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El Tenerife no pudo...

Domingo, 30 de abril de 1950

 

  • Club Deportivo Tenerife
  • Unión Deportiva  Las Palmas

Cancha de juego: Estadio Tenerife

 

  •  El U. D. Las Palmas batió brillantemente al Deportivo Tenerife en su campo
  •  Padrón marcó los dos goles
  •  Todos los muchachos se hicieron acreedores al jersey amarillo
  •  El Tenerife no pudo romper nuestra táctica defensiva y se le impidió realizar juego constructivo

1 - 2. Los jugadores se ganaron el derecho a lucir con todo merecimiento y con todos los honores los colores amarillos de nuestro equipo.

Faltaba más de una hora para comenzar el partido y nuestros muchachos se paseaban en la caseta, dispuestos a equiparse, como fieras enjauladas, con ganas de pelea, con ansias incontenidas de batalla, de triunfo. Cuando saltaron a la palestra y comenzó a rodar el cuero los que estábamos allí pendientes de su actuación nos hinchamos de gozo. Se batían como leones dispuestos a vender muy cara una derrota que no llegaría. Dando la cara siempre, jamás volviendo el rostro a la pelea aunque ésta, en algunos instantes, se saliera de lo normal. Algunos caían rodando fuertemente tocados, unas veces por sus ímpetus guerreros y por alguna que otra jugada adversaria poco limpia. Pero, molidos, agotados, llenos de "moleduras", de cualquier manera siempre surgían pletóricos de moral, de pundonor, haciendo que una parte considerable del público de aquella localidad se rindiera ante ese pundonor y amor a unos colores. Nadie puede poner la mejor tacha a nuestro triunfo, merecido y brillante, ganado con el alma, con un corazón en cada borceguí. Dejando muy alto el pabellón futbolístico que representan. Ni una flaqueza, ni un desmayo; todos sin excepción, rindieron a gran altura. No puede haber la menor censura para nadie. Con muchachos así podemos ir a muchos sitios. Y sí a alguien oyésemos hablar mal de nuestro equipo... Basta, basta con decirles: Usted no estuvo en Tenerife... Ni debía estar en Las Palmas.

Llegamos a Tenerife con relativo optimismo. Sabíamos que la intensa propaganda allí desplegada para que el aficionado tinerfeño ayudara a sus colores. La Prensa, la Radio, etc., eran incansables en sus arengas. Por las calles, autos con altavoces invitaban a los tinerfeños a alentar a su equipo representativo. Y sin que nuestras pequeñas esperanzas decayeran totalmente la verdad es que aquella extraordinaria campaña nos achicaba un poco.

C. D. TENERIFE

El partido. Los muchachos recibieron en la caseta una consigna: marcaje estrecho y destrucción de juego. Evitar a toda costa que, el adversario hiciera juego. Eligió campo el Deportivo a favor del viento y del sol. Ello mantuvo en toda la primera parte más presión a su favor. Sus volantes entregaban más, pero su ataque no podía con nuestras líneas defensivas, seguras, enérgicas y temerarias de moral. Nuestros muchachos se defendían con tal vigor y entusiasmo que a veces rayaba en acciones suicidas; se jugaban el físico cuantas veces lo requerían las rachas de peligro. Todo ello en medio de la mayor corrección por ambas partes en los comienzos. Cuando nuestros delanteros, muy vigilados, arrancaban surgía el peligro, y el fruto del avance... A los seis minutos, tras los ataques tinerfeños que nos obligó a ceder dos córners casi seguidos, avanza Tatono en combinación con Vieira y lanzan a Tacoronte. Este está muy marcado por Agustín, pero aún con esa obstrucción llega con el balón hasta cerca de la banda de puerta y cede atrasado a Peña, éste sin parar bombea para la derecha y Padrón desmarcado, larga sobre la marcha un trallazo espeluznante que el meta tinerfeño no vio pasar... Aquel golazo, valiente, decidido hizo temblar los sectores del recinto ocupado por numerosísimos grupos de aficionados de Las Palmas.

