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Reseña de una época - 1942 -

HISTORIA DEL FÚTBOL CANARIO

-  Retrospectiva -

 

Domingo, 26 de abril de 1942

 

FUTBOL: Quien es quien...

 

LIGA INTERREGIONAL (1942)

 

1 -  R. C. VICTORIA   //   MARINO F. C. - 0

 

¡Qué arbitraje tan estupendo!

Laborioso triunfo de los victoristas sobre los populares

 

BARTOLO, MarinoEl arbitraje de hoy del señor Ferrera Ferraz, merece que le dediquemos el principio de esta crónica, diciendo de manera rotunda que con sus facultades y con su autoridad logró encauzar un encuentro que parecía muy difícil de dirigir y que podría complicarse en cualquier descuido. Sin embargo, supo llevarlo por los derroteros de la deportividad y cortar en todo momento el juego violento, o mejor dicho, peligroso, que hubiera complicado el encuentro. Y como dio al Reglamento y a sus reglas una interpretación exacta y mantuvo su autoridad en todo momento, avalada con el conocimiento matemático de su misión y de la responsabilidad del partido, fue por lo que todo tuvo un desarrollo fácil y enteramente normal. Ello significa que el señor Ferrera Ferraz es colaborador en este resurgir del deporte, que es únicamente lo que nos interesa: el deporte.

Y efectuado ya el elogio debido a su actuación magnífica, pasemos a contar algo de lo que vimos.

El encuentro. Regular de calidad, más bien pobre. No hubo calor, coraje, pasión en las jugadas. Existió una gran apatía y un bando, el victorista que no supo aprovechar de su superioridad numérica: la baja de Ramos, defensa azul, desde los diez minutos iniciales. El público, que era numerosísimo y mucho también el que se quedó fuera, jaleó a los suyos, pero éstos no reaccionaban.

Alineaciones.

Marino: Salto; Ramos, Méndez; Pérez, Campos, Bartolo, Chucho, Memé, Cazorla y Minguine.

Victoria: Calvo; Cástulo, Carballo; Sinforiano, Castillo, López; Penichet, Ortega, Jorge, Déniz y González.

Fue puesto en juego el balón por los azules, comenzando un juego pobrecito y falto de control de la pelota. A los diez minutos, Ramos, en un encontronazo con Déniz, se lesiona y es retirado. No se aprovechan de esta ventaja los campeones de Canarias, que atacan sin valentía la meta de Salto, donde éste despeja todas las situaciones con relativa facilidad. Únicamente está en peligro su meta en el minuto veinticinco, que es cuando Déniz envía un balón adelantado a Jorge, echándose a los pies del delantero victorista para arrebatarle la pelota y ganarse una ovación. Y en este plan de insipidez llegamos al final de la primera parte.

Reacción. Desde los primeros momentos de la segunda parte se nota un cambio en los dos equipos y los azules, con Ramos en el extremo de la derecha, tiene un poco más de potencialidad, pero en el centro no hay solucionadores a las situaciones que se crean. Memé es quien remata un buen servicio de Minguine en forma inteligente, pero el balón da en el poste ante la desilusión de los marinistas, que llegaron a cantar gol. El dominio es alterno y se juega en ambos campos, sin que pueda decir quien alcanzará la victoria; desde luego, el que marque primero ese se llevará los dos puntos y quien tiene esta suerte es el equipo campeón de Canarias, el que por mediación de Déniz, cuando faltaban diez minutos logró enviar un balón y bien colocado que entró en la meta de Salto, sin que éste pudiera evitarlo. Se opera una gran reacción en los azules, que buscan el empate, pero no se produce porque Cástulo sacó dos balones magníficos y Calvo detuvo un buen tiro de Chucho.

No hubo chutadores. Faltaron en los ataques respectivos los hombres capaces de tirar a gol. Registramos tres veces que los hizo el ataque marinista y cinco que los hicieron los victoristas. Y así, como todos comprenderán, no puede marcar. Faltaron "artilleros" y las metas habían de permanecer imbatidas. Los muchachos del Marino estuvieron muy apáticos y su línea media no rindió tampoco lo esperado. Los chicos del Victoria, faltos de ganas de ganar. Únicamente Déniz, que estuvo activo y pasando el balón como él sabe hacerlo. Penichet, con muchas reservas y Jorge distraído. Cazorla bregó, pero no halló el lugar por donde disparar, ocurriéndole lo mismo a Minguine, que Sinforiano vigiló con mucho cuidado y acierto.

¿Debió ser un empate a cero? Ganaron los campeones de Canarias, bien; pero, el resultado "lógico" debió ser un cero-cero, con lo que el campeonato hubiera ganado más interés. Además, el empate era lo más justo, ya que si los victoristas no fueron capaces de aventajarse en la primera parte con la falta de Ramos, lógicamente no debieron hacerlo en la segunda cuando tenían los marinistas más posibilidades de sostenerse con el cero en el marcador. Pero, el fútbol tiene estas sorpresas y una jugada decide el partido. La jugada de un hombre capaz de hacerlo y ese fue Déniz, que es de los que saben aprovechar cualquier oportunidad para hacer gol y quitar el humor a los eternos rivales de su equipo.

Sobresalió la línea medular blanquinegra. Sobre el terreno y durante los noventa minutos de juego, la línea media albinegra dijo "aquí estoy yo" y lo estuvo repitiendo constantemente, enviando y cortando, sosteniendo el cero del empate y ganando el uno de la victoria durante los diez minutos finales.