Domingo, 25 de junio de 1950
¡C L A S I F I C A D O S¡
¡Hemos llegado al puesto que ansiábamos! Desde hoy domingo, el Unión Deportiva Las Palmas se encuentra clasificado en la Segunda División Nacional, después de recorrer un camino que no ha sido fácil, porque teníamos enfrente adversarios peligrosos, pero el que hemos logrado culminar con todos los honores, gloriosamente para el fútbol canario, que así deja sentada de nuevo su indudable importancia, aún en estos momentos cuando continuas sangrías nos han dejado sin valiosos elementos que han ido enrolando clubes peninsulares.
Se ha llegado a este triunfo por dos factores que nosotros estimamos fundamentales y que es justo destacar, colocando cada uno de ellos en su justo medio. De un lado, primero, el cumplimiento de ese lema indiscutible de que la unión hace la fuerza. Sólo gracias a la comprensión de todos los clubes y sus directivos, a la labor acertadísima y rectora de nuestra Federación, al afán siempre impagado de unos desprendidos, deportivos de la primera fila, se pudo constituir nuestro equipo, ese que nos ha llevado al puesto que ahora ocupamos y al que de ahora en adelante hemos de aportar también nuestros decididos e idénticos aunados esfuerzos, para proseguir con gloria la ruta que nos hemos trazado que nuestro fútbol brilla con luz propia y llevando su propio nombre. Que, dando gloria al fútbol de Canarias da gloria en definitiva al fútbol español, en esta etapa de renacimiento, a la conquista de las antiguas y bien ganadas famas.
U. D. MELILLA
Ha sido, igualmente, elemento fundamentalísimo, la labor de nuestros muchachos, de esos que integran - reservas o titulares - el equipo representativo de Las Palmas. Se han visto asistidos con todo el calor de un público que si al principio de su constitución pudo parecer dividido y hasta adverso en parte, al final se le ha entregado con todo su entusiasmo, porque ellos han sabido conquistarlo por coraje y por hombría. Demostrando sobre el terreno de juego que allá en lo más insondable, donde vibra el sentimiento más hondo, ellos palpaban y sentían el nombre de Gran Canaria, conscientes de la responsabilidad y el honor que llevaban sobre sus espaldas.
¡Hurra, pues, a estos muchachos del Unión Deportiva Las Palmas! Han devuelto con todos los merecimientos la confianza y el entusiasmo que en ellos se había depositado. Han escalado este difícil peldaño que conduce a la Segunda División, al que no todos pueden llegar, pese a que se lo propongan con los mayores arrestos. Hacia falta aunar potencia y entusiasmo. Tesón y alegría. Esperanza y no optimismo infundado. Es decir, en suma, responsabilidad y conciencia de lo que se buscaba y se jugaba...
Perdimos hoy en Melilla, sí. Pero con todos los honores. Nada empequeñece nuestro triunfo del ascenso. Por éste ha sido tan glorioso como la derrota que experimentamos en el campo melillense, donde el Unión Deportiva, frente a un adversario de potencia demostrada y efectiva, sucumbió dando la cara, no retrocediendo un paso ni desmayando un momento. Porque hay que subrayarlo, el Melilla no buscaba hoy sólo el triunfo, sino la goleada aplastante. Esa que no consiguieron porque enfrente había once jabatos que se batían con una moral indeclinable. Perdimos, más también pudimos ganar si la suerte hubiera estado de nuestro lado. El Melilla tuvo, en cambio, la suerte de marcar el primer tanto válido. Así es el fútbol...
Pero si dejamos en Melilla los dos puntos, allá en Ceuta el titular derrotaba al Imperial, con lo que nuestro ascenso a la Segunda División quedaba garantizado. No quiere decir esto que el equipo ceutí nos haya dado el ascenso. A él hemos llegado por nuestros propios merecimientos, a través de nuestras actuaciones, en que hemos sabido incluso ganar valiosos puntos a los adversarios en su propio terreno.
