Miércoles, 6 de agosto de 1924
Un partido de tú a tu, en el que se distinguió el juego de los "porteñistas" sobre los "sevillanos"
0 - 0. Hoy tuvo lugar la anunciada partida entre los equipos Sevilla y Porteño.
Escaso público acudió al campo, lo que es verdaderamente lamentable, pues la partida de hoy fue para el equipo local una completa victoria, a pesar del empate y por el empate mismo.
Es verdad que al Sevilla le faltaba el centro delantero, alma de este equipo; más, con todo esto, es necesario convenir en que para todos fue una sorpresa el juego desarrollado por el Porteño, equipo que siempre se ha distinguido por su juego duro, y que hoy hizo gala de un sistema nuevo, valga la palabra, ya que los patadones antiguos fueron sustituidos por combinaciones muy bien llevadas y mejor rematadas, habiendo estado de su parte, en casi toda la partida, la iniciativa del juego.
El Sevilla no fue el equipo que tanto entusiasmó el domingo anterior. No tuvo la sensación de seguridad de que tanta gala hizo en su primera partida, ni jugó con el brío demostrado con el Gran Canaria. Tal vez influyera en ella la falta del centro delantero, más a un equipo de tal categoría no debe hacerle tanto efecto la falta de determinado jugador.
El Porteño puede anotarse esta partida como una de sus mejores actuaciones, avalorada más aún por haber sido con un equipo tan importante como el Sevilla.
El referee no estuvo a la altura de las circunstancias, y, si se quiere, no fue la imparcialidad lo que caracterizó su actuación. Dejó pasar muchas faltas y penó varias completamente imaginarias. Un tanto complaciente con los forasteros, fue demasiado enérgico con los locales. Y si bien está cortesía para el que de fuera viene, si se traduce en perjuicio de la justicia ya no es cortesía sino parcialidad. Y nos parece que a eso no hay derecho.