Domingo, 17 de agosto de 1924
2 - 1. No fue la contienda de este domingo el encuentro que esperamos presenciar en estos equipos. El partido puede calificarse de mediocre, pues bien es verdad, que si hubo momentos de gran brillantez, no fueron menos desinteresantes. Ni los forasteros, repetimos, que con la falta de Ocaña parecen que no están consolidados, no desarrollan juego a su altura, ni tampoco el equipo local, respondió a sus más brillantes actuaciones.
En los comienzos de partido, el juego llegó a entusiasmar, tuvo fases de verdadera emoción, pudimos admirar a la enorme habilidad del internacional Herminio, quitando balones, y al sobrio juego que desarrolló el interior derecha, Paco Curbelo, del Marino juego sin vistosidad, pero lleno de una efectividad tan grande que fue el único delantero que se puso a la altura de aquella otra efectividad, lucha del coloso Herminio.
El Marino tal como se verificó el partido fue un triunfo el "score" final, triunfo decimos porque en la forma desastrosa que jugó la línea de medio, verdadero sostén de un equipo no se puede aspirar a una victoria, y sí, a una derrota que de haberse iniciado, con la deficiente labor de esos medios, se hubiera traducido en un verdadero desastre... frente a este decaimiento, surgió la colocación y seguridad del "back" izquierdo, que dio a su defensa el punto final de los ataques de los forasteros, y contribuyó eficazmente, con su compañero González, a mantener este "score" mínimo del encuentro.
Es bastante de extrañar, que mientras todos los cuadros locales se han presentado reforzado en sus luchas contra el Sevilla, el Marino haya pensado como una losa de plomo, el lunar que de haberse puesto a otro jugador, tal vez hubiera decidido en el resultado final. Es lamentable que no lo hubieran comprendido así los directores del Marino.
Como se marcaron los "goals". Inauguró el "score" el interior derecha del Sevilla, Rodríguez, al rematar un centro de Brand, después de originarse una pequeña melée en la puerta del equipo local. Este tanto fue entrado por en medio de las piernas, nada menos que a un portero de la altura de Ramos; momentos más tarde Paco Curbelo se propone derrumbar el marco forastero y no tarda en conseguirlo, al enviar un "shoot", sesgado y raso, que entró en la red de Avilés.
El Sevilla logra finalmente el tanto del triunfo, al rematar Spencer de cabeza un centro de Brand, que se introduce en la red, por mala colocación del portero. Todos los tantos fueron marcados en la primera parte del partido.
El árbitro. El arbitraje del señor Casanova fue enteramente imparcial.
Los equipos se alinearon de la siguiente forma:
Sevilla: Avilés; Herminio, Sedeño; Gabriel, Rey, Escobal; Brand, León, Kinké, Rodríguez y Spencer.
Marino: Francisco Ramos; José González, Matías Santana; Rodríguez, García, Pepe Pérez; Andrés Pérez, Gil, Teodosio, Curbelo y Pita.