Domingo, 7 de mayo de 1950
3 - 1. Nuestro equipo convenció a todos por moral y por juego. Pese a ello y sin caer en optimismos exagerados, podemos afirmar que el conjunto representativo actuó por debajo de sus posibilidades. Tenemos a la afición pegada a nuestros colores, pletórica de entusiasmo, como quedó patente hoy. Y como si el azar nos brindara ocasiones de afianzar nuestros argumentos fuimos testigos de dos hechos siguientes: en la primera parte del partido, en sus finales, en la grada de preferencia se dieron dos casos de ataques de nervios en otros tantos espectadores, emocionados en alto grado por la lucha de nuestros colores. Hacía mucho tiempo que no se llegaba a estos extremos.
Casi totalmente cubiertas las gradas de nuestro estadio, multitud de pancartas, banderitas y los famosos "riqui raque", amen de otros instrumentos para hacer ruido comenzaron a dar color al acontecimiento. Y cuando nuestros muchachos flaqueaban volvía "la bulla" a hinchar los pechos de los jugadores amarillos en una pelea viril, de genio, impetuosa en su mayor parte, pero siempre bordeada por la mayor corrección por ambas partes. En honor a los dos cuadros, especialmente al visitante hagamos patente su corrección y deportividad, tanto para luchar como para encajar la derrota, sin un mal gesto, sino superándose en coraje y entusiasmo.
El Toledo posee un conjunto que juega, que no retiene el balón y que va decidido por él, brioso. Quizá en el juego alto acierte más que en el bajo, aunque no es adversario al que se pueda conceder confianza porque sabe aprovechar el menor desfallecimiento del contrario. No hay muchas individualidades, van al conjunto. Sin embargo, destacó su meta, Ávila, su interior derecho J. Sanz y, especialmente su defensa central, Zori, que fue el mejor jugador que más gustó.
El Toledo actuó mejor en la primera parte, pero sin que su ataque prodigue el disparo, amasa mucho la jugada en el área. Sus constantes cambios de puestos, más que un desmarcaje metódico, desorientó nuestras líneas defensivas en la primera parte. Por otro lado el hecho de anotarnos el primer gol a los cuatro minutos parece como si a los nuestros les impregnaran de confianza. Aun así nuestros zagueros se aguantaron firmes. Los volantes entretenían con exceso el balón y además, se marcaba mal, con desorden y confusionismo.
Desde los comienzos de la segunda parte se actuó con más cerebro, mejor marcaje, más bríos, más aciertos, bajando los balones, defecto de la parte anterior, y el Toledo fue siendo absorbido. Dominaban constantemente nuestros colores y aumentó la confianza en las gradas cuando llegó el segundo gol, y poco después, el tercero, de penalty. Ahora se jugaba con más nervio, pero también con más seguridad. Todos los hombres se superaron, incluso Tacoronte, algo apagado en la anterior. Los interiores rindieron mejor y los medios, más rápidos, cortaban y entregaban como saben hacerlo.
Muchos nervios acusaron los jugadores de ambos bandos cuando el cuero comenzó a rodar. Los nuestros, con balón a tierra se filtraban con facilidad. Parecía como si en jugando raso nos hiciéramos dueños de la situación. A los cuatro minutos, cuando aún no había tiempo para que el nerviosismo llegara a las gradas llegó la primera alegría. Tatono adelanta por la derecha y Manolín se engarza a Padrón para éste cruzar imparable a la red. Este pequeño Basora nos está resultando tremendo... Insiste nuestro ataque y un espectacular taponazo de Tacoronte lo neutraliza muy bien el meta toledano en espléndida estirada. Vuelve a la carga Padrón y el palo le devuelve un tiro que iba oliendo a gol.
Surge el Toledo y pasa a dominar con alguna insistencia favorecido por el juego alto y el desconcierto que acusan nuestras líneas defensivas en los constantes desplazamientos de los delanteros visitantes, que con pases cortos amasan un avance a los veintiocho minutos ante la pasividad de nuestros medios y defensas, terminándolo J. Sanz con un tiro cruzado y raso que es el empate. Aumenta ahora el entusiasmo forastero y nuestros defensas se emplean muy bien, especialmente Juanono que en algunos instantes trajo a nuestro recuerdo el nombre de Cástulo. El equipo local emplea exceso de juego aéreo, pero en este terreno siempre salía triunfante la defensa toledana. Nos apagamos un poco, se pierde el control del marcaje y, en algunas ocasiones hasta nos parece que falta entusiasmo. Montes, que ha realizado dos o tres intervenciones de mérito salva de puños un tiro peligroso que parecía gol. Con estos peligros se esfumó la fase primera.