Vuelve a la carga el Deportivo. Agustín casi tiene anulado a Tacoronte. En sus medios destaca Victoriano por su tesón, su bregar constante en todos los terrenos, pero el ataque decepcionó completamente. Despistado Melquiades, que no es interior, torpón Antonio y estrechamente vigilados los extremos. Solo Ledesma da sensación de peligro. Montes, extraordinario de facultades rechaza un par de disparos venenosos en ataques en tromba. Nuestros defensas seguros y enérgicos, destacando todos, pero especialmente Juanono en el centro, mucho mejor de lo que nosotros suponíamos iba a actuar. Incansable Tatono y Vieira destruyendo juego, cortando maravillosamente. Lanzados los extremos como saetas. El trío central algo apagado por el estrecho marcaje de que es objeto Peña y Manolín pone en jaque a la defensa tinerfeña que en algunos momentos realiza buenísima labor. Antonio casa un balón y a bocajarro lanza un chupinazo terrible que Montes neutraliza con su buena colocación. Reaccionan los nuestros y un tiro de Manolín roza la base de un palo tinerfeño. Mantiene nuevamente el Deportivo su presión y Montes rechaza con apuros un balón que es rematado por Ledesma a puerta batida, pero surge imponente Juanono y rechazo de cabeza el disparo. El balón va ahora a los dominios tinerfeños y Manolín se encuentra solo ante Cándido, éste se tira a los pies y despeja a córner. Terminando esta primera parte, el zaguero tinerfeños Arturo - el de siempre - ante la batalla que por su banda le da Padrón, al caer ambos al suelo, el tinerfeño propina una trompada a Padrón. Estos jugadores faltos ya de clase y condiciones, además de su tradicional suciedad se ven en la necesidad de recurrir a tales medidas para defender un prestigio que están ensuciando... Con hombres así el Tenerife no tiene nada que hacer... Y no es él sólo...

Al reanudarse el juego en la segunda parte, el Deportivo realiza cambios en sus filas. Melquiades pasa a volante y Victoriano a interior. Apenas han transcurrido dos minutos de juego cuando Cedrés, hecho un "jabato", poniendo en la pelea todo lo que hay que poner, escapa por su banda, centra y recoge Padrón que dispara raso y rechaza la base de un palo mientras Cándido se encuentra en el suelo, el rechace lo recoge nuevamente Padrón y chuta, metiendo el balón entre las piernas del meta tinerfeño. Es el segundo gol. Creemos que el triunfo está asegurado. Ahora juega más nuestro equipo. Tacoronte escapa y su disparo lo devuelve el palo. Padrón "se mata" de coraje con su entusiasmo. Está molido a golpes. Surgen algunos chispazos de violencia. En algunos casos se teatraliza mucho, pero en otros hay violencia de verdad en algunos jugadores tinerfeños. Agustín pasa a interior y Victoriano a la zaga. Se repliegan algo nuestras líneas, pero con cierto desorden en algunos momentos, lo que hace que la delantera tinerfeña se desenvuelva con más soltura, y tiene unos momentos de acoso ante nuestros palos. En uno de ellos llegó al gol. Pero antes el meta del Deportivo hubo de emplearse con frecuencia para evitar que se derrumbara más veces su marco, cosas en que también influyó la suerte, que evitó una derrota más abultada para ellos. Algunos tiros de los tinerfeños nos pusieron los pelos de punta. Vieira se lesiona en una caída está algunos minutos ausente del terreno. Ahora empieza la presión tinerfeña con fuerzas y a los treinta y cinco minutos hacen ellos su único gol. Un centro de Juanito lo remata Agustín raso al ángulo sin que la estirada de Montes pudiera evitarlo. Y cuando moría el partido con alguna reacción tinerfeña, Antonio se encuentra solo ante Montes y lanza el balón fuera.

Y así terminó, amigos, la emocionante pelea. Nuestros muchachos supieron desenvolverse mejor que sus adversarios. Presentaron una alineación "más lógica". ¡Ah! Y más juvenil...

Dirigió el partido el colegiado del Centro, Ricardo Galende, árbitro veterano que realizó una labor muy meritoria. Destacó extraordinariamente su limpia imparcialidad. Cortó todo conato de dureza. Fue, quizá demasiado meticuloso, desluciendo en algunos momentos el juego, pero ello no debe extrañar si se tiene en cuenta que los jugadores están viciados en pequeños trucos de los que con mucha frecuencia se abusa. Y él cortó todo. Y en ese afán se quedó muy metido en el espíritu de la letra del Reglamento. Más ello no mancha su buenísimo arbitraje, siempre sereno y siempre dando sensación de la máxima autoridad.

