Domingo, 21 de mayo de 1950
RESONANTE TRIUNFO DEL UNIÓN DEPORTIVA LAS PALMAS EN TOLEDO
No es porque hayamos triunfado en Toledo por lo que echamos el vuelo de todos los vientos nuestra alegría doblemente desbordada. Ello lo hacemos porque siempre tuvimos fe en ese equipo único y porque los muchachos de nuestra Unión Deportiva, ¡bravos y canariotes!, han obtenido en la imperial ciudad, a muchos cientos de kilómetros de su tierra; conquistar dos puntos por un buen margen de goles y devolver los ánimos a una afición, tirando bien por los suelos su exagerado pesimismo.
Y nada más, señores. Es decir, sí: ¡¡Hurra por el Unión Deportiva Las Palmas!!
Antes del partido. Muchos canarios en Toledo, llegados de Madrid para animar a su equipo. El campo de Palomarejos presenta un lleno y es grande la expectación. Ha llovido y el terreno de juego está resbaladizo, soplan fuerte viento.
Toledo
Los dos equipos son recibidos con grandes ovaciones, quedando así alineados a las órdenes del árbitro señor Larriba:
Toledo: Ávila; Campos Zori, M. Sanz; La Rubia, Rubichi; Florencio, J. Sanz, Sauer, Luengo y Yonete.
Las Palmas: Montes; Castañares, Juanono, Yayo; Vieira, Tatono; Padrón, Manolín, Tacoronte, Peña y Cedrés.
Primer tiempo. Saca la pelota el equipo local, jugando el Unión Deportiva a favor del viento. Nada de particular ocurre de entrada. El Toledo ataca y los nuestros se defienden bien. El primer peligro de la tarde toca a Montes salvarlo, cediendo Yayo poco después a córner, que al ser tirado da lugar a una segura gran intervención de nuestro guardameta.
Acentúan su dominio los locales y se luce el Unión en su táctica defensiva. No se juega buen fútbol, pero hay bríos en los veintidós jugadores y el partido va teniendo emoción. A los cinco minutos, otro córner contra el equipo canario, al cortar Castañares un avance ciertamente peligroso de Sauer. El córner lo saca Yonete y Sauer remata de cabeza por encima del larguero. Varios avances canarios mueren después de repetidos fueras de juego, y, a los seis minutos y cincuenta segundos...
¡Gol! Tatono avanza sobre la portería y bombea la pelota hasta Peña, que tira impecablemente y obtiene el primer gol de la tarde. La ovación es tan grande que parece como si las gradas estuviesen llenas de canarios.
Ligera reacción del Toledo. Nada más sacar el Toledo, Montes hace un gran despeje de puños y, a renglón seguido Castañares incurre en córner al cortar un centro de Yonete. Tira el mismo Yonete el córner y en la jugada se lesiona Montes que es sustituido por Domingo. El Unión se va reponiendo y sus avances son más frecuentes. Todos se baten con coraje, destacando casi todos, aunque se nota la seguridad de siempre en Juanono y Castañares, bien secundados por Yayo. En los medios volantes, bien los dos, destaca Tatono, siendo Peña el mejor de la delantera. Por el Toledo destaca su defensa central, Zori.
Juanono sale al encuentro de un avance de Sauer y el toledano termina echando fuera la pelota por la línea de portería, pero el árbitro concede córner. Sacado por Florencio, Castañares despeja "de cuchara". Poco después, Cedrés remata magníficamente con la cabeza un centro de Padrón y la pelota sale lamiendo uno de los palos. Seguidamente es Domingo el que pasa por un momento de apuro a un tiro de Florencio, pero el cuero sale alto finalmente.
Se reincorpora Montes cuando van veintiún minutos de juego que sigue siendo de poca calidad, pero brioso. Yayo se luce en dos despejes, siendo un firme puntal en la defensiva.
A los veinticuatro minutos sale fue la pelota. Yonete reclama córner y el árbitro lo concede. Tirado el córner por dicho jugador, Montes la manda otra vez a córner, al despejar apuradamente de puños.
Hay un par de avances de los canarios con lucimiento de Peña y Tacoronte, sobre todo del primero y enseguida hace Castañares otro córner, al cortar una escapada de Yonete. Un poco después el portero toledano hace una magistral estirada a un tiro de Peña, echando la pelota a córner.