Apenas reanudado el juego se observó en los jugadores canarios "otra cosa". Lo mismo en moral que en el marcaje, así como en la rapidez en la entrega se hizo patente las nuevas instrucciones. Sólo tres minutos de juego y ya teníamos el segundo tanto. Después de un saque de banda de Cedrés cerca de la portería contraria recoge Peña y cede a Manolín, quien de media vuelta empalma un cañonazo formidable que entró por un ángulo hasta el casillero. Ha sido un gran gol.
Con la pelota a ras de tierra, más serenidad y entusiasmo el equipo de casa va imponiendo una superioridad manifiesta. Salva el meta visitante un par de balones difíciles y su defensa tiene que emplearse con energía y rapidez para evitar nuestro asalto. A los veintitrés minutos borda el ataque un avance rápido y Tacoronte lanza a Cedrés, que ya en la boca del gol es zancadilleado. Se señala penalty que Peña ejecuta muy bien para hacer el definitivo 3-1.
Aún el meta toledano pasa algunos apuros, y un cabezazo de Peña lo despeja el guardavallas a córner de puños. Pero dentro de este dominio los visitantes se sacuden más de una vez con mucha rapidez crean peligros ante nuestra portería, estando cerca de marcar, que no logran por la incansable labor de nuestros zagueros.
Así terminó este segundo paso triunfal de nuestros muchachos. Aun quedan jornadas que hacen imposible serenar los nervios. Pero tengamos fe.
El colegiado Rey realizó un magnífico arbitraje. Eso que llama "excesiva meticulosidad" no extrañaría tanto si se pensara en las posibles consecuencias que pueden acarrear el abrir mucho la mano desde el primer instante. El segundo gol anulado a Tacoronte no fue tal cosa. El señaló falta en la jugada anterior, antes del remate de Tacoronte. Señaló la entrada violenta de Cedrés al defensa para ceder el balón a su compañero. Por lo tanto, no hubo tal anulación de gol puesto que éste sucedió después de señalarse una falta anterior.
Las Palmas: Montes; Castañares, Juanono, Yayo, Tatono, Vieira, Padrón, Manolín, Tacoronte, Peña y Cedrés.
Toledo: Ávila; Campos, Zori, M. Sanz; La Rubia, Rubichi; Florencio, J. Sanz, Sauer, Gómez y Yonete.
EL PARTIDO VISTO DESDE OTRO ANGULO
Aunque acusase los efectos del viaje, no creemos que sea el Toledo más equipo de lo que vimos hoy. En cambio, y pese a su triunfo lo suficientemente holgado como para no sentirnos descontentos, el Unión Deportiva Las Palmas, a juzgar por su actuación de hace ocho días en Santa Cruz, no lo dio todo, y todo esto nos hace mirar ya hacía esta para nosotros trascendental competición, si no con confianza, si con optimismo, y una mayor fe, desaparecida ya la agobiadora incertidumbre que nos mortificaba, pues que por el Toledo - poco más, poco menos - podemos ya saber quienes son nuestros enemigos en este torneo.
Por todo comentario a la apasionante jornada describiremos que los mismos nervios que imperaban en el graderío se apoderaron en el primer tiempo de nuestros jugadores hasta convertir al Unión deportiva en un equipo bastante más mediocre, por eso de desconocer sus muchachos la "forma" de jugar y potencial del adversario, y estar en juego dos puntos muy distintos a los que habían discutido otras veces. Fue entonces cuando vimos al Toledo, aunque nada nuevo nos enseñó. Nos gustó porque jugó un poco, se movió con codicia y hasta mandó en el campo, asustándonos más que en ningún momento cuando logró empatar para dejarnos la boca amarga durante el descanso, pues salvo unos regulares momentos iniciales, los amarillos sólo tuvieron algún que otro destello, pero nada más.
Con el segundo tiempo vino la esperada reacción de los jugadores locales, que salieron dispuestos a triunfar. No necesitaron para ello echar "el resto". Les bastó con ir a la pelota con coraje e hilvanar sin miedo para ganar merecidamente. Eso fue todo. Eso y que la ventaja debió ser mayor, y que, aunque hubo fútbol de campeonato, se luchó con corrección
Los preliminares. Sin llenarse, el estadio ofreció el aspecto de las grandes solemnidades. Muchísima expectación y deseos de que llegase la hora del partido.
El Toledo fue recibido con una larga y fortísima ovación, aplausos que se repitieron al aparecer el Unión Deportiva y enseguida el colegiado señor Rey y los jueces de línea, señores Acle y Santana. Verificado el sorteo, eligió campo el equipo local.
Primer tiempo. Puesta la pelota en movimiento por los del Toledo, notamos seguidamente juego de estudio por parte de los nuestros y aumento de nervios en las gradas.