Tenerife: Cándido; Chano, Agustín, Arturo; Villar, Victoriano; Juanito, Ledesma, Antonio, Melquiades y Arbelo.

Las Palmas: Montes; Castañares, Juanono, Yayo; Vieira, Tatono; Padrón, Manolín, Tacoronte, Peña y Cedrés.

EL PARTIDO VISTO DESDE OTRO ANGULO

Preliminares. Antes de la hora del partido, cinco y media, el campo presentaba un lleno absoluto, siendo grande la expectación y mayor el nerviosismo en el público.

El primer equipo que salta a la cancha es el U. D. Las Palmas, siendo recibido con fuertes y largos aplausos por sus numerosos partidarios que se desplazaron desde Las Palmas, ovaciones que, naturalmente, se redoblan al salir el equipo local.

Las fotos de rigor. Seguidamente se reúne el señor Galende en el centro del terreno, con Montes y Victoriano, capitanes, verificándose el sorteo de campo. Toca elegir al Tenerife y Victoriano escoge la mitad que tiene el viento y el sol a su favor.

Primer tiempo. Saca el U. D. Las Palmas y avanza, pero la pelota va pronto a fuera por una de las bandas. Responde el Tenerife como otra jugada similar y, luego, otra más. Enseguida saca Padrón, una falta contra el Tenerife, señalándose después otra contra Tacoronte, cuando el balón caía sobre la portería de Cándido y nuestro delantero centro intentaba el remate.

Nerviosismo en el juego y, dentro de él, presión del Tenerife y serenidad en los nuestros. Pero hemos de aclarar desde este momento, que la presión y el dominio del equipo local se deben a la táctica empleada por el conjunto amarillo. Esto es, la táctica de marcaje de hombre por hombre y el de situarse desde ahora para todo el partido más a la defensiva que al ataque. Lo que quiere decir, que tal como se jugó, y nos referimos a su fortuna, hubiese obtenido un triunfo más holgado de haber atacado más; esto sin que esté en nuestro ánimo condenar la táctica empleada, pues ya hemos visto que resultó felizmente efectiva, dándole una victoria a todas luces merecida.

Primer gol. A los seis minutos, se lleva Tacoronte una pelota, le entra Agustín al quite y rechace va a Padrón, quien, sin parar empalma de manera impresionante, logrando el primer gol para nuestro equipo y provocando en el campo la primera explosión de entusiasmo, por lo que se refiere a sus seguidores.

Sigue el juego. Nuevos avances tinerfeños y luego una internada del Unión, con algún lucimiento de Yayo, Peña y otros compañeros, despejando seguidamente Castañares. Una mano de Juanono, a dos metros de nuestra área, la ejecuta Antonio después de haber formado la barrera nuestros jugadores. La pelota tropieza en Tatono y el despeje de Castañares va a Padrón, pero corta Victoriano; vuelve el balón a nuestro campo y Castañares brilla en un nuevo despeje.

Se liga poco porque, repetimos, hay nerviosismo en todos los jugadores y ello quedará demostrado a través del partido por las continuas faltas de unos y otros que, esta vez no son, precisamente, producto de juego duro, aunque si es cierto que se combate desde el principio con briosidad, resultando la lucha de verdadero campeonato.

Los avances tinerfeños son constantes, pero resultan ineficaces no bien llegados al área grande del penal defendida por nuestro equipo. Por el contrario, las internadas de los amarillos van cuajadas de peligro, probando ello el que no pocas ocasiones sea vea inminente el gol. Termina la primera fase

Segunda parte. Otra vez el balón en juego, se nota ahora que el U. Deportiva ocupa la parte favorable del campo. Los primeros en intervenir son Peña y Cedrés, al lanzar aquél a éste, pero despeja Villar y corta Castañares.

Segunda gol. Nuevo avance amarillo con pase de Cedrés a Manolín, quien cede maravillosamente a Padrón. Nuestro extremo tira fuerte a gol y recoge el rechace del larguero para lograr el segundo gol, que hace ver ya clara la victoria del U. D. Las Palmas.

