HISTORIA DEL FÚTBOL CANARIO
- Retrospectiva -
Liga Interregional (1943)
Studium de Tenerife
C. D. TENERIFE // REAL UNIÓN
En un partido muy reñido el Tenerife vence al Unión
Isidoro, el defensa unionista sufrió la fractura de un brazo
2 - 0.Con bastante público se ha jugado esta tarde en el Estadio del Tenerife el partido de Liga entre el titular y el Real Unión, que había despertado un gran apasionamiento en la afición. El resultado del encuentro ha sido favorable al Tenerife por dos goles a cero.
Durante el primer tiempo no se logró marcar ningún tanto, dominando casi constantemente el Unión, que a los quince minutos de juego se vio privado de su defensa Isidoro. El citado jugador unionista sufrió una fractura de brazo. Pese a la inferioridad numérica el Unión realizó en todo el primer tiempo mejor juego que el Tenerife, insistiendo en su acoso a la meta de Abel, pero la delantera, con poca eficacia en el remate, desperdició algunas ocasiones claras de marcar.
También el segundo tiempo comenzó con presión del once del Cabo. Pero sus ataques eran fácilmente contenidos por el trío defensivo tinerfeñista. Nada desmoronó su recia moral siempre viva hasta el minuto final del partido. Ni el primer gol blanquiazul entrado en un fallo desdichado de Mora, que luego lloraba desesperado sobre la tierra, en un gesto de deportivismo, el comprenderse culpable del derrumbamiento de todas las esperanzas que hasta allí alimentaban los suyos. Porque apenas faltaban entonces quince minutos de juego y el marcador continuaba en la virginidad de un cero a cero.
El Unión tuvo esta vez la suerte en contra. La tuvo con la lesión de Isidoro, que lógicamente restaba al equipo el noventa por ciento de sus posibilidades. La tuvo también en los instantes iniciales fallando Guiance un gol que lo difícil era no entrarlo. Fue una desgracia asimismo, el gol que le marcaron a Mora que ya hemos mencionado. También lo fue la del enorme disparo de Florencio - su único formidable tiro en toda la tarde - que encontró la mano involuntaria de Abel para detener el balón, cuando se colaba irremisiblemente.
Estas desdichas unionistas tuvieron carácter decisivo en el encuentro para otorgar el triunfo al Tenerife, que pese a verse tenido en jaque toda la tarde, supo aprovechar las oportunidades.
El Tenerife sigue sin juego. Continúa el Tenerife sin encontrarse a sí mismo, como conjunto. Le salva los encuentros su gran fortaleza defensiva, enormemente consolidada ahora con la reaparición de Abel, el guardameta sereno y seguro que da un margen amplio de confianza a sus compañeros. De la garantía de Abel a las vacilaciones de Esquiva, que tan caras le costaron al Tenerife en el campeonato regional, media un abismo.
Tanto Llanos como Basilio se imponen en la zaga con esa mezcla tan perfecta del proverbial tesón y limpia pegada del primero con los amplios recursos de veterano del segundo.
Pero en el resto del conjunto hay que examinar a todos con lupa. Empezando por los medios, que han olvidado casi completamente su antigua costumbre de bajar los balones. ¿Es la falta de Néstor? Cabe suponerlo. De todas formas, la medular, aún defendiéndose bien, no es ni mucho menos la de antes. Porque un Tenerife limitado a echar balones hacia adelante, sin bordar una combinación rasa, no es, no puede ser el Tenerife.
La vanguardia es la gran laguna. Onésimo ha marcado cuatro tantos en lo que va de Liga, pero ¿cuántos ha desaprovechado? Es un ariete lento, torpón y excesivamente marrullero. Sus destellos son insuficientes. Alfonso ha olvidado completamente sus antiguas cualidades goleadoras, que tanto resplandecieron en otras temporadas. Rosendo no entusiasma gran cosa. A veces creemos que encierra un valor futbolístico intrínseco no despreciable, pero en otras nos derrumba el criterio anteriormente fabricado.
Eusebio sigue a menos y lo malo es que el Tenerife tendrá que continuar alineándole, porque tampoco Febles ha dado lo que creían algunos que podía dar.
Ovidio, la reciente adquisición, parece ser un buen extremo izquierdo. Queremos verle dos o tres actuaciones más para juzgarle definitivamente.
Seguimos en la duda de sí el Tenerife, será capaz de volver a ganar la Liga y adjudicarse el trofeo. Con actuaciones tan mediocres como los que viene teniendo esta temporada, con esa escasa sensación de potencia, es muy difícil que sus incondiciones sean intransigentes y fanáticos en sus esperanzas. Muchos son los que dudan, pese a los cuatro puntos que ya tiene acaparados en su haber.
Convenció el Unión. El Unión ha hecho hoy un buen partido, con magnífica decisión siempre, sorprendiéndonos su modo incansable de bregar y la firme moral de que todos hicieron gala.
Difícil es desmenuzar el conjunto encarnado, ya que todos dieron cuanto humanamente podían dar, multiplicándose, sin un tambaleo en sus energías.
Creemos que fue Oché el más sobresaliente de todo el equipo, en su improvisado puesto de defensa, actuando con una seguridad pasmosa y una voluntad extraordinaria.
Mora, otro de los puntos altos, haciendo salidas arriesgadas y rechazando ataques con mucha seguridad. Sin embargo, su actuación quedó manchada con aquella pifia en el primer gol de Onésimo.
Luis, nuevo defensa, se impuso rotundamente. Con Isidoro compondrá una buena zaga.
Mota, el exvictorista, recientemente fichado por el Unión, fue medio ala aceptable cuando las circunstancias le obligaron a bajar a la tripleta central. Mientras jugó de interior, movió mucho la línea con la alegría de su juego.
Detalles. Resultó terriblemente emocionante el encuentro, contribuyendo a eso la alta moral del Unión, jamás achicada a lo largo de los noventa minutos.
Durante la primera parte, no se marcó ningún gol. Fue de constante dominio unionista fallando mucho su ataque a la hora de la verdad.
En la segunda fase siguieron registrándose las briosas acometidas del "once" del Cabo, aunque el Tenerife empujara también bastante, creando rápidas situaciones de peligro, aprovechando la desarticulación del Unión por el lado derecho, ya que Mota a veces, en su impulso irresistible, abandonaba el cuidado de Ovidio y se metía en la delantera. A los treinta y nueve minutos de este tiempo, vino el primer gol del Tenerife. Nació de un pase profundo de Rosendo, que alcanzó Onésimo flojamente Mora, quizás desorientado no llegó a detener el balón, que entro lentamente hacia la red por su mismo lado-
Pero a pesar de este gol, continúo la incertidumbre, ya que el Unión agobió insistentemente el marco de Abel, obligando a intervenir a este a fondo, bien escudado en su defensa. Se registraron algunos conatos de juego sucio, que no siempre acertó a reprimir el árbitro.
Ya entraba el encuentro en sus últimos minutos, cuando un centro de Eusebio lo empalmó Onésimo batiendo otra vez a Mora de un tiro raso y fuerte, verdaderamente imparable.
Alineaciones.
Tenerife. Abel; Basilio, llanos; Conrado, Calixto, Victoriano; Eusebio, Alfonso, Onésimo, Rosendo y Ovidio.
Real Unión: Mora; Luis, Isidoro; Oché, Jorge, Parrondo; Ortis, Mota, Florencio, Mendoza y Guiance.
Arbitró Llombet, con poca energía para reprimir el juego violento.