La primera jugada destacada la efectuó el Unión Deportiva. Tras una bonita combinación pasó Yayo a Manolín y éste tiró fuerte, pasando el balón un poco por encima del travesaño.
Primer gol. La segunda jugada, a los cuatro minutos, dio lugar al primer gol de la tarde. Manolín aprovechó una pelota que le llegó de atrás y lanzó a Padrón quien se vino casi al centro para recoger magníficamente el pase de Manolín y cruzarlo fuera del alcance de Ávila. Un bonito gol, que fue acogido con una estruendosa ovación.
Pero... Pero no vino lo que todos esperábamos. El Unión se fue desluciendo y el Toledo empezó a mandar.
Otras jugadas notables fueron una excelente parada de Montes, a un balón lanzado por Sauer, y otra de Ávila, a un envenenado tiro de Tacoronte.
Ligó después el Toledo varios avances y acentuó su dominio, pero nuestros medios volantes y Juanono restaron profundidad y peligro a esas internadas, mostrándose también muy seguros Castañares y Montes.
Un gran tiro de Padrón dio más tarde en la parte baja de uno de los palos del Toledo e hizo levantar al público, y, a los veintidós minutos...
El empate. Lo obtuvo Sanz, al concluir con éxito una bonita jugada de toda la delantera, ante la que no estuvo afortunada nuestra defensa. Montes no pudo hacer nada para evitar el tanto, pues el interior adversario tiró casi pegado a nuestro guardameta.
Desilusión. El desencanto en el público fue enorme, aumentando ello al no verse por parte alguna la reacción del Unión Deportiva, cuyos jugadores no marcan a sus contrarios ni consiguen ligar, mostrándose el equipo completamente desarticulado.
En medio del dominio del Toledo anotamos un tiro raso de Peña que salió junto a un poste y luego, a los treinta y ocho minutos, un gol que Rey anuló. Tacoronte se llevó un balón con la mano y tiro a gol, introduciéndolo un defensa al intentar despejar. Después, un bonito despeje de Juanono y, a los cuarenta y cuatro minutos, el primer córner de la tarde, concedido por Montes al despejar apuradamente. Tirado sin consecuencias, vino otra excelente parada de Montes, a raíz de la cual finalizó esta primera parte.
Segundo tiempo. Nada más sacar el Unión Deportiva la pelota se advirtió su cambio radical. Este tuvo su fruto, pues a los tres minutos...
¡Gol! Una soberbia internada de nuestros delanteros dio lugar a que Manolín volviese el ánimo a las gradas. Nuestro interior derecho chutó magnífica e inesperadamente y el balón se coló por un ángulo, haciendo estéril el esfuerzo del buen meta que es Ávila. Ovación épica.
Presión local. Siguió imponiéndose el Unión Deportiva no cesando ya su dominio absoluto. Fueron numerosas las jugadas peligrosas ante el marco forastero. Una de Tacoronte, que provocó un córner, y luego otra enorme parada de Ávila, a tiro de Peña. Luego, una indecisión de nuestra defensa dio lugar a otro córner, a lo que siguió otro gol de Tacoronte, que también fue anulado por falta de Cedrés.
El juego es ahora de campeonato, luchándose con coraje, pero predominando la corrección. El Unión descendió un poco, pero sin hacer cesar su dominio. Hubo otro córner a favor de los amarillos, que, como los anteriores tampoco trajo consecuencias.
¡Otro gol! A los veintitrés minutos se adelantó Cedrés y, cuando ya estaba en la boca del gol, fue zancadilleado. El penalty lo tira Peña y vale el tercer tanto para los amarillos. Otra gran ovación y satisfacción y tranquilidad en las gradas.
Vuelve a crecerse el Unión Deportiva. Volvió a presionar fuertemente nuestro once. Un cabezazo de Peña da lugar a un nuevo córner, al despejar Ávila muy apuradamente y otras jugadas de los nuestros no cuajan en gol por milagro. Se tiró al marco del Toledo con bastante frecuencia. Después, dos córners más contra los toledanos, y otra buena parada de Ávila, a lo que siguió un remate de cabeza de Tacoronte que pegó en el larguero.
A partir de aquí, el Toledo pareció agotado, dándolo todo por bueno el Unión. Montes casi no tuvo que hacer en este tiempo, pues tocó la pelota tres veces solamente.
Casi al final escaparon peligrosamente los delanteros toledanos, pero Montes volvió a tener lucimiento en otra parada y luego, cuando avanzaba los nuestros señalo Rey el final del partido, llenándonos a todos de contento.
Los destacados. A nuestro juicio destacaron: Juanono, Vieira y Tatono, por los nuestros; Ávila, Sauer y Rubichi, por los visitantes.