HISTORIA DEL FÚTBOL CANARIO
- Retrospectiva -
FUTBOL: Quien es quien...
LIGA INTERREGIONAL (1942)
En un partido vibrante los marinistas se imponen al Deportivo Tenerife.
Un penalty polémico, a falta de diez minutos para la finalización del encuentro, da el triunfo al conjunto grancanario.
Partido bronco. Fue esta lucha liguera del domingo, que con tanta expectación se aguardaba. Un encuentro de campeonato cien por cien, jugado en un ambiente de pasión, carente de fútbol de calidad, pero con bastante entusiasmo en unos y otros, que derivó en fases emocionantes, particularmente en el segundo tiempo. Final decepcionante, porque se complicaron las cosas de tal manera en las postrimerías, inclinándose también la balanza del partido de una manera poca clara o diáfana en un penalty decisivo.
Dos fases de juego. En el primero tiempo existió mayor dominio local, que trajo como consecuencia dos goles azules. En este periodo, el Marino con unos ánimos recios y firmes, se batió con coraje y tenacidad, sin llegar a realizar grandes cosas, pero imponiéndose sobre el campo, apoyado en la buena labor de sus medios.
Después del descanso, los papeles se invirtieron y el Tenerife, que en el primer tiempo había jugado con alguna frialdad y excesivas precauciones, apagó la llama del Marino con un soplo de inspiración, adjudicándose la iniciativa sobre la cancha, que se tradujo en efectividad en la igualdad del marcador. Pero esto solo, porque nunca llegaron los forasteros a exhibir toda la indiscutible potencialidad de su juego. El ataque fue la inmensa laguna donde se perdieron en este segundo tiempo bastantes oportunidades por carencia absoluta de conexión y rematadores.
El recuerdo de Semán. Quizá Bernardino Semán esté ya en el ocaso de su brillante carrera deportiva; acaso sus condiciones físicas le impidan actuar con aquella eficacia de otras temporadas. Pero para todo sigue teniendo el frágil interior tinerfeñista, el más alto valor. En este encuentro, Semán el mejor de sus partidos, sin hacer presencia material en el campo. Su recuerdo se acrecentó "gigantemente" a lo largo de los noventa minutos reglamentarios de lucha, porque en el adelante tinerfeño faltaba el cerebro director, el enlace de apoyo entre medios y delanteros, dando personalidad a la línea con ese fútbol incomparable que tiene Semán, toda intuición y vistosidad.
Flojedad en el Tenerife. Se tambaleó el Tenerife muchas ocasiones a lo largo del encuentro, actuando en conjunto flojamente, con varios puntos negativos en sus líneas. Ya hemos dicho que la delantera fue la peor línea a excepción de Martín, sin entenderse nunca y apurando demasiado la jugada. Muy vulgares Eusebio e Ignacio, aunque más peligroso por su velocidad el primero; gris, Rosendo, en un puesto que no le fue bien a sus cualidades, y torpe e indeciso Quintana, que poco podía hacer, además con una carencia tan absoluta de colaboradores. La línea más firme fue la medular, que actuó irregularmente, con oscilaciones extrañas en el partido. El mejor Calixto y después Néstor. Victoriano fue esta vez el más desacertado. Defensas y portero cumplieron bien, brillando Abel como el mejor de los tres.
Los vencedores. El Marino mejoró en este encuentro actuaciones anteriores, pero sin llegar a convencer plenamente. El equipo ha perdido la soltura y conjunción que tenía hasta hace poco. Le sigue fallando el ataque, donde hay hombres en manifiesto descenso de facultades. Ha perdido su capacidad perforadora y resolutiva ante el marco contrario. En este partido creaban los avances de una manera embarullada, prodigando el pase al centro y no el remate. Minguine, que sigue en alza, fue el más peligroso de los cinco.
La línea de medios actuó con mucho acierto y pegajosidad, brillando mucho las alas que secundaron maravillosamente a Campos y componiendo en conjunto los tres un terceto de innegable eficacia. Méndez destacó en la defensa por su pasmosa seguridad en el despeje y su fondo inagotable. Pérez, voluntarioso pero algo fallón, y Salto, bien a secas en sus pocas intervenciones. Este es, desmenuzado, el Marino de este encuentro, vencedor del Tenerife.
Como rodó la bola. Con el campo abarrotado de público, magnífico de aspecto, se alinearon los equipos a las órdenes del señor Ferrera Ferraz, de la siguiente forma:
A los dos minutos en un ataque marinista, Minguine se escurre por su banda y centra, Abel sale pero no logra atrapar la pelota y Mamé que viene lanzado, remata a la red de un tiro alto.
Este gol galvaniza al Marino que presiona insistentemente en un acoso continuado. Un tiro de Mamé sale fuera por milímetros y otro fantástico de Minguine, rebota en el larguero, cuando el público había cantado gol.
La defensa tinerfeña se muestra corta en sus despejes y los azules siguen llevando la iniciativa del juego. Jerez tira dos veces infructuosamente a la meta forastera y Abel, siempre bien colocado, detiene con seguridad un disparo de Minguine, que se había corrido hacia el centro.