Todavía nos queda el encuentro del próximo domingo en Ceuta. Allí podemos conquistar aún la cabeza. Un empate nos la aseguraría. Pero de todos modos, ya estamos en la Segunda División Nacional. Nuestros muchachos, estamos seguros, harán ahora todo lo posible en Ceuta para que seamos los primeros. Por falta de entusiasmo nunca quedará.
Es justo, pues, y legítimo el júbilo que en estos momentos embarga a la afición deportiva de Las Palmas, felicitando a los héroes de esta hazaña: jugadores, directivos y afición. Que todos han sabido comprenderse y corresponderse justamente. Empresa de todos era y la hemos culminado.
Es hoy día, así, de cantar de nuevo gloria para nuestro fútbol, como en sus jornadas más memorables...
Los goles. Primero marcó el U. D. Las Palmas sobre el minuto diez, logrado por Nicolás, pero el "trencilla" lo anuló y no sabemos por qué. 0-0.
Sobre el minuto treinta y ocho, marca el Melilla, siendo también anulado por parte del "nazareno" y tampoco sabemos el por qué. 0-0.
Cuando pasaba dos minutos del tiempo reglamentario de la primera parte, marca nuevamente el Melilla, en esta ocasión el tanto es válido. 1-0.
Después de un acoso constante por parte melillense, allá por el minuto treinta y siete y mediante una jugada desgraciada para el equipo amarillo, Montes que había salido valentísimo, se arrojó a los pies de un adversario, blocando el cuero, pero este se le escapa de las manos, al tropezar con el delantero y... zas ¡gol! Para el Melilla. 2-0
Avances de unos y otros, pero... y no hubo más.
Melilla: Fornés; Valle, Errazquin, Ayllón; Muñoz, Martín Jimeno, Pitarch; Martín, Rosdo, Moreno y Riera.
Las Palmas: Montes; Castañares, Juanono, Yayo; Ignacio, Vieira; Padrón, Manolín, Nicolás, Peña y Cedrés.
Después del partido. Terminó el encuentro Melilla-U. D. Las Palmas, y dentro del nerviosismo que nos embargaba, sentimos una gran satisfacción interior. Toda la afición estaba nerviosa viendo a punto de escaparse la clasificación y el ascenso. Era un buen síntoma para el porvenir de nuestro fútbol. Estaba a la vista que los aficionados canarios habían dejado de estar divididos por la fuerza de unos colores con 40 años de rivalidad, para meterse por el sendero del patriotismo.
Pero no ha sido aquí solo donde los canarios nos hemos estremecido con la alegría del ascenso. También los isleños que han echado el ancla en otros lugares, han vivido desde lejos las victorias de nuestro once representativo. Cada victoria, cada dos puntos logrados, han sufrido el mismo efecto en su ánimo que la guitarra que lleva las notas de una folia hasta su lejana residencia. ¡Tira mucho la tierra de uno y pesan muchos los latidos de las cosas de la tierra donde uno nació!
Con el triunfo no crea nadie que se ha llegado al final del camino emprendido. Este año queda sellado con el logro de la primera parte del plan que se trazó en los momentos iniciales: alcanzar el ascenso, cosa no tan fácil, dado la escasez de valores suficientemente efectivos. Llegado a la superior categoría, la misión sigue su curso. Siendo necesario para ello el mismo entusiasmo, similar empeño y la ayuda económica a que tiene derecho el club representativo de una región.
Hay quien cree que nos será imposible mantenernos en Segunda División. Pero nosotros, sin olvidarnos de las dificultades que pone a veces la adversidad, no consideremos tan disparatado el empeño. Se logró el ascenso, que para muchos era una cosa imposible de lograr y de lo que se trata ahora, no es de alcanzar el título que nos ponga en Primera, si de mantenernos en Segunda por encima de algunos de los 16 equipos que componen el Grupo Sur. Sería, por ahora, lo bastante. De tener otras pretensiones ya nos encargaremos cuando vayan saliendo "Silvas y Molownys" de los rincones de nuestra cantera. Que saldrá nadie lo dude.