
Tras este jugador se alzó preferentemente la figura de Rivas, el jugador más preeminente en esta contienda. Rivas fue el propulsor del juego brillantísimo del Marino, anulando completamente al delantero centro Zabala, y desarrollando un juego científico que trazó con una orientación sencilla y extremadamente eficaz. Fue tan alta la labor de este gran jugador, especialmente en la primera fase del "match", que no sólo se contentó con su colocación, dejar fuera de juego al delantero centro nacional, sino a su rival Oramas, que a pesar de su entusiasmo y codicia no pudo contrarrestar el mejor juego desplegado por aquél.
Secundaron a Zamora y Rivas, Andrés Pérez y Guerra, el primero de cuya velocidad no fue obstáculo Trabal para internarse al goal, e inquietar a Zamora, y el segundo que apagó completamente al exterior Yurrita, cuyo jugador había sido el mejor sobre el terreno en el anterior encuentro. El juego despegado por este novel, medio ala Guerra, frente a la peligrosísima ala izquierda realista, le consagró como uno de los grandes jugadores con que contara el foot-ball canario.
La potencialidad del once azul. Era discutida largamente la potencialidad hoy del once favorito. Ya había dado buena prueba de ello recientemente en sus encuentros frente al campeón de Tenerife, que había derrumbado seis ocasiones la portería de Pascual. La confirmación de la gran clase del once azul fue patente hoy ante los ojos de diez mil espectadores, donde vieron al equipo local, arrollar con su clásico juego, a un once forastero, que no pudo equilibrar la lucha a pesar de los esfuerzos tan manifiestos que hicieron todos sus jugadores. Pero el juego, rápido, preciso y corto de los azules, se estrellaban ante la inconmensurable actuación de Zamora, que solo una vez, pudieron romper el cerco, tanto, tan discutido, que fue anulado. Y les arrebató el triunfo que justamente le correspondía. Con este memorable partido, no ya frente a equipos flojos como tildaban algunos cronistas inteligentes de nuestra ínsula, a los continuos triunfos del Marino en su campo, el equipo azul ha demostrado ante la vista de sus más detractores, una potencialidad tan definida que no puede ser superada por otro equipo local.
-----ooOOoo-----
Más complementos sobre el partido Marino-Español
Hablando con don Francisco Ojeda, árbitro del "match" entre el equipo "popular" y españolistas.
¿Quiere usted explicarnos el tan discutido goal del Marino?
Con mucho gusto. ..."Ciertamente se le puede calificar de tan discutido goal, porqué no solamente fue tratado con el natural apasionamiento en el campo de juego, sino que también sigue siendo el tema de todas las conversaciones, aún más. Si miramos en la prensa local referente a este asunto veremos a diario aparecen para todos los gustos, opiniones o críticas completamente opuestos, según el huerto donde se cosechen, criterios u opiniones, respetables para mí por todos conceptos.
Volviendo al asunto primordial he de manifestar sinceramente que, a mi primer impulso fue contrario a la validez del tanto por las razones que luego aduciré; pero encontrándome en posición desfavorable para la apreciación exacta del mismo, consulté rápidamente al Juez de goal, quien por una mala interpretación a mi pregunta afirma primero la validez del tanto, si bien ante la discusión y al ser consultado de nuevo niega terminantemente que el balón hubiera pasado en su totalidad la línea de goal.
Por mi parte hice la siguiente composición de lugar. El balón al tropezar en el poste y pasar por detrás de Zamora, que se encontraba unos pasos adelantado de su marco, dio la sensación de goal; pero aquél rápidamente se vuelve y despide el balón a mitad del marco y sobre la misma línea interceptando así la trayectoria provocada por el choque. Ahora bien, si la trayectoria estaba formada por una línea recta, no admite discusión porque seguramente hubiera terminado en el otro poste; pero pudo ser factible haber descrito una curva donde su parte convexa dejara totalmente el balón dentro del goal, aunque parece imposible que en un espacio de tres metros la curva fuera tan pronunciada. Para aclarar este punto fue mi consulta al Juez de goal.
Comprendo que la resolución tomada no se haya ajustado al deseo de todos, pero en la difícil misión de mi cometido, agrandado por el ambiente poco menos que imposible de un arbitraje en aquellas circunstancias, sin perder un momento la honradez y ecuanimidad que el caso requiere, me obliguen no solamente a fallar en la forma que lo hice, sino también corresponder a la invitación de hacerlo público para evitar interpretaciones torcidas.