El Marino para mantener la reacción inmediata del Tenerife que despliega su ataque y Martín empalma un tiro fuerte, frente a la puerta, que sale fuera. El juego se hace alterno, aunque el Marino brega siempre con mayor entusiasmo y movilidad que el Tenerife. A los treinta y nueve minutos, una jugada de Bartolo que salva a Néstor, cediendo a Minguine, lo remata éste a gol. El balón da en el palo y es recogido por Alfonso que bate a Abel de un tiro limpio y colocado, que hace inútil el esfuerzo del meta tinerfeño. Una gran ovación acoge este gol, que consolida momentáneamente la ventaja marinista en el tanteador.
El Tenerife no se amilana y contraataca con ganas, que se traduce con un chut de Rosendo, que para Salto y en varios pases que se malogran especialmente uno de Eusebio que se esfuma por falta de oportunismo. Termina la primera parte. Los últimos momentos de juego han dado al público la sensación de que el encuentro no se halla decidido ni mucho menos y de que la actual superioridad de dos tantos que registra el marcador, deberá apelar a todos su enardecimiento.
Empieza la segunda parte, sacando el Marino, Cazorla y Jerez lanzan sendos tiros bloqueados por el meta tinerfeño. El Tenerife va poco a poco imponiéndose y Rosendo pierde un tanto, en pase retrasado de Quintana. En los momentos que siguen, despliega el Tenerife lo mejor de su juego de toda la tarde, volcándose sobre la meta del Marino, pero sin positivo resultado por carencia de rematadores. En la media tinerfeña es Calixto el mejor que actúa, mostrándose seguro y eficaz cortando y pasando.
A los diez minutos de esta parte, un balón procedente de Néstor es recogido por Eusebio, que profundiza la jugada rematando flojamente. La pelota rebota en Farías y se va a la red. Ha sido una desafortunada intervención del medio ala azul.
El juego de la media del Tenerife deja sentir su influjo, particularmente Néstor y Calixto. Salto para con apuros un tiro de Martín recogido de cabeza por Quintana. A los veinte minutos, empata el partido el Tenerife. Victoriano pasa muy medido a Ignacio, que desde casi medio campo, lanza un escalofriante disparo que se filtra por el ángulo de Salto, quien llega a rozar la pelota, pero sin poder evitar que bese la red.
Aquí el partido cobra mayor vigor y los dos equipos se emplean incansablemente. El juego se hace bronco Ferrera Ferraz ordena la expulsión de Quintana, por una entrada a Pérez. Cuando solo faltaban diez minutos para finalizar la contienda, replegado el Tenerife a la defensiva, Jerez avanza, llevándose la pelota con las manos, sin que "nazareno" señale "faut", y cuando se dispone a tirar, se origina un barullo ante el marco tinerfeño, señalando el árbitro un penalty. Cazorla transforma la falta en gol de la victoria marinista de un tiro raso y duro. Termina el encuentro con el triunfo del equipo local por el tanteo de 3-2.
La labor arbitral. No nos agrada - ni acostumbramos hacerlo con frecuencia - dedicar comentarios, y menos censuras, a la actuación del árbitro que, para nosotros, merece siempre el debido respeto y la mayor admiración. Respeto, porque es la autoridad máxima en el terreno, y nuestra misión es procurar reforzarla. Admiración, porque su labor - ya lo sabemos todos - es la más ingrata, pero una de las más importantes del fútbol.
Sin embargo, en esta ocasión vamos a abordar ligeramente la actuación del juez de campo. Ferrera Ferraz, es sin duda uno de nuestros mejores colegiados. Conoce las reglas y tiene excelentes condiciones para aplicarlas. Los mejores arbitrajes de esta temporada nos los ha ofrecido él. Y en este encuentro, el realizado en la primera parte, fue un modelo de buen dirigir, con criterio firme, recto y enérgico. Pero en la segunda parte, cuando el partido entraba en una fase briosa e indecisa y los nervios lo iban haciendo bronco, extremó su severidad contra los jugadores tinerfeños, en un tono de teatralidad que si en principio puede dar buenos resultados, a la larga causa y excita. Cayendo últimamente en la lamentable equivocación de conceder el penalty decisivo en aquella falta del defensa tinerfeño a un balón que Jerez se llevó con la mano.
Con esa equivocación hizo dar una vuelta al encuentro. Pero en los resultados de los partidos, junto es también reconocerlo, juega dentro de lo lógico el error arbitral, que si es sin premeditación y mala fe - como en este caso creemos que lo ha sido - no hay más remedio que aceptarlo como normal en el desarrollo de una contienda.
Alineaciones:
MARINO F. C.: Salto; Méndez, Páez; Farías, Campos, Bartolo; Alfonso, Jerez, Memé, Cazorla y Minguine.
C. D. TENERIFE: Abel; Quico, Delgado; Néstor, Calixto, Victoriano; Eusebio, Martín, Quintana, Rosendo e Ignacio.