Domingo, 30 de septiembre de 1928
TRIUNFO DEL EQUIPO CANARIO SOBRE EL PORTUGUÉS
El Real Club Victoria estuvo afortunado y muy activo. La línea de ataque, es muy poderosa y muy eficaz. Jugaron con rapidez y compenetrados, dando al juego lo que éste requiere: movimiento y concisión
5 - 3. Buen partido de fútbol el presenciado en el Campo de Deportes España entre los "teams" Marítimo, de Funchal y el Real Club Victoria.
Como se ha dicho el Victoria juega mucho y juega muy bien. Posee una línea delantera verdaderamente estupenda, si bien los medios y los defensas aflojan bastante.
Si la defensa estuviese al nivel de la línea de ataque, y los medios al nivel de ésta, sería un equipo que podía figurar a la cabeza de los mejores "onces".
Hay que dejar consignado, también, que la labor del árbitro ayudó eficazmente a uno y otro equipo para que desarrollaran juego correcto, pues lo contrario se hubiese presenciado en el Campo España escenas poco edificantes. El árbitro, que lo fue don José Miranda, cortó con energía el juego sucio y duro que se quiso emplear, tanto por unos como por otros. Su actuación fue acertadísima, castigando sin contemplaciones todo lo feo que se hizo, que fue bastante.
No vamos a analizar la labor de cada jugador, pero si hemos de dejar patentizado que en el partido de hoy sobresalieron, por parte de los forasteros, los defensas y los medios; la línea de ataque del Marítimo es indecisa y de muy poco efecto. Desperdician los balones que les sirven los defensas y medios. El portero también es bueno, aunque en los dos primeros "goals" que les marcaron los realistas no hiciera mucho por pararlos. Tiene en descargo suyo el tener el sol de frente e imposibilitarle ver bien la pelota.
Hagamos una pequeña reseña del encuentro.
Fue un gran partido, que se recordará siempre con gusto, por ser un triunfo merecido.
Sale al campo, en primer lugar, el equipo forastero, que es saludado con muchos aplausos, contestando los jugadores desde el campo de juego formando rueda.
Inmediatamente hace su salida el Victoria, al que también se aplaude. Se cambian las banderas por los respectivos capitanes, se abrazan éstos, y a las cinco y diez minutos, y a las órdenes del árbitro don José Miranda, se inicia el juego, poniendo el balón en "danza", los jugadores portugueses, que ocupan la parte saliente, y, por lo tanto, tienen el sol de frente.
Arrancan los forasteros con bríos sin gran precisión, pues la defensa lusa despeja bien. Se pita un penalty para el Victoria, que se convierte en el primer tanto de la tarde.
Se nivela el juego, y el partido es movido, presenciando cosas "feas" que el árbitro castiga. Otro penalty, ahora para el Marítimo, da por resultado el empate a un "goal".
A partir de este momento los realistas se crecen, y dominan fácilmente. Marcan otros dos "goals" los elementos del Real Club Victoria, aplaudiéndoseles mucho, que bien merecido lo tienen, pues hemos presenciado jugadas buenas. Hilario y Ortiz, para esto del balón, son dos "hachas". Juegan mucho y bien. Hilario es muy nervioso y muy codicioso.
Termina el primer tiempo, y en el casillero marca el resultado: Victoria 4, Marítimo 2.
En el segundo tiempo los portugueses se muestran más "duros de pelar", y la línea de ataque tiene coladas peligrosas para los realistas, pero no surten grandes consecuencias. El extremo izquierda portugués es buen jugador, pero en el momento decisivo, cuando hay que chutar a "goal" sin miramientos, no lo hace así, desperdiciando muchas ocasiones.
El juego que se desarrolla por todos los jugadores, aunque encubiertamente, es algo duro y algo sucio. La pelota no se estaciona en ninguno de los dos campos, y ambos equipos se acometen con energía, sin que lleguen a dominar ninguno de los dos.
Marca el Victoria el quinto "goal", y reciben los jugadores una ovación. Sigue el juego, y aunque a los portugueses se les nota grandes deseos de perforar la red realista, no lo consiguen.
Más de mediado el segundo tiempo, los portugueses consiguen marcar el tercer "goal", y no se les aplaude lo que merecen. Ha sido llevada la pelota con maestría y corrección a la puerta contraria, y el público no aplaude lo que se merece la labor de los jugadores en estos momentos.
Los "equipiers" del Marítimo arrecian en sus acometidas, pero ya no consiguen nada, pues el Real Victoria los tiene a raya y no les deja avanzar más que en contadas ocasiones.
Termina el partido con la victoria de los porteños por cinco "goals" a tres.
El árbitro como ya decimos, tuvo una tarde afortunada, y con su acertada labor evitó escenas desagradables.
El público acudió en gran cantidad al Campo de Deportes España, ocupando las dos terceras partes de las localidades.