Continúa el juego. El Tenerife no tiene que reaccionar, puesto que está dominando. Sigue avanzando sobre la portería amarilla, y, unas veces Juanono, otra Castañares o los medios volantes y algunas Montes, salvan todas las situaciones.

Vuelve a lesionarse Padrón y es atendido en la banda. Después, es Vieira quien se lesiona. Galende, que está arbitrando excelentemente, corta todo juego duro, nacido, volvemos a decirlo, del nerviosismo que domina a los jugadores, pues es la verdad que la nobleza reina en el terreno, combatiéndose eso sí, con entero ardor.

El gol tinerfeño. Lo logra Agustín, en una arremetida del Tenerife, a los treinta y cinco minutos de juego. El fuerte disparo del defensa central hizo inútil la estirada de Montes.

Termina el partido. Se temió, después de este gol, por la victoria del equipo de Las Palmas, pero el juego siguió como se había desarrollado hasta aquí y, salvo algunos peligros en ambas porterías, como el Tenerife ataca como venía haciendo y el Las Palmas se defiende con la misma fortuna, el triunfo lo logra aquel que desde el primer momento vio más claramente resuelto el encuentro a su favor.

 Así actuó nuestro "once". Rindió en Santa Cruz el Unión Deportiva un partido completo, contra un Tenerife que salió arreando, presionando fuerte y sin "remilgos". Los nuestros se mantuvieron enteros. No hubo desmayo. Ni nadie se arrugó. Jugaron los nuestros un partido de competición, "partiéndose el pecho" en el ataque y defendiendo "como leones". Vean la labor:

1.- Montes estuvo preciso. Hizo paradas de mérito. Sobre todo un blocaje perfecto a un balón venenoso que entró como una bala en medio de una muralla humana. El gol que le marcaron fue imparable, fusilado a escasos metros. Fintó su agilidad y colocación.

2.- Castañares fue la sorpresa del estadio. No se esperaba gran cosa de él, pero con Juanono fue lo más sólido de la defensa. Entró decidido al quite y anuló, marcando estrechamente, a su par, que quedó anulado.

3.- Juanono quizá fuera la figura del partido. Empezó indeciso, nervioso, pero acabó apoderándose de la "llave de la fortaleza". Ante él se estrellaron siempre los ataques contrarios. Salvó un gol a portero batido, que le valió una ovación cerrada... de los hinchas de Las Palmas.

4.- Yayo no tuvo fuelle para todo el partido. Acusó cansancio en el último momento, pero antes había cerrado el paso con seguridad. También es verdad que tuvo a su cargo el ala más peligrosa del ataque tinerfeño.

5.-  Vieira revivió viejas jornadas. Aquel jugador sereno, batallador, inteligente, volvió a ser el volante alegre y efectivo. Sufrió los efectos de la dureza del juego, pero se mantuvo en la brecha.

6.- Tatono brilló con su infatigable ardor, bregando sin cesar para enlazar con los interiores, aunque estuvo más atento a la defensa.

7.- Padrón cuajó en extremo. Fue rápido, se mostró valiente y consiguió nuestros goles. El primero de espléndido remate, como el conseguido en Las Palmas frente a la Selección de Tenerife, aunque esta vez remató de derecha. El otro tanto fue un modelo de valentía y serenidad.

8.- Manolín no dio reposo a su volante contrario, en los momentos en que el Deportivo Tenerife avanzaba. Probó el disparo con mala fortuna y perdió ocasiones de aumentar el tanteo, por poca suerte. Pero cubrió su puesto con acierto.

9.- Tacoronte constituyó la pesadilla del trío defensivo contrario. Cuantas veces fue a las pelotas altas sacó la ventaja y realizó jugadas de mucho mérito. Hizo un gran partido... en su especialidad.

10.- Peña no probó el disparo. Cumpliendo órdenes, seguramente, se retrasó, aunque le sobró fuelle para subir a la delantera y acercarse a los palos.

11.- Cedrés hizo de extremo izquierdo un buen partido. Devolvió bien las pelotas y llevó mucho peligro. Cuando hubo que defender la ventaja se "partió el pecho" como los buenos.