¡Otro gol! A los treinta y dos minutos incurre en córner la defensa del Toledo. Lo tira Padrón y Cedrés remata formidablemente, haciendo estériles los esfuerzos de Ávila.
Mejora el tiempo. Sale un sol "piconcito" y la tarde luce ahora espléndida. Dos grandes jugadas levantan al público de sus asientos se deben a dos intervenciones muy afortunadas de Montes y Ávila. Juega ahora mal el Toledo y sus partidarios se muestran descontentos. El Unión, en cambio, juega discretamente, y muy animado por sus dos goles.
Primer gol del Toledo. A los veintisiete minutos saca Florencio un córner que despeja Peña, pero la pelota la recoge Sanz, quien tira imponentemente desde fuera del área y el balón entra junto a uno de los palos.
¡Burro! ¡Burro! Poco después se forma un gran lío ante la meta de Montes y el público reclama penalty. No lo concede Larriba y el público arma un gran escándalo, gritando al árbitro "¡Burro!, ¡Burro!"
Enseguida terminó la primera parte.
Segundo tiempo. Los avances del Toledo los rompe la defensa canaria, pero, a pesar de todo esto, se ve venir el empate. Cedrés, que se encuentra con frecuencia en fuera de juego, estropea por este motivo una intervención peligrosa de Tacoronte. El Unión está ahora muy a la defensiva.
El empate. Viene a los ocho minutos. Yayo cede córner y lo saca Florencio. Sanz remata limpiamente de cabeza y el balón entra otra vez junto a uno de los postes.
Reaccionan los nuestros. Contra todos los pronósticos, reacciona notablemente el Unión, lanzándose al ataque, Ávila despeja difícilmente de puños, recoge Manolín y tira, cuando Ávila no está aún en la portería... y M. Sanz despeja de cabeza en la misma raya de gol, Yonete remata después un córner y Montes despeja de puños.
Ahora, un momento de grandísimo peligro para el equipo toledano. Con la puerta ya batida, el balón se pasea por delante de ella y no entra. ¡Se perdió un gol que parecía segurísimo! Los nuestros juegan más ahora y sus ataques son profundos. Cedrés saca un córner que no trae consecuencias. Luego, a los veintiún minutos, otra gran parada de Montes a un tiro de Yonete, y enseguida...
¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! A los veintidós minutos, Rubichi zancadillea a Padrón. Tatono tira la falta sobre Padrón, quien centra. Peña empalma y la pelota da en el travesaño, recogiendo Tacoronte el rechace para marcar el tercer gol, que ya trae honores de victoria.
Se lesiona Tatono. Tatono, por lo visto al tirar la falta que inició la jugada del gol, resultó lesionado. Se retira, pero vuelve pronto.
¡El otro! Un avance de nuestra delantera lo culmina Cedrés con un tiro raso y flojo, pero colocado, que sorprende al guardameta del Toledo.
Se desmoraliza el Toledo. La desmoralización del Toledo es total. Solo hay ya un equipo en el campo y este es el Unión Deportiva, que todavía aumenta su ventaja, a los treinta y siete minutos, con un...
Quinto gol. Peña cede magníficamente la pelota a Manolín y éste tira muy bien a la izquierda de Ávila. Es el último gol de los siete de la jornada.
Los últimos minutos. Perdido ya el partido el Toledo, sus jugadores dejan pasar el tiempo, dejando hacer al Unión Deportiva. Se tiran un par de córners por cada bando y se lucen Montes y Ávila. Luego se retira Florencio, lesionado, y nada más digno de mención ocurre hasta que el señor Larriba que tuvo un arbitraje entre bueno y regular, pita el final del partido, que acaba con la victoria justa del Unión Deportiva Las Palmas, triunfo que coloca a nuestro "once" representativo en magnífica posición para el ascenso y por el que todos los jugadores lucharon con el mismo admirable ardor.
Después de dos años... el Toledo perdió hoy su primer partido en el campo de Palomarejos después de dos temporadas seguidas de no haber sufrido la derrota en su propia casa. Dos años en que los aficionados habrán podido salir más o menos contentos por la manera de funcionar el equipo o con el pequeño disgusto de algún raro empate, pero nunca con el amargor de una derrota tan aplastante y categórica como la que hoy sufrió el equipo toledano a costa del Unión Deportiva Las Palmas.
