Jueves, 24 de junio de 1926
El Marino F. C. bate por 6-4 al Budapest
Regular concurrencia asiste a este encuentro el cual nos ha resultado el peor de todos los que hasta hoy han jugado los húngaros. No atinamos a comprender como es posible hayan tolerado los que dirigen el equipo Real Club Victoria que en las filas del Budapest, se alinease nuestro popular guardameta Correa; y al decir no comprender lo hacemos seguro de que con nosotros comparte la mayoría de los que le admiramos. Un equipo que viene contratado por una cantidad determinada para actuar en seis encuentros debió primero venir en forma o por lo menos responder a lo que aquí se ha dicho, es decir, la calidad de internacionales, y lo segundo traer jugadores suplentes para caso de una lesión o indisposición del titular, tener con que suplir la falta.
Correa, defendiendo su marco, ha sido siempre una figura de prestigio, pues a su impecable colocación, únese el jugador estilista y modesto; pero un guardameta que va a defender el marco de un equipo al cual no comprende y de unos jugadores que no conoce, ¿cómo es posible que salga airoso en su cometido? Y ante estos inconvenientes ¿por qué han sacrificado su personalidad futbolística? No hay derecho, señores directores.
Se pregonaba que las derrotas que han sufrido los húngaros han sido por el guardameta Gaal. Supongo que ya estará convencida la empresa del Campo España, que las derrotas han sido causa de la mala calidad del conjunto del equipo. ¿Dónde estaban los defensas y medios del Budapest? Estaban en la cancha de juego no cabe duda, pero estaban como principiantes, tal fue su actuación. ¿Es este el famoso equipo que tanto elogiaba el señor Woggenhuber y que la mayoría de la prensa indicaba como invencible? Presumimos que los señores arrendatarios pedirán una indemnización por no ser el equipo de la categoría de los que en casa tenemos. Y por último los pronósticos del cierto señor entrenador que decía ganaban los húngaros por 5 o 6 tantos a los locales, los hemos visto pero en sentido contrario. Veamos ahora al match.
Empezó jugando muy bien los chicos del Marino, los cuales consiguen el primer tanto a los cinco minutos de juego, de un templado tiro de Rivas, joven que de día en día se nos esta revelando como una esperanza futbolística. A los pocos minutos vemos el empate de Stoffian al recoger un centro de Marcinko. Nuevo avance de la línea delantera forastera que se corona con "shoot" de Stoffian y "goal". Aquí sucede un caso jamás visto en nuestro Stadium. Un señor que hace de juez de "goal" le facilita un utensilio a un defensa marinista y éste con la mayor tranquilidad pica el balón, importándole muy poco que el público que se ha dado cuenta protestase, lo mismo que el señor árbitro pasa por alto tan enorme falta. En cualquier otro sitio, no queda el delito en la impunidad. Aquí somos tan benévolos que los perdonamos.
Nuevo balón y empate del Marino por remate de Malapata estando Rivas en "off-side". Penalty que le cantan al Budapest y que Matías convierte en "goal". Penalty al Marino encargándose Stoffian de hacerlo "goal". Nuevo penalty a los húngaros y nuevo gol para el Marino que logra también Matías, terminando el primer tiempo con el "score" de 4-4 donde hemos presenciado un pugilato de jugadas sueltas, malos gestos de "equipiers" y una brillante actuación del referee.
Ante las protestas que el sensato respetable hace por las ingratitudes con que han sido obsequiados los húngaros, vemos pasar los minutos reglamentarios y el silbido del árbitro anunciando el
Segundo tiempo. Si bien dirigido estuvo el match en la primera parte, mejor lo estuvo en esta, donde de continuar en la forma que va el foot-ball no tendremos la satisfacción de anotar nada digno de mención.
Aunque el "score" final fue de seis tantos a cuatro, lo justo hubiese sido un empate a cuatro "goals". También debemos consignar que a los pocos minutos de empezado el segundo tiempo, solo jugaba el Budapest con nueve jugadores por haber sido expulsados los otros dos.
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