Y lo triste es que esa desgracia vino precisamente en el momento crítico en que una nueva afición está en embrión y cuando de los pueblos arrancaba una gran masa de aficionados que hoy hubo de sentir un fuerte golpe en su entusiasmo y en su reciente fervor.
Pero quizá sea conveniente que ellos también aprendan a saber perder y que una de las cosas que no se puede tener nunca en el fútbol es una confianza ilimitada o un excesivo optimismo. Los partidos se ganan y pierden por suerte o por desgracia, pero, generalmente, porque uno de los equipos juega más que el otro, o, sencillamente, porque uno juega mucho y el otro nada.
Que fue, precisamente, lo que hoy ocurrió en Palomares; la Unión Deportiva Las Palmas jugó mucho, y el Toledo absolutamente nada. Y por consecuencia lógica, vino esa irremediable derrota, desconocida en Toledo al cabo de dos años de jornadas triunfales.
Las causas de la derrota. No vamos a ser tan infantiles como para no conocer los méritos del vencedor. Dejamos sentado de antemano que en el fútbol hay este axioma incontrovertible: "Cuando un equipo juega poco es porque el otro juega mucho". No obstante, para nosotros, el secreto de la derrota está en que el Toledo puso tanto para merecerla como el equipo canario por conquistar la victoria.
El Toledo salió derrotado, no en los dos goles de ventaja del primer tiempo, ni siquiera en la injusticia del penalty no señalado, dos minutos antes de finalizar la primera parte, sino desde el primer momento del encuentro, el que su nerviosidad, por un lado, y la desgana, por otro, de algunos de sus básicos elementos, puso de manifiesto la inferioridad técnica y física del conjunto toledano, frente a otro, que venía dispuesto a darlo todo por consolidar el prestigio de una región que tiene su fútbol característico y busca la valorización y el prestigio de su nombre como única salvación de sus propios intereses.
Aparte de esta razón, que pudiéramos llamar patriótica e interesada a la vez, hubo otras de carácter técnico que pudieron ser apreciadas por todos y la que determinaron de una manera efectiva el resultado del encuentro como algo irremediable o inevitable. Fueron estas la velocidad, el entusiasmo, el marcaje y el fondo de que supieron hacer gala en todo momento todos y cada uno de los jugadores canarios.
Mientras el Toledo se batía en individualidades, sin ligazón, sin conjunto, con grandes lagunas entre sus líneas, los canarios supieron trenzar el engranaje del equipo y sostenerse con maravillosa serenidad, aun después de verse empatados a dos tantos nada más comenzar la segunda parte.
Reconocido esto, se puede afirmar que Ávila no tuvo una lucida actuación bajo los palos y que por lo menos dos tantos no debieron entrar nunca, pero los goles venían marcados desde las mismas líneas de retaguardia del enemigo, en las que faltó el ataque de las propias fuerzas de los toledanos. Lo cinco goles son ni más ni menos que el reflejo de la pobre actuación de todo el conjunto, frente a un equipo que puso, además de juego, entusiasmo y corazón en la pelea. El Toledo fue hoy barco sin rumbo, nave sin timón, o si lo quieren con toda exactitud, un equipo muerto apenas salió de la caseta.
El equipo canario. Frente a esta sombra del Toledo, el equipo de U. D. Las Palmas aumentó las tonalidades de luz de su juego, de su entusiasmo, de su velocidad y de su fondo físico, adjudicándose una victoria que nunca les regatearemos, pero que, como ellos saben muy bien, en otras circunstancias lo lograrían tan fácilmente.
El equipo canario juega mucho, pero sin olvidar que también pudo lucir más porque el adversario no jugó nada... De la misma manera que el Toledo quedó de manifiesto fallos garrafales y defectos tan capitales como para merecer por si solos la derrota, así en el conjunto canario se exhibieron esas virtudes que son la base y fundamento de un equipo y para conseguir la victoria.
No se puede restar ningún mérito a su limpia victoria. Jugó más que el Toledo de cabo a rabo del partido, y en la segunda parte dio tal sensación de superioridad, que hubo momentos en que temimos por ver aumentada su ventaja en otro par de goles.
Montes, Manolín, Juanono y Tacoronte fueron sus mejores elementos, pero la verdad es que todos los jugadores hicieron un gran encuentro que todos contribuyeron a tan merecida victoria.